Mientras Garbarino busca comprador, tambalea la sucursal venadense
Envuelta en una grave crisis financiera, endeudada con bancos, proveedores y personal, con cierres de locales y cheques rechazados, la cadena Garbarino, dedicada a la comercialización de artículos para el hogar, electrodomésticos, electrónica e informática, atraviesa horas decisivas. Su actual propietario, el empresario Carlos Rosales, negociaba contra reloj con el único interesado en comprar la cadena, un grupo inversor que lidera el mandamás de Supercanal Arlink, Facundo Prado. Sin embargo, en las últimas horas esa posibilidad se habría desvanecido y, según trascendidos, todo volvió a foja cero.
Con sucursales en varios puntos del país, Venado Tuerto no es la excepción. Aunque también Garbarino supo contar con un local en el interior del Supermercado La Anónima, hoy tiene una única boca de expendio en Belgrano al 200, casi Iturraspe (en los buenos tiempos llegó a tener una docena de empleados entre ambos negocios), donde sólo permanecen tres de los cinco colaboradores que había meses atrás, y con serias dificultades para cobrar salarios, aportes y bonos comprometidos.
La vocera del grupo de empleados, Natalia Amorin, confirmó esta tarde a Sur24 que, según su información, las negociaciones para conseguir nuevos inversores, o concretar una venta, se habían frustrado y estaban “a la espera de novedades respecto del pago de los sueldos y aportes atrasados. Tampoco hay información oficial sobre la situación real de la empresa, si va a convocatoria, o si consiguieron algún otro posible comprador. También sabemos que para mañana está prevista una nueva reunión entre el gremio y el directorio”, acotando que el personal de las distintas sucursales aguarda con expectativa ese encuentro en el ámbito ministerial, “sobre todo en cuanto al pago de los sueldos, el bono de fin de año (dos cuotas de 3 mil pesos cada una), parte del sueldo de abril y de mayo, el sueldo de junio, que se venció hoy, y el aguinaldo, que se venció el 30”, precisó Amorín, quien también contó que esta situación de inestabilidad laboral desembocó en el corte de la obra social.
Más adelante aclaró que en Venado Tuerto sólo se interrumpió la actividad comercial el último jueves (mediodía), pero luego se retomó la atención al público, en una medida que busca prevenir los sucesos acontecidos en otros puntos del país, donde los locales fueron cerrados y los empleados procedieron a la toma de los mismos para evitar eventuales “vaciamientos”. Sin embargo, la empleada lamentó que “la página web de Garbarino sigue caída y hoy no hubo sistema en las sucursales”.
También ratificó, con desazón, que a nivel local “no se acercó ninguna autoridad gremial (Sindicato de Empleados de Comercio) a brindarnos su respaldo”.
Consultada por las negociaciones en el ámbito nacional, Natalia Amorín puntualizó que el 2 del corriente se celebró una reunión en el Ministerio de Trabajo de la Nación, con la presencia de representantes de Garbarino y de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios, tras la cual se exhortó a la parte empresaria al “estricto cumplimiento del pago de salarios adeudados a los trabajadores, por tratarse de una cuestión alimentaria e impostergable”. Asimismo, a los fines de “monitorear y de controlar las cuestiones en debate”, se fijó nueva audiencia entre las partes para este miércoles 7 de julio, a las 17.30.