Arriba del 55%
Milei presidente con el porcentaje más alto desde 1983
Si bien no es posible comparar elecciones generales con un balotaje, debe decirse que el porcentaje de apoyos al candidato de extrema derecha Javier Milei no se había alcanzado hasta ahora. La comparación con la victoria de Macri en 2015.
El 55% que ha superado Javier Milei en el balotaje en parte es mérito de la Constitución reformada en 1994, que previó un mecanismo para la construcción de la mayoría en un régimen presidencialista, aún -como se ha visto este 19 de noviembre- por fuera del esquema de los partidos políticos tradicionales. También, de un gobierno de fin de ciclo que pese a poder poder competir con su ministro de Economía quedo diez puntos abajo.
Desde la recuperación de la democracia en la Argentina nunca antes un candidato presidencial logró el 55% de los votos. Y semejante porción de apoyos deja un panorma político muy distinto para próximo gobierno, incluso puertas adentro y muy especialmente en la relación con los recientes apoyos del macrismo. La soledad del ganador en el escenario y "se viene el estallido", además de dejar en claro que no es tiempo de "tibiezas" también responden a que solo su figura capitaliza el 55%.
Del fingido abrazo del ahora presidente electo Javier Milei con la ya ex candidata Patricia Bullrich del 26 de octubre, tras las elecciones generales en las que ambos quedaron en el segundo y en el tercer lugar a hoy, resultó cuanto menos tensa y apurada la convivencia de dirigentes libertarios y del Pro, al punto de la destrucción de Juntos por el Cambio y de la ausencia de macristas en el debate.
Se sabe, el radicalismo quedó claramente a un lado y será opositor, en un llamado a no abandonar el rol que surgió de las urnas hace un mes.
Ahora, al haber logrado más del 55% de los votos en la segunda vuelta, el líder de La Libertad Avanza construye una mayoría no tiene registros en la historia política reciente del país. Si bien es forzada por la segunda vuelta, su contundencia es mayor a la experiencia del macrismo frente al peronismo (que incluso por entonces fue dividido porque Massa tenía en 2015 su propia fuerza política).
Es cierto que quienes no han tenido que llegar a una segunda vuelta para disputar el poder consiguieron puntos más valiosos que los 55 actuales, pero en política las cifras suelen crear más poder cuando se los acompaña convenientemente de los mitos. La Argentina ha elegido a un líder espiritual y mesiánico, con un discurso que evoca lo religioso en términos del bien y del mal (así describe Milei a quienes no piensan como él). No habrá de pasar mucho tiempo para que se explique desde "las fuerzas del cielo" que el 55% lo pone por sobre otros liderazgos. Sobre todo del que tiempo atrás tuvo Mauricio Macri. Los agradecimientos del ganador fueron a los suyos, luego a los recién llegados. No dijo una palabra de los vencidos: sólo los hizo responsables de lo que pueda ocurrir el martes cuando haya actividad cambiaria y bancaria.
Cifras y contextos
Conviene un repaso por las elecciones más importantes en el país en la carrera para la Casa Rosada para sopesar el porcentaje del liberal-libertario. El radical Raúl Alfonsín no necisitó del Colegio Electoral del anterior texto constitucional porque reunió el 51.75% de los votos sobre el 40,1% del justicialista ítalo Lúder.
Luego, en ambas elecciones, el peronista Carlos Memen logró porcentajes menores aunque fue el presidente argentino con más años en el sillón de rivadavia en un mismo ciclo: el 47% frente al 37% radical Eduardo Angeloz en 1989 y (gracias a la reforma constitucional con reelección) el 49,9% frente al 29% del frepasista José Octavio Bordón.
El fallido gobierno del radical Fernando de la Rúa también obtuvo una ventaja de 10 puntos, con el 48,3% sobre el 38,2% de Eduardo Duhalde.
Tras el estallido de 2001, Néstor Kirchner accedió al poder porque Menem se negó a presentarse en el balotaje lo que -curiosamente con el diario del lunes- hizo temer por la estabilidad de la figura presidencial. Acaso cuando el dos veces presidente se negó a presentarse, sabía del poder que implica obtener más de la mitad más uno. Imaginen 55%.
Las dos elecciones que hicieron presidenta a Cristina Fernández de Kircher, en 2007 y 2011 no necesitaron de la segunda vuelta que había previsto la Constitución reformada en 1994 porque el límite se fijó en un 45% con más de diez puntos de diferencia sobre el segundo. (Hoy más que nunca conviene recordar que Sergio Massa hace apenas un mes quedó a poco más de 3 puntos de ser presidente).
La líder del kirchnerismo ganó primero por el 45,2% al 23% de Elisa Carrió y la Coalición Cívica; y cuatro años más tarde con el 54,11% sobre el 16,8% del socialista Hermes Binner en el Frente Amplio Progresista.
Obviamente aquel 54,11% de Cristina en primera vuelta ante otros candidatos tiene más valor que el 55% de Milei, logrado en un balotaje. Pero la comparación más acertada es con Macri. El empresario se impuso a Daniél Scioli por un margen muy pequeño: el 51,34% al 48,66% y luego perdió en primera vuelta con Alberto Fernández (con 48,2% a 40,2%).