Luego de la semana de furia
Milei y el desafío de "refundar" la relación con el Congreso
A días de expirar el período de sesiones extraordinarias, la cosecha oficialista en ambas cámaras fue magra y la "ley ómnibus" naufragó. Reclamos e insultos desde el Ejecutivo al Legislativo tiñeron el vínculo entre dos poderes del Estado, y hay interrogantes sobre lo que ocurrirá a partir del 1° de marzo. Opinan cuatro legisladores por Santa Fe.
Javier Milei volvió al país después de su primer viaje al exterior como Presidente. Fueron algunos pocos días, una semana incluyendo ida y vuelta, en los que pasó de todo aquí y allá. Afuera visitó Israel, Italia y el Vaticano. Adentro, se bajó del tratamiento en la Cámara de Diputados ni más ni menos que la Ley de Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos, la "ley ómnibus", los 664 artículos de la norma "fundacional" del país que el Ejecutivo impulsó como tema más relevante en su convocatoria a sesiones extraordinarias.
El tema viajó de uno a otro lado del océano: hacia allá como aviso acerca de los cambios que tendría el proyecto y que, si se atiende al proceso que siguió el debate en comisiones, se anticipaba como posibilidad seria: había un dictamen de mayoría con disidencias y fue larga la lista de "peros" advertidos por gobernadores y adelantados por legisladores.
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Desde allá llegó, asegura el gobierno, la orden de dar de baja el proyecto junto con una larga, larguísima lista de calificativos (descalificativos, en realidad) hacia legisladores que no acompañaron la media sanción en particular y hacia los gobernadores que sostuvieron con firmeza la defensa de los intereses de sus provincias.
¿Resultado? No hay media sanción del mega proyecto de ley, el jueves termina el plazo de las sesiones extraordinarias que ya había sido prorrogado por el Ejecutivo. Y, a menos que se pida una nueva extensión hasta fin de mes, la actividad en el Congreso se retomará el 1° de marzo, cuando el Presidente, por mandato constitucional, deberá inaugurar el período de sesiones ordinarias con un discurso ante la asamblea legislativa, es decir, ante integrantes de las dos cámaras, Diputados y Senadores.
Falta mucho para ese momento. Bueno, en realidad son menos de 20 días, pero en la Argentina de los últimos meses, cada semana equivale por su intensidad a un plazo mucho mayor; situación que no redunda necesariamente en mayores y mejores definiciones.
Por caso, en la última semana, la del viaje, la relación con mandatarios provinciales y con diputados llegó a un límite de tensión más propio de una relación larga y desgastada que aquella que se espera del debate de un primer proyecto de ley enviado por una nueva fuerza política que tiene minoría en las dos cámaras.
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Por eso será importante observar cómo se desarrolla en adelante la relación con el Congreso y qué ocurre a partir del 1° de marzo, cuando legisladoras y legisladores podrán impulsar sus propias iniciativas (las extraordinarias están reservadas a proyectos que envía el Poder Ejecutivo), y el oficialismo seguirá en minoría. Será momento de tejer los consensos que faltaron en este primer tramo de la carrera pero también de evaluar qué tan hondo calaron los sucesivos destratos, incluso hacia quienes estaban dispuestos a acompañar el mensaje oficial.
En definitiva, se verá si hay interés del gobierno nacional en construir puentes con otro poder del Estado que es el Legislativo. Un puente que no existe entre uno y otro lado del océano porque, de ser así, y a juzgar por la escalada de insultos y agravios que desde Israel e Italia dirigió el Presidente hacia opositores y aliados, ya se hubiese quemado.
¿Negociación o prescindencia?
El Litoral quiso conocer la opinión de cuatro legisladoras y legisladores nacionales por la provincia de Santa Fe acerca del proceso que terminó en el retiro de la "ley ómnibus" y las perspectivas que se abren en la relación del Presidente con el Congreso.
Para Mónica Fein (Hacemos Coalición Federal), el Presidente "planificó un enfrentamiento con el Congreso desde el primer momento al sacar un DNU y mandar una ley imposible de estudiar seriamente en extraordinarias. Aún así, por respeto institucional logramos superar varios escollos". "Creo que de acá al 1° de marzo el Presidente no va a mandar nada más a extraordinarias y que las medidas que está tomando van a tener muchas reacciones, como la quita del subsidio al transporte". En ese punto, recordó que "cuando cargamos combustible pagamos un impuesto y una parte va como contribución al transporte público" que dejará de estar subsidiado para el interior pero no para el AMBA.
Para Fein "es un momento institucional único, con una negación del Congreso y esta idea permanente de casta y traidores; una amplia versión de traidores que también incluye a quienes apoyaron algunas cuestiones pero se diferenciaron en otras".
Mario Barletta (UCR) define como "intenso" el camino recorrido por el proyecto de "ley ómnibus" y destaca que fue "un trabajo muy responsable y cuidadoso desde el primer momento en que se tuvo predisposición para dar las herramientas que el gobierno necesita para llevar adelante los cambios, sin que esto signifique un cheque en blanco". No obstante, "el desenlace (la vuelta a comisiones y posterior retiro del proyecto) fue bastante insólito y no se termina de entender, en principio porque quedaban una enorme cantidad de temas muy necesarios, muy importantes, como el de jubilados, la esencialidad de la educación, el programa que generaba el incentivo para las grandes inversiones".
Sin embargo, "las conductas que surgieron a partir de la decisión de pasar a comisión y después señalar que no se pensaba volver a tratar, puso de manifiesto un encono del PE contra el Congreso", dijo Barletta quien se mostró en desacuerdo con el "señalamiento" a los gobernadores.
A la hora de imaginar cómo podría seguir esta historia, admite que "desearía que vuelva esta ley al recinto", pero buscar "consensos" previamente, "porque de eso se trata la marcha de un país republicano".
Germán Martínez (Unión por la Patria) opina que desde el Ejecutivo "hicieron todo mal desde el primer momento, enviando un proyecto inconmensurable desde lo extenso con una enorme cantidad de materias en su interior" y todo el trámite que siguió hasta la vuelta a comisión fue en esa línea.
"El período de ordinarias va a ser muy desafiante, no solo para el oficialismo sino también para cada uno de los espacios opositores. Nosotros tenemos el 40 % de los integrantes de cada una de las comisiones pero para poder avanzar en cualquier iniciativa tendremos que buscar puntos de acuerdo con otros espacios políticos".
Consultado acerca de si la voluntad de Milei es gobernar con prescindencia del Poder Legislativo, consideró: "Desde el primer minuto, cuando habló de espaldas al Congreso demostró escasa voluntad de articulación con el Poder Legislativo. Si a eso se le agrega la cantidad de agravios, todo lo que le dijo a los diputados que no acompañaron afirmativamente los primeros artículos de la ley, la catarata de insultos a los gobernadores, deja a las claras que tiene un problema con el funcionamiento del Congreso de la Nación. Y el fracaso de la ley tiene que hacerlo reflexionar: o insiste en los insultos, los agravios, las amenazas y los aprietes o se pone frente al espejo, analiza lo que funcionó mal y trata de aprender de la experiencia para no caer en el fracaso. Para eso necesita una humildad que por ahora no está demostrando; va a depender de él cómo sigue la relación con el Congreso".
Lejos de creer que haya existido voluntad de obstruir el tratamiento de la ley de "Bases", para Germana Figueroa Casas (PRO) hubo "una puja en la que cada uno defendió su posición". "Y faltó la experiencia parlamentaria (del oficialismo) para entender que a los votos hay que buscarlos, hay que contarlos, hay que hacer el poroteo. Primero había inflexibilidad y después a nosotros nos tomaron muchas de las sugerencias que planteamos".
Mientras tanto, "muchos de los temas que están en el proyecto de ley son muy importantes, por ejemplo, la esencialidad de la educación". Por eso, el gobierno "tendría que mandar un paquete de leyes individuales sobre muchos de los temas que estaban en la ley de Bases".
Como reflexión final, evalúa que "nos parecía importante darle herramientas a un gobierno que recién asume, que recibió una situación catastrófica y al que más de la mitad de los argentinos eligió".