Monseñor Moon: ‘Todos somos ungidos y enviados para proclamar la Buena Noticia’
El obispo de Venado Tuerto, monseñor Han Lim Moon, presidió la misa crismal en la catedral Inmaculada Concepción, en la que concelebraron los sacerdotes diocesanos y participaron gran catidad de fieles, religiosas y religiosos. En la Eucaristía, el prelado compartió con la comunidad una carta por los 60 años de la diócesis.
En la homilía, monseñor Moon recordó que “en este día de la misa crismal bendecimos el aceite para ungir a los enfermos y confortarlos en su debilidad física y espiritual, y el aceite para ungir a los catecúmenos y encaminarlos en la fe. Y también consagramos el Santo Crisma para, luego, consagrar a los bautizados y ministros de la Iglesia en orden al anuncio de la Buena Noticia de la salvación que trajo Jesucristo, quien nos amó y se entregó por cada uno de nosotros”. En una palabra, dijo, “todos somos ungidos y enviados por el Espíritu Santo para proclamar la Buena Noticia.
“Para celebrar de la mejor manera los 60 años de la creación de nuestra diócesis de Venado Tuerto, debemos tener claro, en la mente y en el corazón, el itinerario de todo cristiano, es decir, de todos los bautizados consagrados por el Espíritu Santo”, dijo el prelado.
Seguidamente, propuso sintetizar “este caminar juntos” en cuatro pasos:
El primero de ellos, explicó, “es el encuentro personal con Cristo muerto y resucitado por ti, por mí y por todos que permite experimentar su amor transformador de toda nuestra existencia y estilo de vida”. “Por eso, es importantísimo ofrecer a todos espacios reales, como retiros espirituales o la escucha de la Palabra de Dios en comunidad, que los prepara para ese encuentro personal con Cristo. Sin esta experiencia fundante es imposible ser auténtico cristiano y es necesario renovarla de una u otra forma”, subrayó.
El segundo paso “es la pertenencia a una pequeña comunidad concreta de nuestra parroquia que es ‘la comunidad de las comunidades’, con sus encuentros periódicos para crecer juntos con los demás hermanos”, indicó el obispo de Venado Tuerto, quien afirmó que “esta vida comunitaria confirma y fortalece nuestra pertenencia al cuerpo místico de Cristo”. “En este paso afianzamos nuestro crecimiento del ‘ser’ cristianos como hermanos y discípulos de Cristo. Por eso, tenemos que ofrecer esas comunidades concretas a la que todos puedan pertenecer”.
Con respecto al tercer punto, el prelado dijo que está vinculado a la “capacitación” para que “podamos servir mejor a los demás hermanos según la necesidad y el talento que Dios nos ha regalado a cada uno, sabiendo que ‘no todos servimos para todo, pero todos servimos para algo’. En este paso afianzamos el ‘hacer’ cristiano. Para esto, el párroco con su comunidad discernirá las necesidades y los talentos y se organizarán convenientemente”.
El cuarto y último paso, dijo, “es el anuncio de la Buena Noticia, Jesús, personal y comunitariamente mediante el testimonio, el anuncio, la invitación y las obras de misericordia a todos los que pertenecen a nuestro radio parroquial o pueblo en el que vivimos”. “Es importantísimo tener claro la meta de anunciar e invitar ‘a todos’ porque lo pide el Señor: ‘Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación’, porque el mayor tesoro que tenemos nosotros es Cristo, el único que puede transformar y salvar a todo hombre y a la sociedad”.
Y añadió: “Para lograr este mandato del Señor es muy importante formar las pequeñas comunidades fuera del edificio parroquial bajo el pastoreo del párroco, para garantizar realmente el anuncio y la invitación a todos los habitantes”
Monseñor Moon expresó que con esta carta pastoral “pretendo encaminar progresivamente a toda nuestra Iglesia diocesana por el mismo rumbo, impulsados por el Espíritu Santo”.
Finalmente, dijo, para que se cumpla todo esto “pidamos la intercesión de nuestra Madre, la Inmaculada, Patrona de nuestra Iglesia diocesana”.