Venado Tuerto
“Municipio para armar”: historia política a partir de documentos invisibilizados
Alejandra García y Valentín Magi elaboraron una investigación que reconstruye el régimen municipal de Venado Tuerto entre 1935 y 1983, basada en fuentes inéditas del archivo legislativo y municipal. Tras la presentación inicial en la Casa Museo, hicieron lo propio en ICES y el IES N° 7.
El libro “Municipio para Armar - historia del régimen municipal de Venado Tuerto 1935-1983”, de los historiadores Alejandra García y Valentín Magi, publicado por Ají Ediciones, se presentó este lunes 21 en el Instituto Católico de Enseñanza Superior (ICES), y el martes 22 en el Instituto de Educación Superior (IES) N° 7, ante un gran número de estudiantes y docentes.
Previamente, el 5 de abril se había presentado por primera vez en la Casa Museo Cayetano Silva, donde la obra fue declarada de interés municipal.
Alejandra García, historiadora, escritora y con larga trayectoria en la docencia, y su exalumno Valentín Magi, hoy docente de Historia en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), son los coautores de este interesante trabajo a partir de una propuesta del Archivo Histórico Digital de Venado Tuerto.
“Durante la pandemia, Pablo Ilari -entonces director del Archivo Histórico- nos propuso trabajar a distancia con fuentes del Concejo Municipal que habían sido digitalizadas, pero necesitaban clasificación y descripción”, recuerda García. Esa tarea, inicialmente archivística, se transformó en el germen de una investigación más profunda: “Nos entusiasmamos con los temas que aparecían y que no estaban en la historia local. Así comenzó a gestarse la idea de escribir un libro”.
De tarea archivística a proyecto historiográfico
El trabajo comenzó en 2020 con la clasificación del fondo documental legislativo que abarcaba desde la declaración de ciudad de Venado Tuerto en 1935 hasta los primeros años de la democracia recuperada. La pandemia obligaba a proceder en modalidad remota, pero eso no impidió un intercambio fluido entre los autores.
García se enfocó en el período que va desde 1935 hasta la caída del primer gobierno de Perón, mientras que Magi abordó el tramo posterior hasta 1983. “Cada uno investigó su segmento con libertad, pero con constante diálogo. El libro tiene una estructura común, coherente, a partir de una permanente interacción; incluso, yo redacté la introducción y Valentín cerró con la conclusión general”, cuenta la historiadora.
Este trabajo conjunto no solo permitió una línea narrativa compartida, sino también una relectura crítica de fuentes históricas que hasta el momento habían sido desestimadas o desconocidas por la historiografía local.
Archivos ocultos, mitos y nuevas fuentes
Tras un paréntesis por obligaciones profesionales de ambos hacedores, a fines de 2023 y durante todo 2024, García y Magi se dedicaron por entero a completar la tarea iniciada, recuerda García, señalando que "una parte clave de la investigación apuntó a explorar documentos inéditos del Concejo venadense y, más tarde, acceder a materiales del archivo municipal que no estaban ni inventariados ni conservados con criterios históricos. “Durante años circuló el mito de que se había perdido todo en un incendio, pero sabíamos que eso no era del todo cierto. Conseguimos acceso gracias a gestiones con el intendente Leonel Chiarella y con la secretaria Miriam Carabajal, y hallamos documentos fundamentales”, explica García, quien también integra la Comisión de Nomenclatura que asesora al cuerpo legislativo local.
El material fue trasladado, primero, a la Casa del Bicentenario y luego a la Casa Museo Cayetano Silva, donde se comenzó un proceso de limpieza, digitalización parcial y clasificación. Así, “se rescataron libros de actas, disposiciones administrativas y registros que permiten reconstruir no sólo la evolución del municipio, sino también los conflictos políticos y las transformaciones institucionales”, enumera.
Uno de los hallazgos más importantes fue la identificación precisa del inicio del régimen municipal. “Contrario a lo que muchas veces se dijo, José Aufranc no fue el primer intendente electo en 1935, sino un comisionado designado por la intervención federal. Recién en 1937, con la normalización institucional, se eligen intendentes dentro del sistema representativo provincial”, detalla la autora de “Cayetano Silva”.
Constitución, autonomía y tensiones del siglo XX
La investigación también se detiene en procesos constitucionales claves, como la reforma constitucional de 1949, donde el gobierno peronista nacional impulsó una nueva Carta Magna. “En Santa Fe se dio una tensión entre el gobierno provincial de Waldino Suárez y la presidencia de Perón. Eso derivó en una intervención federal que afectó la Legislatura y habilitó elecciones con mayoría peronista. Desde allí se impulsó la reforma constitucional santafesina”, explica la autora.
Sin embargo, aquella Constitución no consagró la autonomía municipal, perpetuando la lógica de que los intendentes debían ser designados por los gobernadores. “El régimen municipal seguía sin autogobierno real, y en Venado Tuerto se notó especialmente porque no hubo Concejo Deliberante hasta 1938, y luego, con los golpes militares, muchas veces fue disuelto”, agrega García.
Durante la Revolución Libertadora y otros procesos de facto, la ciudad fue gobernada por comisiones administradoras con lógicas corporativas, sin representación directa del voto popular. “Eran cuerpos designados desde la Gobernación, con representantes de sectores económicos: el comercio, el agro, la industria”, detalla.
Diarios, relatos perdidos y nuevas voces
Los autores también desarrollaron una profunda búsqueda en hemerotecas y archivos de prensa. “Consultamos diarios que ya no circulan y que no están disponibles en la ciudad. En la Biblioteca Nacional hallamos ejemplares de El Faro o La Agraria, y en el caso de Valentín, muchos números de El Alba. Fueron fundamentales para reconstruir debates políticos y expresiones de la vida social que no estaban registradas en documentos oficiales.”
Estos relatos, complementarios a los registros institucionales, aportaron otras voces al relato: la del trabajador, la del productor rural, la del militante político. “Nos permitieron escribir una historia sinfónica, no solo cronológica, con múltiples actores y perspectivas”, enfatiza.
Por su parte, Valentín Magi reveló que, en su caso, el hallazgo del material resultó “impactante”, porque en el inicio del trabajo no contaba con diarios de la época para reconstruir la periodización completa. Hasta que un día, “investigando para mis temas de tesis, se me ocurre consultar en la Biblioteca Nacional si había diarios de Venado y me encontré con que había varios ejemplares de El Alba y La Opinión, por ejemplo, en tanto que, en otro momento, Alejandra también encontró otros, menos conocidos”.
Además, destacó que “estaban los diarios de todos los años, de todos los meses, cuando no había uno, estaba el otro, y eso nos permitió ampliar la imagen de lo que ocurría con la política y la sociedad venadense durante esos años, así que fue una fuente muy rica, que abrió muchísimo la investigación, la oxigenó y permitió problematizar y abrir muchas más variables y precisar las hipótesis”, afirma el historiador. “Así que fue un hallazgo muy bueno, porque en Venado son diarios que no se consiguen y que en la Biblioteca Nacional están conservados en perfecto estado”, agrega.
De Aufranc a López Sauqué
Uno de los aportes más notables del libro es la revalorización de gestiones locales que impulsaron políticas sociales antes del surgimiento del Estado de Bienestar. “En la etapa de José Aufranc, por ejemplo, se construyen obras orientadas a mejorar la salud pública, la niñez y la vida urbana: el parque municipal, el mercado, el matadero…”, enumera García.
A pesar del contexto de fraude electoral y ausencia de representación genuina, esas gestiones apuntaban a una concepción integral de la salud: “No solo el hospital, sino la alimentación, el deporte, el esparcimiento, la educación”.
Incluso los debates urbanos -como la polémica por el uso de terrenos destinados a plazas- fueron abordados con mirada estratégica. “Aufranc planificó la expansión de la ciudad hacia el este, con criterios urbanísticos que recién hoy se están volviendo a valorar.”
Mientras tanto, Magi centró su atención en la figura de Fernando López Sauqué, a quien definió sin vacilar como “el político más importante de la segunda mitad del siglo XX”. Recordó que su primera llegada a la Intendencia se produjo como comisionado de la Revolución Libertadora, en representación del conservador Partido Demócrata, cargo que ocupó durante un año. Más adelante, regresaría en dos oportunidades: en 1963, electo nuevamente por el Partido Demócrata, aunque fue desplazado en septiembre de 1966 por un coronel vinculado al golpe militar de ese año; y en 1973, cuando asumió el 25 de mayo por la Unidad Vecinal, desempeñándose como intendente hasta abril de 1981, momento en que pasó a ocupar el cargo de ministro de Gobierno de la provincia de Santa Fe. Un detalle llamativo es que, durante el primer semestre de 1976, fue apartado transitoriamente de su cargo por otro coronel.
Tras destacar que “sin lugar a dudas, López Sauqué fue el dirigente que más tiempo gobernó en el período abordado en nuestra investigación”, observó que hay tres factores que explican su centralidad en la política local. “El primero es su capacidad de gestión, evidenciada ya durante su primer gobierno, cuando logró resolver el problema del abastecimiento de energía eléctrica, un tema crítico en ese momento. El segundo aspecto -continuó- es su habilidad para adaptarse políticamente, mutando desde el Partido Demócrata en los años 60, a un partido vecinal en el 73, en busca de ampliar su base de apoyo, apelando más al vecino común, más cercano al barrio que a las grandes estructuras partidarias”.
Por último, Magi destaca la ausencia de rivales de peso en las elecciones de 1963 y 1973. “En ninguna de esas ocasiones enfrentó rivales con una trayectoria y una legitimidad comparables a las suyas, lo cual consolidó aún más su posición”, estableció.
Obra para abrir debates y pensar el presente
Para Alejandra García, “Municipio para armar” no es un punto de llegada, sino una invitación al debate. “Sabemos que las fuentes son fragmentarias, que no está todo dicho, que aún quedan vacíos, pero lo importante era abrir una conversación que la ciudad se debía. Queríamos poner a circular esta historia que estaba dispersa o nunca contada”, afirma.
El libro no solo recupera nombres, fechas y documentos; también permite pensar cómo se fue construyendo -y en ocasiones desarticulando- la institucionalidad democrática en una ciudad atravesada por tensiones locales, provinciales y nacionales.
“Es una obra que puede leer cualquier ciudadano, pero también es una herramienta de consulta para quienes toman decisiones, para quienes enseñan, para quienes estudian. Porque entender cómo llegamos a tener el municipio que tenemos también es clave para pensar hacia dónde queremos ir”, concluye García.