“Muralistas de Messi” llenan de arte los espacios públicos de Berabevú
Lisandro Urteaga, junto a su compañera Marlene Zuriaga y su hijo Jacinto, pintaron en Rosario el mural en homenaje a Lionel Messi a 70 metros de altura.
En Berabevú, este jueves se presentaron los muralistas Lisandro Urteaga y Marlene Zuriaga en la Biblioteca Popular El Ateneo para contar con lujo de detalles, mediante videos y narraciones, el proceso de realización del “Mural de Messi” que estamparon en diciembre último en un edificio torre de Rosario.
Con buena convocatoria de público de la región, las consultas más reiteradas fueron cómo hicieron para llevar la imagen del crack rosarino a semejante tamaño y si lo conocieron en persona. Y Urteaga, así como las contestó en Berabevú, lo hizo para Sur24, casualmente el viernes 24, cuando Lionel Messi estaba cumpliendo 35 años: “Aunque odio las matemáticas, hay que apelar a ellas para estas labores, sumado al bagaje de experiencia en otros murales más terrenales. También hicimos una grilla, semejante a la tradicional cuadrícula, donde se transportan imágenes a escala. Usamos programas de diseño que permiten, por ejemplo, montar imagen sobre imagen y la llamamos ‘grilla orgánica’ porque aprovechamos para dejar mensajes, aunque efímeros, justo frente al río Paraná, como Basta de quemas y Ley de Humedales ya”, relató. También dijo Licha que “no conocimos a Messi, pero hubo un vínculo con familiares directos y un pulgar hacia arriba de su entorno cuando pedimos la aprobación antes de ingresar en el tramo final de la obra”.
“A través de los murales de Messi, sentimos que se nos reconoce un poco más, que se visibilizó de golpe nuestro trabajo de largos años. Y esto es gracias a la popularidad de este enorme futbolista, comparable a la de líderes políticos y religiosos del planeta”, aseguró. “También logramos el patrocinio de un fabricante de pinturas de la talla de Alba, que nos proporciona las materias primas para encuentros muralistas en todo el país”, amplió.
Cabe destacar que el Mural de Messi se pintó sobre el paño de un edificio, a más de 70 metros de altura, en inmediaciones del Monumento a la Bandera, y de cara al río Paraná, con la intervención del propio Lisandro, su hijo Jacinto y Marlene. Previamente, los mismos creadores habían estampado sendos murales en el barrio de la infancia del capitán de la Selección campeona de América y frente a su escuela primaria, en 2018 y en 2021, respectivamente.
Marlene, Lisandro y Jacinto, son autores del Mural de Messi; los dos primeros visitaron el pueblo de Berabevú, invitados por el jefe comunal Tomás Sorribas.
En homenaje a Julieta Del Pino
Urteaga y Zuriaga pintaron varios murales en el marco de una invitación del presidente comunal Tomás Sorribas, al cual agradecieron vivamente su decisión de poner en valor espacios públicos que lucían deteriorados, como los galpones del ferrocarril. “Con la incorporación del arte, con ideas y colores, esos ámbitos adquieren un aspecto más amigable y se vuelven paseos integradores, siendo frecuentados por vecinos de uno y otro lado de las vías que tantas veces separan las comunidades en los pueblos, y en este caso se reúnen a charlar, tomar mates y compartir actividades deportivas y recreativas”, resumió el artista, quien elogió la actitud de Sorribas, al igual que sucede en otros lares del sur santafesino.
Sobre el significado de los murales, aseguró que siempre que arriban a una localidad, lo hacen con el objetivo de plasmar imágenes que identifiquen a esa comunidad, que refuercen su sentido de pertenencia, que expresen sentimientos profundos de la gente. “En Berabevú, donde hicimos varias intervenciones, la más emotiva fue la que homenajea a Julieta Del Pino, la chica asesinada hace dos años, en la que trabajamos junto con sus familiares en el diseño de un vuelo poético (ver imagen principal) que incorpora mariposas, picaflores, hadas, en fin, símbolos relacionados con el entorno de esta adolescente, a la que quisimos mostrar con vida por siempre”, enfatizó.
Además, “en una placita hicimos el abrazo de un niño y una niña con las camisetas de los dos clubes de la localidad, apuntando a la integración”. Luego, en otras caras de los galpones, “trabajamos con los colores de la bandera del pueblo; con los frutos del berabevú -un duraznillo de frutos rojizos- y con caballos pastando, entre otras obras alusivas a las cosas simples y bellas de un pueblo”.
