Experiencia inolvidable
Nela Samuel, desde Rufino al pre-Cosquín
La artista participó en las instancias preliminares del tradicional festival coscoíno.
(Por Ana Inés Dobal) - Nela Samuel es una bailarina de Rufino que participó en la primera ronda del Certamen Nacional para nuevos valores Pre-Cosquín en la categoría Conjunto de baile folklórico, y lo hizo durante enero junto a 35 bailarines de la Escuela de baile “Orígenes”, dirigida por dos cordobeses, y nos representó con encanto.
Sebastian y Lautaro Magarzo -padre e hijo, respectivamente- son los responsables del ballet en el que despliega su gracia Nela Inés Samuel, desde que se radicó en Córdoba. Bailó diferentes estilos durante toda su vida en Rufino, destacándose en danza contemporánea y folklore, y hace un año se radicó en la vecina provincia.
Con 34 años, docente de Nivel Primario y Profesora de Música, la danza corre por sus venas y la ejecuta con destreza desde pequeña. “La danza para mí es una filosofía de vida. Bailo para vivir. Disfruto mucho de compartir con otras personas. Me encanta estar en movimiento e interpretar música a través del cuerpo”, expresa con sentimiento.
La comitiva “Orígenes” desplegó gato, zamba y jota cordobesa en el escenario Atahualpa Yupanqui, que está dentro de la plaza Próspero Molina de la ciudad de Cosquín donde se realiza en cada enero el tradicional festival. “El 2 de enero presentamos el cuadro ‘Cosechando sueños’, que representa a los trabajadores del campo, específicamente a los hermanos labriegos en la cosecha de la papa”, precisó.
Dedicación y entrega
“Para poder hacernos presentes, ensayamos desde febrero de 2023, de tres a cuatro veces por semana, entre tres y cuatro horas como mínimo. Participamos en varias competencias a lo largo del año, con muy buenos resultados”, comparte sobre la previa.
“El 18 de noviembre nos presentamos en la sede Carlos Paz, donde resultamos ganadores del pase al Pre-Cosquín. Esta competencia se desarrolla durante la primera quincena de enero. Quienes van ganando en cada ronda, pasan a la final, que dura dos noches. Los finalistas ganadores obtienen el premio de participar en una de las nueve lunas del festival Cosquín”, detalla.
El despliegue que los bailarines con músicos en vivo, siempre conmueve, y ésta no fue la excepción “Fue una experiencia de muchísimo aprendizaje, tanto en lo artístico como en lo personal. Durante el año experimentamos una seudo convivencia con los bailarines y profesores: compartimos ensayos, pruebas de vestuarios, elaboración de elementos para bailar, y así, entre risas, frustraciones, competencias y peñas, hemos construido una gran familia que abarca casi toda la Argentina, ya que somos de distintas provincias”, suma.
Sueño de sueños
“Bailar en el Atahualpa significó, sin dudas, un sueño cumplido. Pisar tremendo escenario es una vivencia que muchos bailarines de folklore anhelan. Con mucho esfuerzo, trabajo, dedicación y constancia, pude llegar. Inevitablemente, los nervios fueron gigantescos, pero me quedo con el disfrute y la felicidad que no tienen descripción en palabras”, recordó Nela.
El folklore lleva grabado a fuego el sello del trabajo arduo, la esperanza y el sueño de llegar. Nela es otro de los valores locales que con horizonte y tesón consigue subir un escalón más en este camino de anhelos y sentimiento a flor de piel.
Gratitud
“Estoy profundamente agradecida a quienes me acompañaron ese día en la plaza o a través de la transmisión en vivo (familiares y allegados), y a quienes fueron parte del proceso que, sin dudas, comenzó en Rufino, así que gracias a todos mis profesores de danza de allá, especialmente a Lucía Rojas y Agustín Domínguez, quienes fueron mis mentores en el folklore”, concluyó feliz la joven artista después de su experiencia.