Obras Sanitarias postula una actualización tarifaria más expeditiva y menos “política”
Un mes atrás, el Concejo convalidó el ajuste del 35 por ciento en los servicios concesionados de agua potable y cloacas en dos tramos (25 por ciento desde abril y 10 por ciento en junio), luego de que la Cooperativa de Obras Sanitarias informara un retraso tarifario del 112 por ciento, entre el 61 por ciento correspondiente al último balance (cerrado el 30 de junio de 2020) y el acumulado desde entonces hasta fines de marzo. En función de esta notoria anormalidad, los directivos de la empresa de Italia al 500, encabezados por su presidente Marcelo García Lacombe, consideran oportuno y necesario evaluar entre las partes un “sistema superador” de actualización tarifaria para evitar la reiteración de estos desfasajes. Asimismo, esta situación estaría siendo observada con inquietud por los administradores de la Cooperativa de Electricidad, ya que a partir de la firma del nuevo contrato de concesión con el poder concedente municipal -el vigente vence en octubre próximo-, también ellos dependerán de las definiciones legislativas locales para la determinación de las tarifas del servicio.
En declaraciones a Sur24, García Lacombe describió el difícil periplo transitado por Obras Sanitarias durante más de dos años, que atravesó postergaciones de audiencias públicas, un cambio de gobierno municipal y la suspensión de los aumentos de servicios públicos resuelta por DNU presidencial con motivo de la pandemia: “Como teníamos tres balances sin ajustes, el desfasaje tarifario creció hasta un 112 por ciento. Nosotros sabíamos que ese porcentaje de ninguna manera podía ser absorbido por nuestros socios, pero también está a la vista que la ciudad se atrasa en materia de saneamiento, porque en estas condiciones era inviable seguir haciendo obras”.
Más adelante describió el ex concejal que “según el contrato de concesión, ante cada cierre de balance se debe aplicar una fórmula matemática compuesta de distintas variables (polinómica), de la que se desprende la magnitud del reajuste de la tarifa. En principio, es un procedimiento técnico, aunque la última palabra siempre la tiene el Concejo, y como por lo general no quiere asumir el costo político de autorizar aumentos, el resultado es la postergación de las definiciones por largos meses, o bien se autorizan ajustes muy inferiores a los establecidos en el propio contrato”.
“Con este último reajuste escalonado del 35 por ciento y algunos subsidios estatales podemos subsistir, pero la solución de fondo para estos frecuentes desfasajes es mediante un cambio de sistema que venimos planteando desde hace años”, sostuvo el cooperativista y alertó: “De continuar esta metodología el perjuicio será para todos, porque cuando se aprueba el incremento, a la concesionaria ya no le alcanza, y aun así al vecino le resulta caro. Hay que revisar el concepto y conciliar un sistema más práctico, de actualización periódica, semiautomática, en función de los niveles de inflación y costos del servicio”, propuso con tono conciliador el máximo referente local de Obras Sanitarias.