Omar, un jugador que extrañaremos
Construir una carrera deportiva para quien ama un deporte es una de las tareas más difíciles. No necesita solamente del propio deseo, requiere de la mirada y la valoración de los otros. Con el paso del tiempo se engrandece por el respeto de los rivales, se cristaliza por la admiración de cada uno de los compañeros que lo disfrutó y accede a la categoría de mito por la devoción de los hinchas.
Omar Zanocco logró plasmar todo eso en su larga y admirada carrera dentro del básquet. Lo hizo con diferentes camisetas y la finalizó con la de Argentino de Firmat.
En la inmensa memoria Cuevera quedarán grabadas las noches en la que sacó la cara por su equipo cuando las cosas no tenían solución, las magistrales definiciones en la zona apelando al manual del pívot, la capacidad de dar siempre más aún en las peores adversidades, la exclamación de nuestra tribuna.
Su apodo, Titán, le calza perfecto, refiere a una persona de gigantesco tamaño con excepcional fuerza. Omar ha sido eso con nuestra camiseta, un gigante que nos hizo ganar respeto en todas las canchas, un jugador con un espíritu inquebrantable que abrió caminos para ir más lejos en jornadas inolvidables.
Este señor que gobernó la zona pintada y marcó los años dorados de Argentino en la Venadense ya no nos entregará más funciones en nuestro olimpo, extrañaremos sus hazañas.
Gracias Omar, tu legado está en manos de nuestros pibes y de tus pibas del básquet. Nos emociona escucharte decir en el final de tu carrera: “Lo más importante que me dio Argentino es mi familia”.
Transita tranquilo nuestro club, no fuiste uno más, fuiste y seguirás siendo “El Titán de los Cueveros”.
Texto Eduardo ‘La Negra’ Bigotti
Fotos: Gentileza El Correo