Es investigador del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral -de doble dependencia Conicet Santa Fe-UNL-, Doctor en Biotecnología, y fue galardonado días atrás -junto a otros cuatro colegas de otras partes del planeta- con el premio de la primera edición que estableció la UNESCO en 2021 junto a la Fundación “Al-Fozan” (de Arabia Saudita). Este galardón fomenta la promoción de jóvenes científicos y científicas en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Nada menos.
Orgullo: un joven científico del Conicet Santa Fe fue premiado por la UNESCO
Federico Ariel atiende el teléfono desde su residencia en París, en el sur de la gran Ville Lumière, donde hay una frondoso parque lleno de árboles y ornamentaciones “a la francesa”. En viviendas contiguas, están parando investigadores como él pero de todo el mundo. Como vivió seis años en Francia, dice sentirse allí como en su “segunda casa”. Y admite que luego de recibir el premio que la UNESCO, aún no le cae la ficha de la trascendencia que tiene para su carrera.
Ariel, con mucho estudio y horas en laboratorio, hoy está encaramado sobre los hombros de la vanguardia en ciencia a nivel global. Pese a esto no hay jactancias en el investigador local, que en realidad nació en Buenos Aires, vivió mucho tiempo en Paraná y hoy se siente “santafesino por adopción”, ya que es egresado y da clases en la UNL. Volvió de Francia en 2016 como científico repatriado a través del Programa Raíces, y desde ese entonces se instaló en esta capital.
“Este premio fue una gran sorpresa. Es la primera vez que lo otorga la UNESCO a jóvenes en ciencia. Claro que tenía mis expectativas, pero hasta que no te avisan del premio, no caés: ¡Es un montón! Cuando me postularon, en 2022, yo tenía 39 años; acabo de cumplir 40, así que ésta fue la última oportunidad de presentarme…”, sonríe el científico galardonado, en diálogo con El Litoral.
Las postulaciones debían hacerlas las propias instituciones académicas. A la de Federico Ariel la realizó la UNL. De 2.500 postulaciones de todo el mundo, se eligieron cinco ganadores, entre ellos al investigador local. Los otros jóvenes científicos que recibieron la distinción fueron Abdon Atangana (Camerún); Qiaomei Fu (China); Hesham Omram (Egipto) y Jelena Vladic (Serbia).
El Dr. en Biotecnología relata que, en París, el acto de entrega de los premios por parte de la UNESCO pareció un montaje cinematográfico, “algo así como una serie de Netflix”, vuelve a sonreír. Es que los organizadores del evento llevaron adelante una mega producción audiovisual con los galardonados, con muchas cámaras de grabación y de fotos, con luces y hasta con maquillajes.
La investigación
Desde 2010, Ariel trabaja en lo que se denomina biología y bioquímica del ARN en plantas (cultivos). El ARN es un molécula que tomó gran preponderancia durante la pandemia por Covid-19, pues varias de las vacunas contra el coronavirus -como las desarrolladas por Pfizer y Moderna- la utilizaron (algunos memoriosos podrán recordar la expresión “ARN mensajero”). “El ARN es la molécula central de la biotecnología del siglo XXI, no hay ninguna duda”, le dice a este diario.
“Con nuestro equipo, comprendimos que podíamos usar moléculas de ARN para darles información ‘tirándosela’ a las plantas (cultivos). Las plantas, a diferencia de los seres humanos, absorben el ARN y lo procesan: esto ocurre, por ejemplo, si se las rocía con ARN en agua a través de un spray. Las plantas lo ‘chupan’. Al ser humano, hay que inyectárselo (vacuna)”, grafica el científico.
Sobre la base de esta idea de que se podía usar esta molécula como “vía de comunicación” con las plantas, en 2021 y 2022 el equipo investigativo de Federico Ariel recibió un subsidio muy importante del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. “Esta ayuda económica nos permitió trabajar de forma intensa para saber si realmente era posible estabilizar los ARNs, tirarles estas moléculas a las plantas y ver si éstas respondían. Nos fue muy bien”, subraya.
A partir de allí, el camino se allanó. El investigador junto a sus colegas de trabajo formaron una empresa de base tecnológica (la start up “APOLO Biotech”), reconocida por el Conicet y la UNL. Hoy tienen su laboratorio en el Parque Tecnológico. La clave de todo es qué tipo de información se le da a las plantas a través de la molécula de ARN.
“Así, lo que hicimos y seguimos haciendo fue mostrarle a la planta, en forma de ARN, un pedacito de patógeno. Pero esa planta genera moléculas de defensa, que no son anticuerpos (como pasa con los seres humanos). Y gracias a esa defensa, esa planta puede bloquear una infección. En síntesis, desarrollamos soluciones basadas en el ARN para reemplazar pesticidas sintéticos tóxicos, es decir, agroquímicos”, precisa.
Estos pesticidas “son peligrosos para el ambiente, para las personas y están ampliamente cuestionados: de hecho, hay una demanda social muy amplia por el tipo del modelo de producción de alimentos que tenemos en la Argentina y otros países. Básicamente intentamos reemplazar agroquímicos por tecnología basada en ARN”, pone en contexto.
Por otro lado, la start up le dio a Federico Ariel y a su equipo la posibilidad de articular mejor con el sector productivo y hacer los ensayos de campo. “Las cosas están saliendo bien. Esto era impensado hace cinco años; en ese entonces no podíamos asegurar que esta tecnología basada en una molécula podría ser aplicable a la agricultura, por ejemplo”.
“Pero ahora lo estamos aplicando, y si superamos la cuestión de las regulaciones vigentes, es probable que estemos entre las primeras empresas del mundo en hacer tecnología de ARN para los cultivos. De ahí el premio: nos encontramos en la vanguardia. Estamos muy agradecidos y este premio nos motiva muchísimo para seguir investigando”, cierra el científico.
En equipo, siempre
“La ciencia y la tecnología es un proyecto colectivo y nada de esto lo podría hacer solo sino en equipo. Por eso valoro tanto los equipos de trabajo del Instituto y de la empresa y lo comparto con mis equipos de trabajo y con colaboradores y colaboradoras del mundo. Siento alegría por un reconocimiento que siempre es bienvenido y nos ayuda a dar visibilidad a lo que hacemos”, dijo el Dr. Ariel en declaraciones publicadas por las vías de difusión del Conicet.
El jurado
El jurado que entregó el prestigioso galardón estuvo compuesto por la Dra. Edna Matta-Camacho, bióloga (Colombia), quien fundó el programa educativo STEM Tolina; el profesor Didier Queloz (Suiza), que compartió el Premio Nobel de Física con Michel Mayor en 2019 por el descubrimiento del primer exoplaneta; y la Dra. Fadji Zaouna Maina (Níger), científica de la NASA.
Luciano Andreychuk