Pandemia: sur santafesino sufre menos impacto económico que el promedio país
En Venado Tuerto, uno de los reconocidos analistas económicos es el contador público José Toledo, quien en coincidencia con el Día del Graduado en Ciencias Económicas, compartió sus puntos de vista con Sur24 sobre las perspectivas de la economía en el marco de la agresiva segunda ola de la pandemia. En primer lugar, puso las cosas en contexto, señalando que “Argentina entró en la pandemia en un marco general de estancamiento, con altos niveles de inflación y recesión, situación que venimos sufriendo en los últimos 10 años. Y si bien era manejable el déficit fiscal, el endeudamiento externo se volvió muy complejo, incluyendo los leoninos compromisos asumidos ante el Fondo Monetario Internacional”, resumió.
“Apenas asumido el nuevo Gobierno nos choca de frente una pandemia que potenció todos los males que arrastrábamos. Más allá de la gestión de la crisis sanitaria, que no fue para nada buena, la gran diferencia con la mayoría de los países es que ellos venían con deudas controlables, sin inflación y, además, pudiendo pedir plata prestada a tasas razonables. En la emergencia -continuó-, Argentina emitió a mansalva, que era lo que único que podía hacer, pese a las consecuencias inflacionarias futuras. Y la primera medición del desastre la tuvimos cuando cedió la primera ola de Covid-19 y nos encontramos con que otros países habían caído no más del cuatro o cinco por ciento, y nosotros nos derrumbamos el 10 por ciento del PBI”, analizó el economista.
Sobre el porqué de la abrupta caída, Toledo consideró que se mezclan la endeble situación económica previa; la “grieta” entre Gobierno y oposición (que se evitó en los comienzos y reapareció más adelante) y el cierre total de la economía, que durante varios meses resultó “exagerado” en la mayor parte del país, como en el sur santafesino. “Ese apresuramiento en imponer una cuarentena uniforme significó quiebras, desempleo y pobreza, más allá de las ayudas del Estado, que por supuesto no alcanzaron”, puntualizó, acotando que a pesar de las tarifas congeladas y la baja de la demanda en algunos rubros, “la inflación siguió siendo muy alta en 2020 y también lo es ahora”.
La “bola de nieve”
“Hoy estamos peor que en el inicio de la pandemia, porque si bien el Gobierno neutraliza el dinero emitido con títulos (antes eran Lebac y ahora son Leliq), ese mecanismo implica que en algún momento habrá que volver a emitir para pagar todo eso. Hay que pensar que la tasa que se paga por las Leliq anualmente es el 38 por ciento y hay tres billones de títulos emitidos que están en los bancos, generando un interés de 95 mil millones de pesos mensuales. Por ahora, el Gobierno patea los vencimientos para adelante, pero llegará un momento en que ‘la bola de nieve’ será tan grande que no se podrá seguir postergando los compromisos”, alertó José Toledo. Y especificó: “Esto es lo que los economistas denominan déficit cuasi fiscal, porque no figura en el Presupuesto, pero es barrer la tierra bajo la alfombra, es hipotecar el futuro con el único objetivo de llegar a las elecciones en la mejor situación posible, sin medir las consecuencias”, observó el economista. Mientras tanto, “a pesar de esos dibujos en el sistema financiero, la verdad es que la inflación sigue sin control, y el índice de mayo puede estar entre 3,5 y 4,1 por ciento, con una inflación núcleo (la de alimentos) que treparía al 4,4”, según estimaciones confiables. “Y todo esto con una economía muy frenada y con tarifas de servicios públicos congeladas (…) por eso temo que estos índices continúen en alza con los nuevos ajustes ya otorgados en telefonía, prepagas, energía eléctrica, gas natural, que aún no se trasladaron al índice de precios al consumidor”.
Todos en otra cosa
Después de poner en blanco sobre negro la amenaza en ciernes de la deuda con los acreedores externos y con los bancos, y del “impuesto” inflacionario que crece mes a mes, el analista se mostró indignado con una clase política, incluyendo a la oposición, que no está discutiendo los temas medulares que le preocupan a la gente. “La pandemia es un tema muy complejo, que por lógica se lleva todos los grandes títulos, pero cuando baje la marea sanitaria nos vamos a encontrar desnudos, con una crisis social de incalculable magnitud”, presagió con crudo realismo.
“Así como se convocó a un comité de expertos ante la pandemia, habría que hacer lo propio con la inflación, convocando a todos los sectores, con grandeza y sin exclusiones. El mundo solucionó este tema hace 40 años, a partir del entendimiento de que las prioridades eran fortalecer el valor de la moneda y alejar del Banco Central el cortoplacismo de la política. Si no podemos nosotros, contratemos técnicos de otros países que supieron hacerlo, pero claro, con la disposición de seguir al pie de la letra esas instrucciones para poder salir adelante de una vez por todas”, exclamó el contador.
“Así como se convocó a un comité de expertos ante la pandemia, habría que hacer lo propio con la inflación, convocando a todos los sectores, con grandeza y sin exclusiones.”
Escenario regional
Aunque en general la región se alinea con el panorama descripto a nivel nacional, José Toledo realzó algunas características distintivas: “En el sur provincial muchos precios aumentaron por encima de la media, por ejemplo en la comparación con el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y Rosario. Sin embargo, una zona como la nuestra, con fuerte predominio agropecuario, se beneficia en general por el aumento del precio de los cereales”. “Este fenómeno, sumado a que el cierre de actividades no fue tan estricto como en el AMBA, redujo el impacto de la recesión, y así como a nivel país se promedia una caída del 10 por ciento del PBI, estimo que en nuestra región esa merma no supera el cinco por ciento”, evaluó el analista posando los ojos en el departamento Genera López y adyacencias.
“Los comercios locales en general atraviesan dificultades por la caída de las ventas, en distintos porcentajes, según los rubros. En cambio, aquellos relacionados con el agro mejoraron respecto de 2020 por la suba del precio de los cereales. Ahora, si dividimos el agro en leche, carne y cereales, el gran damnificado es el sector lácteo, no la industria, sino el productor tambero, que sufrió un fuerte aumento de los insumos (sobre todo el maíz) y eso no se vio reflejado en el valor de venta del litro de leche a la industria”, sentenció.