Para Alzari, el nuevo Hospital fue clave para resistir la pandemia en la región
Con 26 años de actividad médica en el Hospital Gutiérrez, entre “el viejo y el nuevo”, sumando en los últimos tiempos nada menos que el rol de director, el cirujano Daniel Alzari consideró que “que si esta pandemia nos encontraba en el viejo edificio hubiera sido un gran problema para Venado Tuerto y la región”. Más aún, según analizó, porque a diferencia de décadas atrás, donde funcionaban varios sanatorios, “hoy en Venado y la región la oferta de salud privada no es tan grande, y entonces la presencia del Hospital Gutiérrez, más allá de sus dimensiones físicas y su alta complejidad, se volvió más significativa”.
“Contar con este nuevo Hospital nos posibilitó hacer lo que hicimos, como delimitar sin problemas los espacios de circulación, tanto para pacientes como para personal médico, evitando los contactos entre las áreas Covid y polivalente; ampliar la internación, pues tenemos 38 camas en sala de clínica de adultos, donde están alojados los pacientes Covid, y con un simple gesto -subrayó- incorporamos dos gazebos de 9 x 3 cada uno donde ubicamos otras 10 camas Covid en el hall, junto a la Clínica Médica, con todas las comodidades, el equipamiento y la climatización; y en virtud de la amplitud de los quirófanos centrales, pudimos dividir esa área en dos partes para habilitar una unidad de terapia intensiva de 10 camas, sin resentir el servicio de cirugía”, describió el cirujano.
Más adelante, si bien aceptó que existen diversos procedimientos aplicados contra el Covid por médicos o instituciones sanatoriales, en algunos casos con efectos adversos, aclaró que “el Comité de Crisis de nuestro Hospital se propuso trabajar exclusivamente con tratamientos avalados por las sociedades científicas, y eso es lo que estamos haciendo. Y tan mal no nos va -aseguró- porque el año pasado tuvimos una mortalidad del 37,7 por ciento en terapia intensiva, un porcentaje que asusta en una primera lectura, pero hay que saber que otros efectores tuvieron un 60 por ciento o más de mortalidad. En cambio -agregó- esta segunda ola es diferente, más compleja, con una mortalidad mucho más alta en todos los centros médicos”.
Luego, Alzari destacó que en el Hospital Gutiérrez “estamos aplicando 5 mil vacunas semanales, trabajando de lunes a lunes desde hace más de un mes, y este jueves llegaron más vacunas de AstraZeneca (NdR: un total de 5.900, de las cuales 2.700 son para Venado Tuerto) que nos van a permitir continuar con este ritmo sostenido”. Y añadió: “Es la vacunación la única herramienta que nos protegerá de hacer formas graves de la enfermedad, sobre todo ante la llegada de la variante Delta, o Delta Plus, que es más contagiosa aún”, acotando que “tarde o temprano va a entrar, a pesar de las restricciones en las fronteras, por eso el objetivo es retrasar cuanto sea posible el ingreso de esa cepa, y su circulación comunitaria, en busca de avanzar en el cronograma de vacunación”.
¿Vacunas a elección?
Consultado sobre la “elección” de una u otra vacuna, como trascendió en algunos vacunatorios de Buenos Aires, el director médico sostuvo que “no es que la gente elige vacunas por capricho en Venado Tuerto, pero puede suceder que un paciente, por antecedentes clínicos, con la correspondiente prescripción médica, necesite una vacuna antes que otra. Por ejemplo, en pacientes con episodios trombo-embólicos, se sugiere preventivamente no inocular con la dosis de AstraZeneca, dado que se reportaron algunas reacciones adversas de la misma relacionadas con efectos trombóticos. Entonces el médico de cabecera pidió la vacunación de esta persona con Sinopharm, por ejemplo. Si bien el problema con AstraZeneca se dio en una franja etaria determinada, cuando el paciente muestra reticencia a cierta vacuna, si se dispone de alternativas, se lo hace, pero no en cualquier caso”, puntualizó.
Tránsito complejo
En cuanto a la reiteración de episodios de siniestralidad en el tránsito, con inmediato impacto en el sistema de salud, Daniel Alzari recordó que el viernes último “tuvimos 12 pacientes en la Guardia por accidentes en la vía pública y todos terminaron hospitalizados, 10 en sala general y dos en terapia intensiva, en su mayoría motociclistas”. Y en cuanto al mayor uso del casco, que las estadísticas establecieron en el 70 por ciento de los accidentados, manifestó que “sin dudas de esa manera se protege al traumatismo craneal, pero de todo modos ocurren múltiples lesiones en una caída que terminan con el accidentado en el Hospital”.