Planean mejoras en torre de control y pista del Aeródromo ‘Tomás B. Kenny’
En marzo de 2020, la pandemia sorprendió en pleno despegue a la actividad del Aeródromo Municipal ‘Tomás B. Kenny’, que desde entonces no recobró la normalidad ante las restricciones sanitarias, pero aun así el trajín diario es llamativo. Aeroplicadores, escuelas de vuelo, aviones militares y taxis aéreos, son usuarios asiduos de la estación aérea. Incluso el domingo de mayo estuvo el poderoso jet Aero L-29, un ícono de la Guerra Fría que supo participar en festivales aéreos locales y esta vez atravesó cielo venadense con motivo de vuelos de instrucción de un piloto local. También favorecen la mayor actividad la localización geográfica (en el centro del país) y la Aeroplanta de YPF, siempre lista para el reaprovisionamiento de combustible de aviones y helicópteros. Claro que no es casual que para llegar al aeródromo desde el área urbana haya que tomar avenida José Cibelli, tramo de ruta 33 que homenajea a un líder desarrollista que fue clave en los años ’90 usando influencias en beneficio de la extensión de la pista y la modernización del aeródromo; y luego hay que girar hacia el noroeste para rumbear por Vicealmirante Marcos Zar, acceso que lleva el nombre del venadense fundador de la Aviación Naval argentina.
“Para nosotros es muy importante la puesta de valor de espacios que, como el Aeródromo o la Terminal, constituyen ‘puertas de la ciudad’”, destacó el subsecretario de Movilidad municipal, Eugenio Bernabei, y en cuanto a la estación aérea fundada en 1976 especificó que “si bien resta mucho por hacer, estamos orgullosos porque es la referencia en una amplia región, sobre todo en el sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires. Cuenta con ventajas competitivas respecto de sus similares del centro del país en función de los servicios que se prestan, tales como pista asfaltada de 1.550 metros de extensión y 30 metros de ancho, balizamiento nocturno, aeroplanta de combustible oficial YPF, estación meteorológica y dos escuelas de vuelo”, resumió.
“Tras la asunción del gobierno que encabeza el intendente Leonel Chiarella encontramos un aeródromo con pronunciados deterioros en lo edilicio, como consecuencia de la falta de mantenimiento, así que nos dedicamos a elaborar un plan a mediano plazo para revitalizar distintos espacios, tanto en el edificio de torre de control, como en la pista”, sintetizó Bernabei. Y enseguida explicó que, más allá del buen estado general, la pista exige bacheo y sellado de fisura de juntas, en tanto que la torre de control necesita varias reformas y refacciones -funcionales y estéticas- para brindar las comodidades que se merecen pasajeros, pilotos, personal y visitantes que diariamente acceden a las instalaciones, incluyendo futuro servicio de bar y comidas rápidas.
Consultado sobre la financiación de esas próximas obras, recordó que del predio de 45 hectáreas, 34 están fuera de los límites de seguridad y se dedican a la explotación agrícola a través de un contrato de arrendamiento. “Esas ganancias siempre son cedidas a instituciones de bien público, pero esta vez necesitamos destinarlas en un ciento por ciento a estos objetivos de reforma, refacción y mantenimiento, y por eso elevamos al Concejo un proyecto de ordenanza solicitando autorización”, justificó el coordinador de todas las actividades ligadas a la movilidad en la ciudad y los espacios relacionados, como la prestación del servicio urbano de colectivos, estacionamiento medido, Estación Terminal de Omnibus ‘Arturo H. Illia’ y Aeródromo ‘Tomás B. Kenny’.
Además, Eugenio Bernabei sostuvo que “una de nuestras prioridades fue la reapertura del diálogo con todos los actores ligados a la actividad aeronáutica local”, y en tal sentido valorizó el acuerdo alcanzado con una escuela de vuelo privada para localizar sus oficinas y simuladores dentro de las instalaciones, en tanto que el Aeroclub, con sus dos hectáreas contiguas a la estación aérea, también ofrece una variedad de cursos, tales como piloto privado de avión, piloto comercial, piloto planeador, instructor de vuelo, piloto aeroaplicador, piloto remolcador de planeador, vuelo nocturno y vuelo por instrumento.
Desde octubre de 2018, tras la jubilación del histórico Oscar Rapalín, el jefe del Aeródromo es Fabián Di Pizio, quien elogió las anunciadas inversiones municipales en las instalaciones, y puntualizó que “en un año normal, es decir, antes de la pandemia, llegamos a unas 1.200 operaciones anuales entre despegues y aterrizajes. Ahora la actividad en general disminuyó, pero aun así es intensa, dado que hay 19 hangares que alojan 37 aeronaves, entre aeroaplicadores, empresas y particulares. También se hacen sentir las actividades de las escuelas de vuelo, no sólo las que tienen sede en nuestra ciudad, sino que hay varias de otros puntos del país que eligen Venado Tuerto como escala habitual para la instrucción de sus alumnos en etapa de navegación”.
Aeroplanta YPF, un surtidor de alto vuelo
En virtud de su ubicación estratégica, la Aeroplanta YPF del aeródromo municipal es de las preferidas para el reabastecimiento de aeronaves de bajo porte que operan en la línea de vuelo Buenos Aires-Córdoba y Buenos Aires-Mendoza, entre otras. “Hoy lo que más se mueve es el taxi aéreo que traslada hasta 20 pasajeros”, ilustró Di Pizio. “Hasta el comienzo de la pandemia recibíamos un promedio de 10 aeronaves diarias para la recarga de combustible, pero luego la actividad disminuyó a la mitad”, estimó basado en registros propios.
“Tenemos los dos combustibles, a precios oficiales, que se usan en aeronáutica: la Avgas 100LL es la nafta para aviones a pistón y la JP-1 para aviones a turbina (jet). También los helicópteros usan uno u otro en función del tipo de motor”, ilustró el jefe del aeródromo. Además, acotó Bernabei que la estación aérea local es una base que frecuentan las aeronaves de la Fuerza Aérea y del Gobierno nacional, tanto es así que desde la restauración democrática el ‘Tomás B. Kenny’ recibió a todos los presidentes de la Nación, prueba elocuente de sus atributos para operar en esos altos estándares de exigencia. “Ante el reciente viaje de Alberto Fernández a Junín con motivo del trágico fallecimiento del ministro de Transportes, Mario Meoni, tras aterrizar en esa ciudad, el helicóptero presidencial se trasladó a nuestra aeroplanta para el reaprovisionamiento de combustible”, graficó el subsecretario.
(NOTA PUBLICADA EN EDICION IMPRESA DE SUR 24 DEL LUNES 10 DE MAYO)