La economía Argentina está atravesando un momento de alta incertidumbre que condiciona la planificación económica y financiera de las personas. La alta y persistente inflación afecta las expectativas de los agentes económicos y, por ende, las decisiones de consumo e inversión.
Plazos fijos: las subas de tasas y el temor de que se profundice la dolarización
A esto se le suma el escenario político y la confianza de los ciudadanos frente a las medidas implementadas por los hacedores de las políticas económicas. Como estamos prontos a ingresar a un periodo preelectoral, los temores de las autoridades es que se desemboque en una profundización de una dolarización, por parte de los agentes económicos, tirando hacia arriba el tipo de cambio blue, financiero y el contado con liquidación; y fogoneando aún más las expectativas inflacionarias.
Por otra parte, no se debe dejar de lado la condición fiscal del Estado Argentino que erosiona la situación actual, incrementando la incertidumbre y volatilidad de la economía. En este marco, para que las medidas dispuestas tengan el impacto esperado, se debe producir un quiebre en las expectativas a los fines de llevar confianza y previsibilidad a las personas; frente a las diversas alternativas disponibles para resguardar sus ingresos y ahorros. Esto no parecería ser una variable importante para el gobierno, hasta el momento.
Además debemos considerar que esta medida de subir 3% la tasa de interés anual para los plazos fijos, para llevarla al 78%; se toma teniendo en cuenta el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central (REM) y en función de las expectativas del gobierno. Si uno mira esos datos, podríamos afirmar que la tasa de interés que se le promete abonar a los depositantes iría en función de estos indicadores y por encima de la tasa de inflación. Ahora bien, la tasa de inflación pronosticada en el REM es un número inferior a la que muchos agentes económicos importantes esperan para lo largo del año, sobre todo si tenemos en cuenta el periodo electoral que pronto va a venir.
El objetivo de estas subas de tasas parece ser frenar la adquisición de dólares, para evitar la presión sobre el mercado de cambios. La cuestión está en que si los depositantes son conocedores acerca de que hay una gran variabilidad de la expectativa de inflación a futuro, van a estar haciendo colocaciones en los bancos de muy corto plazo y viendo cómo fue el panorama mes por mes y en función de eso tomarán las decisiones.
En conclusión, las autoridades se ven obligadas a subir las tasas, porque tiene temor a que se profundice la dolarización de portafolios, situación que es bastante probable. Todo indica que esta situación se profundizará, porque el escenario se viene armado con una inflación que no se comporta como prevé el Presupuesto y las autoridades económicas.