Por la sequía, los tambos chicos perderían un 14% de producción diaria
En base a la estructura de costos del sector primario, un grupo de técnicos de INTA proyectó el impacto productivo y económico de la sequía en establecimientos lecheros chicos, medianos y grandes para todo el 2023.
Las principales variables conjugadas son el precio de la materia prima, los costos de producción y la disminución estimada en pasturas y cultivos destinados a silaje de maíz y grano.
“La proyección realizada muestra una situación financiera compleja, especialmente para los tambos chicos y medianos, dado que el precio de la leche no alcanzó a cubrir sus costos de corto plazo”, plantea el trabajo. En este segmento productivo, según las relaciones de precios vigentes durante el mes de marzo, se requirió un precio mínimo de la leche de $87,9 por litro para cubrir solamente el costo de corto plazo, mientras el valor promedio que recibieron por la producción de marzo fue de $81,40.
Al estimar el impacto en los diferentes estratos productivos para todo 2023, los técnicos de INTA proyectaron una disminución de la producción diaria de leche tanto en los tambos chicos como en los medianos y grandes. Para los primeros, la merma sería del 14%; mientras que los intermedios bajarían 9.9% y los de mayor escala sólo 1.6%. Casi en la misma medida, los ingresos retrocederían 13.4%, 9.8% y 1.7%, respectivamente.
Uno de los datos centrales es cuán afectada se ve la producción de alimento para los rodeos, dado que implicará gastos extra para cubrir estos requerimientos. “Se asumió una disminución total anual de la oferta de pasturas del 12,6%“, por un lado; y, por otro, “un recorte del 45%” en los cultivos destinados a silaje de maíz y grano (información surgida de encuestas a referentes regionales de las diferentes cuencas lecheras pampeanas).
A esta cuenta se suma la disminución en la producción de leche, debido a dos factores principales: la reducción de la cantidad de vacas (selección y descarte), como estrategia para ajustar carga animal a la situación de restricción forrajera y, adicionalmente, como estrategia financiera; y la caída en la producción individual por reducción de la oferta forrajera, a pesar de los potenciales cambios que pudieran implementarse en la alimentación del rodeo (compras adicionales de alimentos). “En los tres modelos, se asume un aumento en la compra de alimentos concentrados y/o conservados (heno)”.
Al respecto, entre los principales resultados de la simulación, a partir de un escenario base, se determinó que los costos de corto plazo suben 18.3% en los tambos chicos, 17.9% en los medios y 15.6% en los grandes. Mientras en el mediano plazo se observa cómo los de mayor escala logran moderar el incremento productivo (13.9%), pero no los de baja (18.8%) y media escala (17.5%).
De todos modos, los técnicos aclararon que para medir la sustentabilidad de la empresa además se requiere computar en el análisis otras asignaciones que garantizan la continuidad de la producción: amortizaciones, retribución al capital invertido y retiro empresario, “que forman parte del precio de equilibrio y no se presentan en el actual análisis“.
Otra aclaración es que en la estimación “no se ponderó el impacto de la sequía sobre aspectos que seguramente incidirán negativamente en la evolución de los resultados productivos y económicos de las empresas tamberas”, como menor calidad del forraje, deterioro del estado corporal de la hacienda o la afectación de los índices reproductivos, entre otros.