“La situación sigue muy complicada y cada día peor, ya que las lluvias no aparecen para ayudarnos ni un poquito. Hace ya un mes y medio que en esta zona no llueve y en la Cuña nunca llovió directamente, y eso complica aún más, no da ni un poco de tregua para cosechar un poco de agua”, se lamenta Dardo Venturini, productor de la zona de Avellaneda.
Por la sequía, productores ganaderos piden la ayuda del Ejército
Según le manifestó a Campolitoral, “la ayuda del gobierno no aparece y no deja seguir trabajando al productor”. Es que hay zonas donde los caminos están verdaderamente intransitables, y el Fondo que se logró “es una ayudita para paliar la situación. Pero a veces tenemos que estar mendigando que lleven algo de agua, y los animales pasan hasta 3 días esperando al lado del tanque para poder tomar un poco de agua. Esto complica mucho, la hacienda estaba mal y esto lo complica todavía más”.
Va para largo
Venturini admite que el daño es inconmensurable. Porque la hacienda que sobrevive lo hace a duras penas, y está en un estado tan calamitoso que es imposible pensar en términos productivos.
“Es una crisis a corto, mediano y largo plazo: ya llevamos más de 4 mil madres muertas por la seca, ni hablar la cantidad de terneros perdidos. Esto lleva mínimo de 4 años para recuperar, ya que serán dos años sin producir terneros para esos animales”.
Por otra parte, insiste en un clamor común: “el sector ganadero no pide regalos, pero sí que nos den un respiro a nivel impositivo para poder trabajar más holgados. El gobierno es solo socio en las ganancias, nunca en las pérdidas, y en este escenario se complica para hacer reservas. Es obvio que luego de casi 4 años de seca es imposible estar preparados. Con los últimos chaparrones nos entusiasmamos, pero no llovió más”.
Obras e infraestructura
En cuanto al acueducto, remarca que ya está hecho en gran parte de la región, y que de hecho pasa por frente a los campos. “Pero no les permiten engancharse de la red, ya que (el agua) tiene que ir primero a un pueblo y luego al campo. Se hicieron los pedidos para conectarse”.
En lo urgente, insiste con que existe otra opción: la de las fuerzas armadas, que tienen equipamiento para hacer pozos profundos y buscar agua de calidad, “que de hecho lo usaron en países vecinos en situación de catástrofe, solo falta el llamado político para que lo autoricen. No sé si porque no les sirve a nivel político, pero no se hace”.
Según manifestó, Los Bajos y la Cuña tienen un gran problema, y es que no tienen agua buena. “Las lagunas de reservorio se fueron secando por la sequía y por los canales mal manejados en los 90. Esos espejos de agua no los tenemos, por eso si hiciéramos pozos a profundidad tendríamos agua de mejor calidad”.
Por último, ilustró la desesperación de productores y animales. “Después de 4 días recién llega el agua, que alcanza sólo para dos o tres días, y luego viene una larga espera. Además, un productor no puede afrontar esos costos ($90 mil) y los productores no están con ese dinero en el bolsillo, deberíamos vender la totalidad de los animales para poder llevar agua. Si bien el precio mejoró, no alcanza, además por el mal estado de la hacienda, su estado es muy malo”, analizó.