El BCRA habilitó a “no residentes” a operar en el MLC
¿Por qué el dólar podría llegar a $1.000 rápidamente?
La estrategia del BCRA para atraer inversiones no residentes busca estabilizar el mercado cambiario.
Por Pablo Benito
Cuando el viernes 11 de abril Luis Caputo y Santiago Bausili, anunciaban el levantamiento del cepo cambiario, para personas físicas, el sistema cambiario de flotación en una franja del 40 %, la eliminación del dólar blend y el final de restricciones a personas jurídicas para 2026 del ejercicio 2025 – en curso- a la vez que daba detalles ya descontados por el mercado con respecto al acuerdo y desembolso inicial del FMI, BID, BM y REPO del BCRA, algo se omitió de manera estratégica y que es crucial para que el mecanismo funcione y se cumpla la meta exigida de compra de reservas que impone el FMI – 4.000 millones de U$s para 2025.
Esa pieza faltante se dio a conocer, recién el día martes 15, con posterioridad al cierre de la jornada bursátil “El BCRA flexibiliza las normas de acceso al MLC para inversores no residentes”, lo que en castellano antiguo -2016- es “abren las puertas a los fondos de inversiones especulativos transnacionales.” https://www.bcra.gob.ar/Noticias/nuevo-bopreal.asp
Esta comunicación establece que “El Directorio del Banco Central de la República Argentina autorizará a inversores no residentes a acceder al Mercado Libre de Cambios (MLC), sin conformidad previa, para la repatriación de las nuevas inversiones que realicen”, para luego especificar que “estas inversiones requerirán un período mínimo de permanencia de 6 meses… destinada a restringir la entrada de capitales con perfiles marcadamente especulativos”
Carry trade a la vista
Más allá de que los 6 meses de “residencia” de esas inversiones en el mercado de capitales, coinciden con el acto eleccionario, el periodo es lo suficientemente corto para que se inicie el mecanismo de carry trade (venta de dólares, colocación de instrumentos a tasa en pesos – subida a TNA 39 % el día anterior a la resolución- compra de dólares y así en un bucle con dividendos varias veces mayor a lo que ofrece el mercado mundial y en más en un escenario global de bajada de tipos) que ocasionó, al día siguiente de la resolución, una sobreoferta de divisas que empujó a la baja al dólar hasta un 6 %.
La compra de pesos para armar posiciones en renta fija con un flujo que sólo los fondos de inversión pueden protagonizar, es la carta que el propio Milei y algunos analistas cercanos al gobierno, como Salvador Distefano, manejan como variable para asegurar la baja del dólar a la zona de compra de $ 1.000 en un plazo cercano. Esa seguridad, que no es intuición, sino la culminación del puzzle con la irrupción de fondos golondrinas o buitres, es la que completa de operatoria para cumplir la meta del FMI de acumulación de reserva.
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Los mismos bonos creados por Caputo en 2016 para alojar a ese flujo externo de capitales, tales como el TO26, vieron el miércoles 16 un incremento en su cotización de hasta un 12 %, mientras la mayoría de los bonos en pesos se mantenían en rojo ante la expectativa devaluatoria.
En la víspera de semana santa y con la opinión pública descansando del shock informativo económico de los días anteriores, mediante sobredosis de escándalos de farándula, se coló una medida crucial que, en los próximos días irá colocando, sin prisas y sin pausa la compra masiva de pesos para iniciar un nuevo carry con flujos extrarodinarios que empujaran la divisa a la baja, podrá reforzar en la franja baja de flotación permitir la acumulación de reservas del BCRA y mantendrá a raya la inflación, para controlar la carta electoral que asegure la continuidad política de las medidas económicas.
Ahora sí, con la cancha marcada, se puede preveer un futuro inmediato y comprender el por qué el fondo ser saltó los protocolos para el desembolso inicial y terminó de consolidar a la Argentina como el país que posee la mitad de los créditos del organismo, mientras los 190 paises restantes que integran el FMI se reparten el 50% de los préstamos otorgados.
Este es el contexto que justifica la respuesta del título de esta columna y el por qué el dólar llegará, rápidamente, a los $ 1.000 que permitirá al BCRA emitir para engrosar las reservas