Un político triunfador en tiempos "anticasta"
Por qué ganó Pullaro y cómo serían sus primeros días de gobierno
Producción, educación, seguridad: objetivos de manual. El mandatario electo tiene convicción, equipos y diálogo… ¿y plata? El crédito social es inestable.
Policía en las calles, chicos y jóvenes en las aulas, proximidad con los vecinos en 10 mil kilómetros recorridos por mes, apoyo a la producción privada, antipopulismo. Los ejes de la propuesta de Maximiliano Pullaro respondieron a lo elemental de demandas ciudadanas, sin ofrecer estridencias ni ideas dislocadas. ¿Ganó por eso?
Llegó hasta la última instancia electoral con significativas ventajas por contraste. Carolina Losada intentó herirlo con acusaciones graves que no demostró; de haber sido eficaces, hubieran hundido el barco de Unidos para Cambiar Santa Fe. De Mendoza a la TV nacional de la mano de un canal vinculado a Vila-Manzano, y de allí al Senado por contraste con Cristina, sin escalas, la ex modelo se propuso a los santafesinos sin vecindad ni equipos; la PASO quedó para el ex ministro de Seguridad de Lifschitz, que pudo exhibir antecedentes decisivos contra la criminalidad. Eso y domicilio en la provincia.
En el domingo definitorio, Marcelo Lewandowski pagó los costos de un peronismo implosionado. Sergio Massa se ocultó detrás de su postulación. Agitar las llaves de una casa nueva ante las cámaras es menos que poco; la condición de periodista deportivo pudo haber sido útil en los ‘90; ya no. Omar Perotti no lo apoyó; el gobernador no cumplió sus promesas de paz y orden; peleó -en la gestión que termina- con empresarios, senadores, la Corte provincial, todos al mismo tiempo; se apoyó en Cristina a nivel nacional (para perplejidad de empresarios y productores locales) y dejó salir recursos decisivos de los santafesinos para financiar al PJ bonaerense. No hizo política.
El festejo de Pullaro en la sede partidaria armada en Rosario. Foto: Marcelo Manera
Pullaro sí la hizo; curiosa virtud de época. En tiempo de desvaríos anticasta, la respuesta del electorado de Santa Fe es la proclamación de un candidato que se apoyó en la Evolución de su partido -la UCR mantiene estructuras como pocos- y cerró su campaña junto a Gisela Scaglia, del PRO y Clara García del Socialismo. Una arquitectura de diálogo compleja que deberá demostrar eficiencias y eficacias; un armado que preserva el rol constitucional de los partidos políticos y el ejercicio de una condición republicana que los populistas -kirchneristas o libertarios- no tienen ni quieren.
Felipe Michlig y Lisandro Enrico estarán en la primera línea de los operadores de la política del electo gobernador. La Legislatura no debería presentar problemas según los resultados electorales. Los gremios reclamarán sostener la cláusula gatillo que a última hora concedió Perotti. Pullaro se define como un hombre preparado; ¿tiene puntos débiles? Como diría Carlitos Balá: el movimiento se demuestra andando.
Macroeconomía y paciencia social
Reactivar la obra pública con empresarios santafesinos, pero sin hacer concesiones graciosas; apoyar a la producción pero sin bajar Ingresos Brutos que son 86% de los recursos provinciales propios; llenar la calle de policía y patrulleros; mejorar servicios de salud y educación; pagar sueldos públicos por encima de la inflación y mantener Billetera Santa Fe en un balance de cuentas deficitario para la provincia; pelear por recursos provinciales que aportan 13,6% de los recursos nacionales mientras vuelve sólo 6,2%. ¿Con qué va a financiar Pullaro sus enunciados?
Terminó el tiempo del postulante; llegó la hora del gobernador electo. En el último trimestre de 2022 las cuentas santafesinas entraron en desequilibrio mientras la inflación se disparó hasta dos dígitos en agosto. Hay unos $160 mil millones de deuda flotante (proveedores, contratistas, municipios y comunas) en una suma que se duplica si se contabiliza la deuda pública provincial de largo plazo, según estiman en los equipos económicos del mandatario electo.
Bullrich y Larreta estuvieron en Santa Fe para acompañar al gobernador electo. Foto: Marcelo Manera.
El FMI vendrá por un nuevo acuerdo en el escenario nacional; las transferencias a provincias están en la mira y el financiamiento de la caja de jubilaciones -ausente en la campaña- presionará en la agenda de gestión.
Walter Agosto dijo hace algunos días que Santa Fe está entre las 6 provincias con mayor autonomía fiscal y menor dependencia financiera, con un stock de deuda equivalente al 6% de recursos corrientes. El ministro acaba de emitir deuda a corto plazo por $5 mil millones, compromiso que no se computa en el 15% exigible por la Responsabilidad Fiscal como límite de deuda sobre recursos. Eso porque los vencimientos de las Letes son a corto plazo: octubre y noviembre.
Para fin de mes, la gestión Perotti habrá recibido unos $85 mil millones de la acreencia por el juicio ganado al gobierno central; recursos que debe destinar -por ley- a obras públicas. Ya invirtió unos $40 mil millones (de manera tardía para desencanto de peronistas que le achacan la derrota), mientras el resto está en el Fondo Unificado de Cuentas Oficiales, lo que le permite (el dinero es fungible) a la Casa Gris pagar sueldos y gastos mientras el fondo de asignación específica se va reponiendo.
Es un recurso de corto plazo también. En ese escenario de caja exigida y recelos, la transición política deberá elaborar un presupuesto provincial para 2024. ¿Cómo hacerlo en un país sin moneda? El dólar futuro -el oficial cuesta hoy $350- “bajó” a $720 para enero 2024. Los mercados descuentan un nuevo salto devaluatorio tras la elección presidencial.
El Observatorio Social de la UCA ha advertido que la mitad de los argentinos viven en pobreza, drama que afecta a 6 de cada 10 menores. La tasa de desempleo no es alta, pero los salarios no cubren en muchos casos la canasta básica. La actividad económica se desacelera; las exportaciones santafesinas cayeron 37,5% (efecto sequía) y la actividad fabril retrocedió 10,7% (interanual a junio, datos oficiales).
La incertidumbre macroeconómica perfora las fronteras del drama de mucha gente; es la base social que deberá darle crédito al nuevo mandatario provincial, que estará exigido en sus capacidades y las de sus equipos, y que será interpelado por demandas más allá de sus competencias.