Críticas al DNU
¿Por qué los farmacéuticos se niegan a la venta de medicamentos por fuera de las farmacias?
La respuesta tiene que ver con que no son un bien de consumo sino un bien social, íntimamente ligado al derecho a la salud y a la vida.
(Mónica Ritacca) - Entre las medidas para la desregulación de la economía que figuran en el megadecreto del presidente Javier Milei hay varias relacionadas al sector de la salud y, en especial, al farmacéutico.
En el DNU se autoriza la comercialización de medicamentos de venta libre fuera de la farmacia. Esto queda expresado en el artículo 313 de este decreto que modifica los primeros dos párrafos del Artículo 1° de la Ley Nacional N° 17.565.
El DNU también deja sin efecto lo que establecía dicha ley: "la venta y despacho fuera de estos establecimientos se considera ejercicio ilegal de la farmacia".
¿Cuál es la postura de los farmacéuticos? ¿Qué piensan de estas medidas? El Litoral consultó al Colegio de Farmacéuticos de Santa Fe, 1era. Circunscripción, desde donde promueven que todos los medicamentos, independientemente de su condición de venta, sean dispensados por un profesional farmacéutico en ámbitos debidamente habilitados por las autoridades sanitarias que aseguren en todo momento que las condiciones de dispensación, almacenamiento, uso racional y trazabilidad sean las requeridas por la seguridad de la población.
Esta postura no es nueva. Desde siempre, el Colegio que nuclea a los farmacéuticos en Santa Fe defendió la dispensa de medicamentos en farmacias porque “los medicamentos no son golosinas” y pidió a la población que no los compre en kioscos o almacenes ya que la adquisición de cualquiera de estos requiere cuidados y de un profesional farmacéutico.
Fundamentos
Desde el Colegio de Farmacéuticos, 1era. Circunscripción, en consonancia con la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica, frente al DNU presidencial consideran que “por la naturaleza de su objetivo, un medicamento no debe ser considerado como un bien de consumo sino como un bien social, íntimamente ligado al derecho a la salud y la vida, tal como lo reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, expresan.
Desde la entidad, además, remarcan que el farmacéutico es el responsable de garantizar el cumplimiento de las normativas sanitarias en cada una de las fases del ciclo de vida de un medicamento, desde el diseño e investigación, la manufactura, su distribución y posterior dispensación así como la vigilancia en cuanto a su seguridad posterior a la comercialización. Esta cadena de custodia de valor único, brinda al paciente la certeza de que dicha medicación mantiene su eficacia y seguridad, y minimiza el riesgo de que cambios en las condiciones de manufactura y almacenamiento puedan afectar sus atributos, con impacto sanitario.
“Es innegable que la responsabilidad asignada al profesional farmacéutico requiere de un alto nivel de preparación universitaria, especializaciones y certificaciones. La currícula del farmacéutico está claramente orientada a liderar las distintas fases del ciclo de vida de un medicamento, y las organizaciones de profesionales farmacéuticos están altamente comprometidas en asegurar su capacitación y recertificación continua”, sostienen desde el Colegio. Y añaden: “Los medicamentos de venta libre, si bien no requieren de una prescripción médica, deben cumplir con idénticos estándares de calidad que los medicamentos de venta bajo receta y, de manera similar, se advierte que su empleo no es inocuo ya que presentan contraindicaciones, interacciones con fármacos y alimentos, y la posibilidad de generar reacciones no deseadas. Resulta evidente que el rol que le cabe al farmacéutico en la dispensa del medicamento de venta libre es aún mayor ya que, al no haber existido una prescripción médica previa, la consulta del paciente al farmacéutico, con seguridad, es la única oportunidad de proteger su salud”.
Por último, dejaron en claro que “cuando un medicamento sale del canal regulado se pierde la trazabilidad y se estimula la falsificación, con un grave impacto sobre la salud de la población”.