Prisión perpetua para un ex policía que mató a su padre de un tiro en la cabeza
Salto Culshaw había sido condenado en 2016, después de permanecer durante unos dos años prófugo y oculto en Paraguay. El caso, que causó una profunda conmoción cuando ocurrió, el 22 de diciembre de 2010, tuvo ribetes escalofriantes por la forma en que fue cometido el crimen.
Padre e hijo mantenían una tirante relación por los reproches que el progenitor le hacía a su hijo por sus problemas con las drogas, que incluso lo llevaron al precipitado fin de su carrera policial.
La noche del crimen, ambos discutieron y cuando el padre estaba sentado frente a una notebook, Salto Culshaw le disparó en la cabeza con un arma a la que previamente le había colocado un silenciador. El homicidio ocurrió dentro del departamento de la víctima, sobre la calle Quirno, en el barrio porteño de Flores.
Salto Culshaw fue condenado por el delito de “homicidio agravado por el vínculo calificado por haber sido cometido mediante el empleo de arma de fuego”. La Cámara Nacional de Casación confirmó la condena en octubre de 2018, pero la defensa del imputado, a cargo del defensor Claudio Martín Armando, apeló ante la Corte.
En su último acuerdo, el máximo tribunal, con las firmas de Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, declaró “inadmisible” el último recurso y en una resolución de sólo dos párrafos dejó a la condena con fuerza de cosa juzgada.