Quema de basura e incendio con suerte en Rufino
(Por Ana Inés Dobal) – El incendio se registró este jueves, antes de las 14.30, y se desmadró por la acción de los vientos, poniendo en vilo a viviendas y vecinos de la zona aledaña al Centro de Salud “Martha Frigerio”.
La situación de emergencia, según testimonios de los vecinos, se habría producido por la quema de basura en la esquina de calles Alberdi y Río Negro, presuntamente a raíz de travesuras de niños del barrio que, al arrojar un palo encendido al pasto de los alrededores, desataron un incendio de pastizales irrefrenable.
A la misma hora, en el marco de las vacaciones de invierno y la celebración del Día del Amigo, daba inicio un taller que reunía a niños de todo el sector en las instalaciones del Che Pibe, que hizo de espacio de contención para muchos de los pequeños, alarmados por sentir el riesgo de vida de vecinos, familiares y hasta de ellos mismos.
El personal de bomberos, con la colaboración desesperada de un vecino -Carlitos-, que vio nacer el incendio frente a sus ojos y su vivienda, no dudó en adentrarse para resolver la emergencia.
Con la acción del viento, las llamas se volvieron incontrolables y debieron actuar los bomberos con la ayuda de vecinos.
Dos casas se salvaron milagrosamente de ser arrasadas por el fuego, y una vivienda no pudo evitar las llamas, sin que se lamentaron víctimas. La dotación de bomberos local abordó la situación rodeando el fuego que se extendía con velocidad por toda la manzana, arenado por la sequedad en el pasto, y las ráfagas de viento que se potenciaban.
Finalmente, unos 45 minutos después del inicio de las llamas, los bomberos pudieron controlar exitosamente la situación, mientras el humo en las alturas y los pájaros alterados en la zona, daban cuenta de la intensidad del episodio vivido por todo el barrio.
Una de las menores debió ser contenida por personal del Che Pibe, ámbito que ella conoce y le resulta familiar, mientras se solucionaba la situación del fuego y se humedecía toda el área incendiada. Impresionaba, en la mirada de vecinos y potenciales damnificados, la cercanía dibujada por el negro en el suelo que, en algunos casos, llegaba a centímetros de las viviendas.
