Rompiendo mitos: los argentinos no sabemos cocinar arroz
A raíz de la primera exportación de Albdebarán, el nuevo arroz santafesino, el empresario Rubén Carlen, director de una empresa de la zona, explicó las razones por las cuales se siembra muy poco “fortuna” en la Argentina.
De las 200/220.000 hectáreas arroceras que hay en el país, “solamente 20.000 se siembran con arroz largo ancho, sólo el 10%”, indicó.
Entre las razones mencionó que el producto final es más caro en góndola que el largo fino, pero además por “una cuestión de cocción; hay que saber cocinarlo bien”. Al respecto sostuvo que el grano largo fino es más sencillo y prácticamente no se pasa, pero al fortuna “hay que ponerle el agua justa”.
Al respecto, el productor e industrial explicó la forma correcta de preparar el cereal, contrario a la manera más usual en el país, que consiste en poner a hervir agua en una cantidad excesiva, luego echar el arroz y finalmente colarlo. “Nosotros tenemos este problema, que alguna vez vamos a tener que empezar a trabajar para enseñar cómo se cocina”.
Carlen relató que al probar el cereal en Perú o en Brasil “decimos qué lindo que les queda”. Y detalló cómo lo cocinan. “Ellos ponen un poquito de aceite, fritan (rehogan) el arroz con un poco de sal y tienen agua hirviendo al lado”. Y aportó el dato clave de las proporciones: “si ponen dos tazas de arroz, le agregan tres tazas de agua; una y media de agua por cada una de arroz”. Lo siguiente es cocinarlo “a fuego corona, muy lento; tapan bien la olla para que no escape el vapor y cuando se terminó el agua está la cocción; son 20 minutos aproximadamente”. Y remarcó: “dejá que se termine el agua, no tengas miedo; el arroz termina justo”. Así, dijo, “queda sequito, justito; cuando se sirve en el plato se desparrama, no queda nunca pegajoso”.