Multitudinario y plural
Rosario: la Fiesta de Colectividades, el evento popular que no para de crecer
Lo que se inició de manera incipiente en los años ’80 del siglo pasado mutó en una fiesta multitudinaria, plural y famosa. La Fiesta Nacional de las Colectividades de Rosario, que va este año por su 39ª versión, convoca al visitante con sus atractivos de tierras lejanas.
Es una de las fiestas populares más grandes del país. Nacida como un encuentro modesto entre colectividades europeas y asiáticas muy cerca del mástil mayor del Monumento Nacional a la Bandera en la ciudad de Rosario, hoy es un evento masivo, de los mayores de Argentina, con representaciones de cuatro continentes.
La Fiesta de las Colectividades en Rosario nació de manera incipiente a mediados de los ’80. Comenzó como algo austero. Una forma de visibilizar la gran influencia extranjera en la ciudad. Ocupaba sólo un sector pequeño en la zona del parque justo frente al monumento. Sobresalía la réplica del Partenón, el inmueble más famoso de Grecia. Una de las representaciones pioneras en esta fiesta popular. En la actualidad, se ha expandido de manera tal que llega hasta la zona privada de las instalaciones de uno de los dos canales de televisión abierta. Lo que fue muy eurocéntrico en su época viró a internacional con comunidades de Bolivia, Venezuela, Tanzania, Ghana o Israel. Inclusive el propio país anfitrión tiene su sector para comer platos bien argentinos como los tamales. En este 2023, se destaca una urna gigante como referencia por los 40 años de democracia ininterrumpida en nuestro país.
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Miles y miles acuden cada año, y la organización mejora cada temporada. Hay vigilancia con policías, baños químicos y dos entradas. Toda la zona está cercada. Al atardecer de un día de semana es muy poca la cantidad de gente que acude. Y los organizadores se dedican a dejar todo listo para la franja horaria de mayor concurrencia. La hora de la cena. El visitante puede probar platos de diferentes latitudes como Irlanda, El Líbano o Brasil. También tomar cerveza alemana o pisco peruano, entre otras bebidas.
El conflicto en la Franja de Gaza, algo desgraciadamente actual, también se visibiliza. Por un lado, los israelíes lo hacen con fotos de personas secuestradas por el grupo terrorista Hamás. Por el otro, la postura de algunos países que piden por los derechos del pueblo palestino. Tampoco se omite la cuestión ucraniana. Este país tiene dos stands separados. Uno junto a Rusia y Bielorrusia. Y otro en otro sector, independiente. Es sabido que Ucrania y las otras dos naciones tienen grandes lazos en común. Lo mismo sucede con sus colectividades en Rosario. La causa de la autonomía catalana también está exhibida. Un cartel grande con la palabra “independencia” se observa entre los de la región del noreste español.
Los hispanos están, como todos los años, separados. No sólo los catalanes, también los vascos, murcianos, castellanoleoneses, asturianos, navarros. Esto podría explicarse por la formación de centros de cada comunidad autónoma en Rosario, separados unos de otros desde fines del siglo XIX. Con sede y entidad propia. También forma parte del acerbo cultural español que si bien es una nación, cuenta con regiones con un sentido localista muy marcado. Algo parecido sucede con los italianos. La primera minoría extranjera desde 1853. Cada región formó su centro. Y se muestran escindidos dentro de la feria.
Por el contrario, los eslavos están muy juntos. República Checa y Eslovaquia, países que fueron uno solo en el siglo XX, se exhiben unidos. Juntos a ellos, Eslovenia. La ex nación de Yugoslavia que comparte lazos con los otros dos pueblos.
En el stand de Austria, incorporaron algo nuevo. “Pudimos inaugurar la casita de chopp que el año pasado no la teníamos. Cada tanto le vamos agregando más cosas para que salga cada año mejor”, comenta Martín. “Los postres salen un montón. Tenemos mucha variedad de tortas. También sale mucho el chucrut, los brochettes”, dice, por su parte, Martina.
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El lugar de Siria también atrae a visitantes. “Con muchas familias”, dice Cristian, de la comunidad del país de Medio Oriente. Allí el plato más elegido es el shawarma. También conocido como kebab en Turquía. Esta comida es ofrecida por los sirios y por otras representaciones asiáticas. Es un pan relleno de carne fileteada con lechuga, tomate, cebolla y condimentos. También la presentación del plato es interesante porque el comensal puede observar cómo el cocinero corta la carne una vez cocida en algo como un brochette gigante para darle un sabor especial. También ofrecen niños envueltos y empanadas árabes. En tanto, la danza de Arabia es un medio de expresión cultural para la representatividad siria. Una opción para el concurrente es ver cómo se escribe su propio nombre en lengua arábiga.