La violencia no cesa en Rosario. Todo lo contrario. En las últimas semanas se aceleró con una escalada de hechos graves que tienen en jaque a gran parte de los ciudadanos de la tercera ciudad más poblada del país, ubicada a apenas 150 kilómetros de la capital provincial.
Rosario tuvo una semana de extrema violencia
En lo que va de este 2023, el Departamento Rosario acumula 34 homicidios, según los datos del Observatorio de Seguridad Pública. De ese total, 24 crímenes ocurrieron en enero (20 en Rosario y los otros en Granadero Baigorria, Villa Gobernador Gálvez, Pérez e Ibarlucea) y los restantes 10 en febrero (todos en la ciudad de Rosario), lo que marca un promedio de un asesinato por día.
Vinculados al narcotráfico y con características mafiosas, los autores dejan en casi todos los hechos mensajes intimidatorios. Como la nota que se encontró este jueves, cuando en plena tarde balearon el frente de una sucursal bancaria en la zona sur de la ciudad que gobierna Pablo Javkin. La nota decía: “Manga de loros, dejen de nombrar a los pibes con carteles y guerreen de callado. Su patrón anteojito les está enseñando cada vez más a batir la cana. Que baje a un pabellón ese pichón de mono”.
La semana estuvo cargada de hechos similares: el domingo tiraron una bomba estruendo frente a Televisión Litoral, en el tercer ataque contra este medio de comunicación; el martes a la medianoche un hombre en bicicleta abrió fuego contra una comisaría; horas más tarde, ya en la madrugada del miércoles, 4 balas impactaron en las ventanas de un centro de salud.
Entre el amanecer del lunes 6 y la madrugada del martes 7 de este mes murieron otras dos personas producto de balaceras en distintos puntos de la ciudad: una joven de 26 años que recibió un tiro en el cráneo y un anciano de 72, que murió de un tiro por la espalda.
Cambios
Todo esto en apenas 6 días en los que la violencia fuera de control se llevó al tercer ministro de Seguridad de la gestión de Omar Perotti. Ni siquiera hubo descanso para que el debut de Claudio Brilloni al frente de la Cartera fuera tranquilo. En su primer día en el puesto hubo varios hechos violentos: la balacera contra el banco en la zona sur y un crimen en la zona norte.
Sin apoyo nacional para combatir el narcotráfico y con un Estado provincial impotente, Rosario no encuentra paz y se interna en un laberinto de muerte y tragedia que ya no distingue a quién dirige sus balas.