Acto oficial
Rufino celebró el Día de la Bandera
La activiad se llevó a cabo en la fría jornada del jueves 20, frente al edificio de la Escuela Nº 669 "Manuel Belgrano".
Por Ana Inés Dobal
El pasado jueves 20 de junio, con muy bajas temperaturas, se llevó a cabo en Rufino el acto oficial por el Día de la Bandera. La actividad incluyó la Promesa de Lealtad de los alumnos, música en vivo y la presencia de Manuel Belgrano, aportando el toque de color.
Desde las 11, alumnos de todas las instituciones educativas de la ciudad portando las hermosas celestes y blancas, se reunieron en las inmediaciones de la Escuela Nº 669 “General Manuel Belgrano”, que se encargó de la organización. En la intersección de Antonio Martin y Av. Cobo se concentraron los estudiantes con sus respectivas docentes.
Cómo cada año, el acto tiñe de emoción a todos los presentes, y esta vez no fue la excepción. La intendente interina Gisela Reynoso dirigió palabras a todos los cuartos grados de la ciudad, para que a viva voz prometan lealtad a la bandera de la patria, en uno de los momentos más destacables.
Hubo bastoneras y una canción interpretada por los alumnos más pequeños de la escuela organizadora, quienes manipularon abanicos confeccionados por sus propias manos para protagonizar con soltura el número.
Manuel Belgrano, en la piel de un docente de educación física, aportó ánimo y color al acto oficial al que no faltaron autoridades locales de todas las banderas políticas, sobreponiéndose como cada alumno al frío, para celebrar a la bandera de nuestro corazón.
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Arturo Patimo dirigió palabras de reflexión y mancomunión a los presentes durante los primeros minutos del acto para que Gisela Reynoso, reemplazando al intendente Natalio Latanzzi, entregara después a representantes de cada cuarto grado de todas las escuelas primarias de Rufino, un presente y un certificado alusivo.
El acto que conmemora la creación de la bandera argentina como símbolo nacional indiscutido siempre resulta uno de los más convocantes y Rufino eligió acompañar con su presencia una vez más. Poco antes de completarse las dos horas del inicio, llegaba el momento de la desconcentración con escarapelas sobre los corazones y manos en los bolsillos protegiéndose del frío abrazador.