En plaza Rawson
Rufino: familiares y amigos plantaron un árbol en homenaje al músico José Palacios
La plaza Rawson de Rufino recibió un árbol de manos de amigos y familiares del querido músico. En su honor vecinos y allegados de la cultura local lo recordaron cantando y descubriendo una placa en su nombre.
Ana Inés Dobal -
Pasadas las 19 del último sábado, la plaza Rawson ubicada en el barrio General San Martín de Rufino, comenzó a recibir “amigos” que entre sonrisas y abrazos fueron reconociendo el espacio preparado para sembrar el árbol de José Palacios.
Homenaje
José falleció hace menos de un mes, y su partida dejó quebradas las voces del canto que acompañaron siempre su guitarra.
Gestor de peñas y encuentros folclóricos durante toda su vida, humilde y callado, José recibió el fin de semana un homenaje extraño para el común de la gente, pero igual de especial que su huella en nuestra cultura.
Fue un referente folclórico indiscutido, padre, compañero y amigo, y su homenaje , sugerido como idea de su familia, fue recibido de inmediato por el área de Cultura municipal, sólo fue necesario poner en valor el sitio para concretar la siembra.
Calidez y canción
El acompañamiento fue sentido y numeroso, pero sin perder la calidez de los pocos y buenos cercanos de toda la vida, que jamás acallaron la voz cuando rasgó su guitarra. Los de cerca y los de lejos en una ronda que pareció contener su espíritu cantor, acompañaron a viva voz más de cuatro temas que a él le gustaban.
Con guitarras y voces de todas las edades, después de descubrir una placa con su nombre, cantaron al viento haciendo bailar las hojas extendidas hacia al cielo. Las caricias de los amores cobijando como mantas la tierra sobre sus raíces se vistieron de cantar unas zambas y chacareras en su nombre.
Sembrar la vida
Fue un merecido homenaje que florece con una vida vuelta en semilla. Cantores de hoy y de ayer, ensambles de danza y familiares, entre otros, coronaron el sentido encuentro.
Verónica Viccini -Cultura municipal- acompañó con palabras de cariño a la familia y cada amigo pudo sembrar a José con un puñado de tierra abrazando esas raíces. No faltaron las lágrimas ni la música, como la mejor forma de enarbolar una voz que deja su eco en Rufino y que será regada por el recuerdo de cada vecino, como hacedor de la cultura, la amistad y la canción local y zonal.
Su mujer e hijas agradecieron profundamente la presencia de todos los queridos amigos y manifestaron el deseo de continuar realizando las peñas que José promovió regularmente durante todos los años, a través de los que “quedamos”. “Sigan haciendo las peñas por él, porque eso es lo que él hubiera querido. Nosotros pondremos nuestra parte y siempre vamos a estar. Muchas gracias”, manifestó Claudia, emocionada.