A cinco años de la inauguración
San Eduardo, el pueblo que volvió a vivir con la pavimentación del acceso
En mayo de 2019, con la presencia del gobernador Lifschitz, se inauguró la obra de la ruta 4-S, que unió la localidad con la ruta 8 y coronó largas décadas de esfuerzos comunitarios. Desde entonces, con una conectividad vial segura, San Eduardo afianzó el arraigo y fortaleció sus pretensiones de crecimiento.
San Eduardo celebra este domingo 12 de mayo el quinto aniversario de la inauguración del asfaltado de la ruta provincial 4-S, que une la localidad con el tramo urbano venadense de la ruta nacional 8. Con la presencia del gobernador Miguel Lifschitz; el exgobernador Antonio Bonfatti; el senador provincial Lisandro Enrico; el ministro de Infraestructura y Transporte provincial, José León Garibay; el administrador de Vialidad provincial, Pablo Seghezzo; el coordinador de la Región 5, Diego Milardovich; el diputado provincial Oscar Pieroni y el presidente comunal Luis Rodríguez, entre otras autoridades provinciales y regionales, la comunidad saneduardense disfrutó cinco años atrás de una jornada festiva con el estreno de la obra pública que había esperado durante varias décadas.
“Es una conexión al mundo. Estábamos aislados. Se pudo hacer y ahora vamos a organizarnos para poder crecer y que la gente venga”, dijo en el acto inaugural el presidente comunal Luis Rodríguez. Y agregó el coordinador del Nodo Venado Tuerto, Diego Milardovich, oriundo del pueblo: “Luchamos todos, los que están y los que ya no. En momentos difíciles supimos poner en alto la bandera de la esperanza, la ilusión y el ‘se puede’. Por eso no alcanza para poner en palabras todo lo que sentimos en este momento”.
Por su parte, el senador Lisandro Enrico dijo en su alocución: “Hace 85 años, cuando diseñaron la ruta 33, vaya a saber por qué cuando San Eduardo tenía más de 5 mil habitantes, la trasladaron hacia el oeste. Le pusieron una lápida; la dejaron aislada”, reconoció. Asimismo, aclaró: “Ahora esa historia va a cambiar. No son solo 17 kilómetros de asfalto. Excede eso y es una inversión de todos los santafesinos en un pueblo. Podemos decir que se hizo justicia”.
En el cierre de los discursos, el gobernador Lifschitz resumió: “La obra pudo financiarse a partir de recuperar recursos que durante tantos años se le estuvieron robando a la provincia de Santa Fe. Porque el Estado Nacional se quedaba con recursos que nos correspondían a nosotros. Hubo una actitud valiente del ex gobernador Hermes Binner, que no se amilanó ante las negativas del gobierno nacional y fue a reclamarlo primero políticamente y después judicialmente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Un fallo histórico para el federalismo que le permitió a Santa Fe, y también al resto de las provincias, recuperar esos recursos y nos dio la herramienta financiera para poder encarar esta y otras obras en Santa Fe”.
Obra trascendental
El actual presidente comunal Leandro Rinaldi, ratificado por los vecinos en 2021 y 2023 (asumió por primera vez -era el vice- en enero de 2021 en reemplazo de Rodríguez, quien abandonó el cargo por motivos de salud), contó a Sur24 que “el asfaltado definitivo de la ruta 4-S es la obra más trascendental de la historia de San Eduardo”, que sumó muchas décadas de gestiones, y si bien supo de frustraciones, también reconoce grandes pasos adelante, como el ensanche del camino en los años 70 y el ripiado en 2012, hasta llegar, cinco años atrás, al acceso jerarquizado que hoy conocemos”.
“Esta obra le dio vida al pueblo, le dio perspectiva y eso se refleja en el arraigo de los habitantes del pueblo, como también en las familias de localidades vecinas que eligen San Eduardo para vivir”, destacó Rinaldi, y acotó que este fenómeno se visibilizó apenas comenzaron los trabajos previos al asfaltado. “Con la conectividad vial garantizada, son muchos los saneduardenses que viajan a trabajar en Venado, manteniendo su residencia, como también son muchos los venadenses que tienen la fuente laboral en su ciudad, pero se instalaron en nuestra localidad o están en trámites para hacerlo”, agregó.
Además, el presidente comunal acentuó que “desde chico padecí un acceso en malas condiciones, cuando se dependía de las condiciones del tiempo para la educación, la salud y la producción”. Y refrescó emociones fuertes del acto inaugural, con los más veteranos agachándose a tocar el pavimento flamante y recordar entre lágrimas las penurias de otros tiempos. Incluso su tío abuelo, apodado el Laucha y comisionista del pueblo, ese día festivo mayo se cansó de contar anécdotas sobre las peripecias de tantos años de ida y vuelta a lo largo de esos 17 kilómetros, tantas veces intransitables, pero que sí o sí debía desafiar.
Una prioridad comunal
En la historia del pueblo sobresalen numerosos presidentes comunales que entendieron la prioridad de esta obra, hasta convertirla en una política de Estado comunal, sin banderas partidarias. Entre los visionarios se destaca Juan Serra, gobernante en los años 70, quien dio un notable paso adelante abriendo el camino; con ese cometido, persuadió a los chacareros para la cesión de las tierras y logró asegurar un ancho de 100 metros entre alambradas. Y agregó Rinaldi que “en adelante, todos los presidentes comunales que continuaron, como Birocco, Gallego, Foressi, Mathiew, Migliore, Lerotich, Milardovich, Culich y Rodríguez, entre otros, hicieron valiosas contribuciones en sus mandatos para llegar a la construcción del acceso. Todos hicieron lo suyo -subrayó-, desde las autoridades locales hasta el último de los vecinos, con el ensanche del camino, la conformación del consorcio caminero, el aporte económico de productores y transportistas, hasta completar el mejorado en 2012, en el mandato de Enzo Lerotich, que fue la escala previa al asfaltado de la ruta 4S”.
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“Ese mejorado de ripio nos dio mayor seguridad, pero seguíamos buscando la jerarquización del acceso; además, había muchos accidentes porque, como se sabe, a ciertas velocidades la piedra es más peligrosa que la tierra para desplazarse. Hasta que el arribo al gobierno de Miguel Lifschitz fue clave para nuestro pueblo, porque fue él quien impulsó e inauguró la obra”, reconoció el jefe comunal, quien consideró un “acto de justicia” que la Legislatura provincial nomine al tramo “Gobernador Miguel Lifschitz”.
La gran transformación
El cambio de San Eduardo “es muy notorio” a partir de la inauguración de esta obra, incluso desde un poco antes, cuando Lifschitz anunció la obra en una Fiesta de las Conservas. "Hay muchas viviendas en construcción y, sobre todo, una perspectiva de crecimiento. Hoy la localidad se jerarquizó y se valorizaron los terrenos, aunque comparativamente siguen siendo económicos para la construcción de viviendas familiares. En los últimos años, lejos de decrecer en cantidad de habitantes, San Eduardo viene creciendo desde el punto de vista demográfico, y en ese marco estamos gestando la repatriación de muchos vecinos, como también de sus hijos y nietos. Estamos trabajando en eso, en el arraigo de los muchos que se fueron y hoy empiezan a tener las condiciones para volver”, dijo Rinaldi, a la vez que destacó el alto número de visitantes que reciben, sobre todo los fines de semana.
"Hoy nuestra prioridad es la preservación del acceso, porque somos conscientes de lo mucho que costó, y entonces somos obsesivos con los controles de carga y documentación, aunque hay trabajos de mantenimiento que corresponden al gobierno provincial y en los últimos años no se hicieron. Ya está a la vista la necesidad del sellado de las primeras grietas y al respecto elevamos varios reclamos a Vialidad provincial. En lo que a nosotros concierne, estamos triplicando la exigencia mínima de corte de yuyos en banquinas, e incluso adquirimos un tractor para garantizar ese mantenimiento, y ahora haremos un reperfilado de las banquinas, aunque no nos corresponde”, aclaró.
Los recuerdos de Enrico
En su rol de senador provincial, un gran articulador de la región con la Casa Gris en aquellos años fue Lisandro Enrico, quien hoy rememora el proceso que derivó en la inauguración de la obra en 2019: “Siempre recuerdo que muchos se habían convencido de que el acceso asfaltado a San Eduardo nunca se haría, hasta que en el gobierno de Miguel Lifschitz se aprobó una ley para ejecutar obras de infraestructura, sobre todo accesos, y a la vez, junto con Diego Milardovich, quien había sido presidente de la Comuna y en ese tiempo estaba a cargo del Nodo, insistimos mucho con esa obra ante el gobernador y sus funcionarios de Obras Públicas. A cada funcionario que llegaba a General López le hablábamos de la necesidad de asfaltar ese acceso", aseguró el actual ministro de Obras Públicas santafesino.
"Una gran ventaja fue que el proyecto ya estaba hecho, y eso en la obra pública es clave, porque a veces existe la decisión de hacer la obra y se dispone de los fondos, pero si no está el proyecto ejecutivo, que demanda varios meses, todo se demora. Entonces, sobre la base de ese proyecto, se hizo la cotización, se licitó y en 2017 empezó la obra. También ayudó que ya había pasado un período de lluvias y la empresa trabajó muy bien, hasta desembocar en la inauguración con una fiesta popular”.
Las voces de los vecinos
En mayo de 2017, Rubén Dacatra, jubilado docente que integró varias comisiones que pelearon por la obra de pavimento, recordaba las numerosas gestiones.
“Los viajes a Santa Fe fueron muchos. Pero siempre fue duro con los militares estando de turno. Primero tuvimos que esperar que pasara el Mundial ’78 y después la Guerra de Malvinas. Eso fue lo más cercano. Desde ahí, el grupo se abrió porque ya era imposible”, asegura. Y recuerda: “Ya en 1935, cuando se construyó la ruta 8, decían que iba a pasar entre 6 y 8 kilómetros del pueblo. Luego se desvió más para el lado de Venado Tuerto. Y la anécdota es que cuando la ruta venia de Pergamino, en el diario La Nación se publicaba que se hacia el pavimento. Desde entonces estamos esperando”.
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Dacatra manifestaba que en varias oportunidades a lo largo de la historia se dijo que el pavimento se hacía. “Incluso en la presidencia de Arturo Frondizi, que estaba como gobernador Sylvestre Begnis, la información era que terminaban el acceso a Sancti Spiritu y venían para acá, empezaban a traer materiales. Se habían hecho relevamientos, mediciones. Incluso se niveló el camino actual, con marcas de altura para el pavimento. Pero cayeron los gobiernos y se paralizaron todas las obras públicas. De ahí en adelante la lucha fue constante”, remarca.
Alicia Dalton de Busso, también exdocente, señalaba que se habían vuelto escépticos porque fueron muchas las promesas y nunca se hizo nada.
“Por eso hoy estamos felices. Llenos de esperanza. Vemos esos sueños a punto de cumplirse. Siempre decimos que estamos separados del mundo por un camino de tierra. Hoy podemos decir que a futuro vamos a estar conectados al desarrollo, a la vida, por una ruta asfaltada que tanto deseamos tener”.
Alicia siempre contaba que el pueblo debería tener una reparación económica más que histórica, porque entendía que la ruta 33 debió pasar más cerca de los pueblos hace muchos años. “Solo pasó al alcance de los grandes propietarios de tierra. Dejaron a San Eduardo aislado. Por eso, esto es algo que nos debíamos como habitantes del pueblo y del país”.
La obra en detalle
La ruta cuenta con un ancho de 7 metros y un paquete estructural mayor a 70 centímetros de suelo compactado. La cobertura asfáltica tiene un espesor de 10 centímetros -como mínimo- y una longitud de casi 17 kilómetros. Previamente, se ejecutaron distintos trabajos hídricos complementarios de la obra, como desagües y nivelaciones en puntos críticos del recorrido.
Consta de un alteo y pavimentación del camino en la zona comprendida entre el kilómetro 15, el enlace de la ruta provincial 4 con la ruta nacional 8, y la trama urbana hasta finalizar en la progresiva del kilómetro 16.
En la zona rural el camino tiene un ancho de 7,30 metros de pavimento concreto asfáltico, compuesto por dos trochas de 3,65 metros cada una, con un 2 por ciento de pendiente hacia cada lado del eje; banquinas de suelo vegetal de 3 metros de ancho a cada lado y un 4 por ciento de pendiente para permitir el libre escurrimiento de las aguas de lluvia.
En tanto, en el tramo urbano de San Eduardo, comprendido entre avenida 9 de Julio y Chile, se realizó la pavimentación de la calzada entre sendos cordones y cunetas existentes, además de la iluminación.
Asimismo, se proyectaron obras complementarias como demolición y/o retiro de alcantarillas existentes, construcción de barandas metálicas de defensa, retiro- construcción y/o traslados de alambrados y tranqueras.
Los trabajos estuvieron a cargo de la empresa Edeca SA y concluyeron con una inversión actualizada (a mayo de 2019) de más de 500 millones de pesos.