Santiago Dearma, el joven ingeniero venadense que se convirtió en vicedecano de Agrarias
En la Facultad de Ciencias Agrarias, luego de las elecciones llevadas adelante por los cuatro claustros que componen la institución, se realizó la sesión especial de Consejo Directivo. Allí los nuevos integrantes del cuerpo eligieron al decano Pablo Palazzesi y al vicedecano, Santiago Dearma, hombre de Venado Tuerto.
Con 31 años, ingresó a la Facultad de Agrarias en el 2010, después de haber hecho toda la secundaria en la Escuela Agrotécnica venadense. En el 2017 finalizó sus estudios y se recibió de ingeniero agrónomo.
A la par de eso, había empezado a trabajar en la Secretaría de Extensión de la universidad como asistente técnico en un programa de desarrollo territorial rural. A partir de ahí, comenzó su camino en la gestión de la universidad.
“Cuando ingresé, ya desde el primer año, por algunos amigos que estaban en la facultad de años anteriores y que conocía de la escuela, me sumé a militar en una agrupación de estudiantes independientes. En el segundo año de haber llegado, ya fui secretario de Deportes del Centro de Estudiantes, dos años seguidos, y después de eso estuve dos años más como presidente del Centro de Estudiantes. En ese periodo también me tocó ser consejero directivo en cuatro oportunidades en la facultad y dos años estuve de consejero superior en la universidad”, enumeró para Sur24 en cuanto a su recorrido.
Consultado sobre la dinámica de trabajo a la que apunta, aseveró que de “dónde venimos, del grupo y en conjunto con quienes pensamos este nuevo proyecto para la facultad, hay una característica que nos une, que tiene que ver con la proactividad para el trabajo para los próximos cuatro años”.
Para Dearma, “hoy es el momento de poder demostrar mucho de eso que hicimos como estudiantes y docentes”, pero esta vez en la gestión de la facultad: “Cuando nos juntamos la primera vez a pensar este proyecto, pensamos en nuestras capacidades de poder dedicarle al trabajo, imprimir un ritmo que tiene que ver con el estar detrás de cada uno de los problemas que van surgiendo y por sobre todo en la proposición, en tener un montón de ideas para poder implementar porque durante muchos años también pensamos en algún momento poder estar donde hoy nos toca”, aclaró.
En cuanto a su anclaje con la ciudad natal, resaltó que “venimos promoviendo nuevos trayectos de formación desde estos últimos cuatro años en el marco de la Secretaría de Extensión”, donde hay un vínculo muy cercano con el intendente de Venado Tuerto, Leo Chiarella, y todo su equipo de la Municipalidad.
“Nos vinculamos a demandas del sector productivo, más precisamente de las empresas semilleras. Durante los últimos dos años trabajamos mucho estas nuevas propuestas de formación que nos permiten que más estudiantes se vinculen con nuestra institución de otra forma, en este caso usando un curso de oficio en Venado como lo hicimos con los cursos de auxiliar, en producción de maíz, en planta de semillas y demás”, amplió.
“Ahí trabajamos mucho, además de que acercamos y está a punto de poder concretarse la Universidad Abierta para Adultos Mayores. La verdad que con Leo (Chiarella) teníamos ganas de trabajar juntos ya antes de que yo asumiera funciones en la universidad y de que él fuese intendente. Haber estado en gestión los dos al mismo tiempo nos permitió concretar muchas de esas cosas que en algún momento pensamos”, añadió.
En el archivo
Respecto a los proyectos que impulsaron en el tiempo que le tocó ser estudiante, el que más recuerda y cree que hoy es insignia en toda la universidad, tuvo que ver con la implementación del comedor de la institución. “Hoy ya es una política que llega a todas las facultades. En su momento la nuestra, por no estar emplazada específicamente en la ciudad de Rosario, era una de las que no lo tenían. Durante esos años inauguramos el comedor que permite que los estudiantes tengan acceso a menús muy económicos”, contó.
“Yo creo que eso es de lo que más impactó en todo ese tiempo y que se sostiene hasta hoy y que es motivo de orgullo para nuestra facultad y la universidad. Después, impulsamos lo que tiene que ver con actividades que acompañen el estudio, pero por sobre todo que permitan hacer más amena la vida de los estudiantes en nuestra facultad”, detalló. Y continuó: “Todo lo que complementa con deporte, con esparcimiento y demás, también trabajamos sobre eso, porque lo consideramos clave para los estudiantes”.
Consultado sobre el vínculo que tienen pensado en adelante con los estudiantes y los docentes, fue claro: “Nuestra facultad tiene la particularidad que es una comunidad pequeña en comparación con algunas otras de la universidad, lo que nos permite tener una relación muy cercana, tanto estudiantes, docentes, como los no docentes y los graduados. Creo que tenemos un montón de desafíos, un cambio de plan de estudio o una adecuación de ese plan a la actualidad. Así que estamos trabajando como comunidad ya desde ahora para tratar de lograrlo”.
Asimismo, anticipó que se enfocaron en propuestas que tienen que ver con ampliar algunas cuestiones de acceso a beneficios, la potenciación de nuevos trayectos de formación, ya sea de oficios, diplomaturas, entre otros. Respecto a estudiantes, adelantó: “Tenemos un gran desafío. La facultad implementó el último año un programa muy similar al que tienen en Derecho, que tiene que ver con atraer a aquellos estudiantes que se quedaron con algunas materias adeudadas para que puedan finalizar sus estudios o aquellos que están trabajando. La idea es facilitarles algunas posibilidades para que vuelvan a la facultad a rendirlas”.
Seguidamente, habló de una necesidad de “fortalecer” lo que es las políticas de ingreso a la facultad, “no porque haya menos cantidad de gente que se acerca, sino porque pensamos que es fundamental que las personas que llegan puedan sostener los estudios”. “Ahí va a implicar un vínculo muy cercano con las escuelas de la región, con los docentes del primer año de nuestra facultad, para tratar que esos jóvenes que llegan, puedan arrancar de la mejor manera. Creemos que ahí hay un punto de inflexión en el sostenimiento de los estudiantes en nuestra facultad”, resaltó.
A nivel personal
Dearma, confesó que “nunca cierra las puertas a nuevos desafíos” y que, en este caso, “nosotros hace un tiempo como grupo tomamos la decisión de poder ir detrás de esta posibilidad de acompañar la gestión de la facultad”. “En términos personales significa un gran logro pero que no deja de ser colectivo. Lo que más rescato es los gestos de afecto, de amor, si se quiere, que recibimos durante todos estos días”, ponderó.
El ingeniero venadense puso énfasis en que “nuestra comunidad es muy particular y yo vivo acá hace 13 años”; “nos conocemos todos y la verdad que ver no docentes, estudiantes muy jovencitos acompañando ese proceso, acercando sus buenas intenciones, docentes también amigos, felicitando y respaldando, la verdad que es una alegría”, añadió.
“En términos más personales, creo que tiene que ver con el acompañamiento familiar. Mis padres me trajeron acá con el objetivo de que yo sea un gran ingeniero agrónomo y creo que su mayor orgullo fue haberme convertido en una gran persona. Supe rodearme en su momento de un montón de gente buena, con muy buenas intenciones, que siempre pensó en ir para adelante. Hoy eso se concreta y creo que es lo que hace a la base de todo proyecto. Buena gente pensando buenas cosas para, en nuestro caso, una buena institución”, culminó.