Sinónimo de nobleza y rectitud
Se apagó la llama de Don Julio Alberto Eggimann, un venadense notable
Además de su intachable trayectoria como martillero público y dirigente de entidades intermedias, fue concejal, candidato a intendente y estrecho colaborador de José Cibelli, el máximo referente desarrollista de la región. Con su deceso, don Julio deja un legado de honestidad y transparencia.
Este viernes 21 de junio, en el inicio del invierno, falleció, a los 94 años de edad, Julio Alberto Eggimann, un histórico dirigente del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), sector al que representó como candidato a intendente en 1983, con el resurgir del sistema democrático, donde su don de gente se expresaba con simpleza y autoridad en las concurridas reuniones en la esquina de Mitre y Castelli, en los buenos viejos tiempos en que se discutía de política. Allí se encontraba el comité partidario de los desarrollistas, que en los albores de los 60 habían sido gobierno municipal de la mano de José Cibelli, un ícono del mutualismo nacional y un referente para don Julio, tanto es así que fue uno de sus dilectos colaboradores desde los años ‘50 hasta sus últimos días, en marzo de 2012.
En este sentido, cabe mencionar que Eggimann integró una comisión de vecinos para homenajear al líder desarrollista venadense a poco de su fallecimiento, junto a los ya desaparecidos Hilmar Long y Carlos Ferretti, logrando que la ruta nacional 33, entre la rotonda y la ex estación de peaje, se denomine “Avenida José V. Cibelli”.
Eggimann nació en la bonaerense localidad de Arrecifes el 6 de diciembre de 1927, y desde muy joven escogió a la Esmeralda del Sur como ciudad adoptiva, donde constituyó su respetada familia (su esposa Norma y sus hijos Enrique y Julio Eduardo) y consolidó su apego a los principios de la Unión Cívica Radical. Con sólo 18 años, Eggimann ingresó a trabajar en la firma Boyle Hnos. -donde 50 años más tarde se jubiló como martillero público- y en el ’53 empezó a militar en la UCR.
En 1958, con el Partido Justicialista proscripto, Arturo Frondizi ganaba la elección presidencial y Carlos Sylvestre Begnis se convertía en gobernador de Santa Fe, asumiendo sus roles el 1 de mayo en representación de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI). En esa época, el intendente era designado por el gobernador (el voto directo lo instituyó la reforma constitucional del ’62) y apenas desembarcó Sylvestre Begnis en la Casa Gris, propuso a Cibelli para el Sillón de Aufranc, quien se excusó por razones personales, aunque se comprometió a asumir ese rol en los dos últimos años, a partir de 1960. En consecuencia, en ese tramo inicial se hizo cargo Hugo Strenitz, pero el acuerdo político se cumplió al pie de la letra por todas las partes y el gobernador invistió en el rol de intendente a José Cibelli el 15 de mayo del ‘60, con Julio Alberto Eggimann como uno de sus hombres de más estrecha confianza.
“Hacia fines de los ‘50 la inflación se desmadró y Strenitz no pudo hacer grandes cosas, pero Cibelli empezó a estudiar un sistema de pavimentación, que era necesario reanudar porque las obras se habían detenido en los últimos 25 años”, relató don Julio a este cronista en marzo de 2020 en su casa de Roca y Saavedra, y evocó que el año siguiente, cuando él ya había asumido como concejal por la UCRI, “viajamos a Cañada de Gómez junto con Pepe (Cibelli), que no tenía ningún cargo, y mis pares de bloque Roberto Martino y Juan Bernaus, para analizar el sistema de administración municipal que aplicaban y ahí se terminó de convencer porque la obra se hacía al estricto costo”.
Ya en el gobierno, sin demoras, lanzaron un plan de pavimentación que en los inicios sufrió percances, hasta que el sistema se afianzó bajo la supervisión de Pedro Giovagnoli. “Entre los gobiernos de Strenitz y Cibelli se logró unir la plaza San Martín con la ruta 8, mediante la pavimentación de avenida Yrigoyen, siendo un gran logro para la comunidad”, destacó Eggimann. “En apenas un año y medio de gestión se pavimentaron 65 cuadras, se modernizaron los servicios públicos y se establecieron objetivos de eficiencia en el gobierno que fueron revolucionarios para la época”, afirmó don Julio, quien luego de su reelección como concejal fue ungido presidente del cuerpo legislativo venadense entre el 60 y el 62.
Sin embargo, esa exitosa gestión se truncó tempranamente pues “con la caída de Frondizi, a fin de marzo del ’62, también Sylvestre Begnis fue desalojado de la Gobernación y Cibelli renunció el 30 de abril del ‘62”, detalló el destacado dirigente, quien mantuvo una admirable lucidez hasta sus últimos tiempos. “Tanto era el respeto que le tenían que no se animaron a echarlo, pero él se fue porque no quería seguir en un gobierno militar”, sostuvo, puntualizando que Humberto López, que se venía desempeñando como secretario, sucedió a Pepe en el gobierno, hasta que en el ’63 reasumió López Sauqué tras imponerse en los comicios.
Sin dudas, Carlos Sylvestre Begnis tenía una consideración especial por Cibelli, pues además de confiarle la Intendencia, en su segundo mandato en la Casa Gris (1973/76) lo designó en el Directorio del Banco Provincial de Santa Fe. Y en 1983, en un broche de oro de su carrera política, Cibelli fue candidato a vicegobernador de Santa Fe por el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), en la misma boleta que llevaba a Julio Alberto Eggimann para la Intendencia de Venado Tuerto.
Así como Cibelli en el 95, Julio Alberto Eggimann también fue distinguido como Ciudadano Notable en 2013, reconocimiento que fue uno de sus grandes orgullos, al igual que su meritorio paso por instituciones tradicionales de Venado Tuerto, como el Rotary Club y la Sociedad Rural. Además, uno de sus hijos, Julio Eduardo Eggimann, heredó su vocación por la política -también el fanatismo por el Club Atlético Independiente-, aunque desde adolescente lo hizo en otra vertiente del campo nacional y popular, el Partido Justicialista, a través del cual ocupó la Dirección de Deportes provincial y cumplió tres mandatos como diputado provincial.
En la noche de este viernes, Julio Eduardo Eggimann publicó en su cuenta de Facebook: “Chau, mi querido viejo, te despido con todo el dolor del alma. Fuiste siempre Don Julio, una gran persona, para mí y para todos quienes te conocieron. ¡El abrazo más grande al Cielo y mis gracias enormes por todo cuanto me brindaste!