Primer aniversario
Se cumple un año de la tercera estrella de Argentina en el Mundial de Qatar 2022
Un año ya ha pasado del Mundial de Qatar 2022 y el show de la Selección Argentina ante Francia en el estadio Lusail. Un día como hoy, pero del 2022, la Albiceleste brilló en el Doha, sufrió por la ráfaga de Kylián Mbappé y disfrutó las atajadas del Dibu Martínez y las ejecuciones de los futbolistas en los penales. A un año de Argentina campeón del mundo.
Argentina lo hizo. Lionel Messi lo hizo. El equipo lo hizo. La Albiceleste se consagró campeón del mundo en Qatar 2022 con una estupenda actuación de Lionel Messi que, después de un desarrollo para una novela, logró levantar la Copa en los penales con un gigantesco Dibu Martínez.
Hubo un solo equipo en cancha en el primer tiempo. La Albiceleste no dejó un centímetro libre y jugó como quiso Lionel Scaloni. En todo momento, el plan funcionó. Toque va, toque viene. Defensa rocosa y firme con Cristian Romero y Nicolás Otamendi sin perder un choque y marcando como se debe, con la confianza que amerita una final así. La palabra equipo tiene que ir con mayúsculas porque eso es lo que fue la Selección. Un bloque compacto con Lionel Messi como conductor y Alexis Mac Allister, Enzo Fernández y Rodrigo De Paul como sus acompañantes más fieles. Imparables.
Ángel Di María se merece un bloque aparte. Estuvo intratable por la izquierda, no pudieron detener y siempre fue opción de pase. Solo sin marca por la escasa ayuda de Dembelé en esa banda. Y así llegó el penal que le hacen con Messi abriendo juego como siempre y Enzo Fernández viéndolo desde el medio. Lo bajaron, penal y Lionel hizo lo suyo. Carrera, pausa y gol. Arriba Argentina.
Pero la historia no terminó ahí. El conjunto de Scaloni nunca dejó atrás la idea y siguió controlando a una Francia aturdida y perdida en la cancha. Y una contra, el arma letal francesa, fue una dosis de su propia medicina. Messi, Molina, Mac Allister y Di María para definir con calidad para un 2-0 más que merecido. Ganó la primera pulseada en lo futbolístico, en lo emocional y en lo mental. Dibu Martínez fue un espectador más, Mbappé desapareció y no pesó. Bien marcado por todo el bloque defensivo. No extrañaron los dos cambios de Didier Deschamps antes del final de la etapa inicial: afuera, Dembelé y Giroud, adentro Thuram y Kolo Muani. ¡Primer tiempo para el recuerdo con mentalidad ganadora!
Complemento trabado. Con un comienzo apretado, pero siempre favorable a la Albiceleste. Otra vez lo emocional salió a flote. Había que correr, meter y ganar en la actitud. Así ocurrió. Francia se encontró con la pelota por las obligaciones del marcador. Sin ideas ni sangre. Parte de los errores y la falta de creatividad de ´Les Blues´ fueron provocados por Argentina. Marcas insoportables, presiones y fantasmas. Como si cada jugador celeste y blanco se multiplicara por dos o tres a la hora de marcar y molestar.
Esfuerzo descomunal de Di María que salió por Marcos Acuña para poblar más la propia zona y contener a los rápidos delanteros rivales. A la cancha dos franceses más: Kingsley Coman y Eduardo Camavinga. Argentina se replegó un poco más y ´Les Blues´ jugaron en campo criollo. Sin demasiados sobresaltos con la seguridad de Emiliano Martínez para descolgar centros.
Pero esto es fútbol. Dinámica de lo impensado. Kylian Mbappé, que no había tenido espacios ni situaciones, cambió el juego de un momento a otro. De penal, descontó con un gran remate y unos minutos después, sacó un derechazo imposible para el Dibu. Impensado. Un bombazo para Argentina y se sintió en lo más profundo. Francia controló todo hasta el final de los noventa y ocho minutos con un Mbappé encendido y peligroso. Una más le quedó a la Albiceleste en la zurda de Lionel Messi pero Hugo Lloris la mandó al córner. La última del segundo tiempo. No fue suficiente, al menos, en el suplementario. Mbappé terminó marcando la diferencia en dos jugadas.
Gonzalo Montiel por Nahuel Molina en el primer tiempo suplementario. El equipo necesitaba aire. El esfuerzo fue enorme en el conjunto argentino. Más cambios para renovar energías hizo Scaloni con los ingresos de Leandro Paredes y Lautaro Martínez por Rodrigo De Paul y Julián Álvarez. El cansancio permitió estas modificaciones en quince minutos tensiones. Parejo por cierto con dos chances increíbles de Lautaro Martínez. Desperdiciadas por movimientos tardíos. Lamentablemente.
Y el segunda prórroga dio rienda suelta a esa ilusión perdida por el gran trabajo hecho hasta el empate pero recuperada por la reacción. Quizás más por la actitud que en lo futbolístico. Lionel Messi abrió otra vez la ilusión con un gol agónico en una contra por un rebote que Lloris dejó en el área chica tras un remate de Lautaro Martínez. Pero la final del mundo le guardó otro golpe más a la Selección. Mano de Montiel y empate de penal de Mbappé. ¡Increíble!
Dibu Martínez salvó las papas una vez con un tapadón a Kolo Muani (sin dudas, de las que se recordarán por siempre) y Lautaro se perdió la victoria en el final con un cabezazo mal ejecutado. Final y a los penales. Final del carajo, si me permiten decirlo.
Momento de penas máximas. Locura total para una definición para el infarto. Mbappé empezó la tanda y no esperábamos otra cosa. No falló a pesar del acierto del Dibu. El turno de Messi. Tranquilidad, mente fría y gol. 1-1.
Coman fue el siguiente y Martínez adivinó. Toda del arquero argentino. Y a Paulo Dybala le tocó una difícil y acertó. Raspando pero sacó la ventaja.
Dibu activó su show y le tiró lejos la pelota a Tchouameni que la mandó afuera como si hubiese surtido efecto el juego psicológico. Leandro Paredes ajustició nuevamente con un remate rasante y ajustado.
Kolo Muani no le tuvo tanta paciencia al Dibu y le rompió el arco. Y a Gonzalo Montiel le quedó un penal para la historia. Lo metió. Y sí. Argentina campeón del mundo. Una vez más.
Un año ya ha pasado del Mundial de Qatar 2022 y el show de la Selección Argentina ante Francia en el estadio Lusail. Un día como hoy, pero del 2022, la Albiceleste brilló en el Doha, sufrió por la ráfaga de Kylián Mbappé y disfrutó las atajadas del Dibu Martínez y las ejecuciones de los futbolistas en los penales. A un año de Argentina campeón del mundo.
Hubo un solo equipo en cancha en el primer tiempo. La Albiceleste no dejó un centímetro libre y jugó como quiso Lionel Scaloni. En todo momento, el plan funcionó. Toque va, toque viene. Defensa rocosa y firme con un Cristian Romero y Nicolás Otamendi sin perder un choque y marcando como se debe, con la confianza que amerita una final así. La palabra EQUIPO tiene que ir con mayúsculas porque eso es lo que fue la Selección. Un bloque compacto con Lionel Messi como conductor y Alexis Mac Allister, Enzo Fernández y Rodrigo De Paul como sus acompañantes más fieles. Imparables.
Ángel Di María se merece un bloque aparte. Estuvo intratable por la izquierda, no pudieron detener y siempre fue opción de pase. Solo sin marca por la escasa ayuda de Dembelé en esa banda. Y así llegó el penal que le hacen con Messi abriendo juego como siempre y Enzo Fernández viéndolo desde el medio. Lo bajaron, penal y Lionel hizo lo suyo. Carrera, pausa y gol. Arriba Argentina.
Pero la historia no terminó ahí. El conjunto de Scaloni nunca dejó atrás la idea y siguió controlando a una Francia aturdida y perdida en la cancha. Y una contra, el arma letal francesa, fue una dosis de su propia medicina. Messi, Molina, Mac Allister y Di María para definir con calidad para un 2-0 más que merecido. Ganó la primera pulseada en lo futbolístico, en lo emocional y en lo mental. Dibu Martínez fue un espectador más, Mbappé desapareció y no pesó. Bien marcado por todo el bloque defensivo. No extrañaron los dos cambios de Didier Deschamps antes del final de la etapa inicial: afuera, Dembelé y Giroud, adentro Thuram y Kolo Muani. ¡Primer tiempo para el recuerdo con mentalidad ganadora!
Complemento trabado. Con un comienzo apretado pero siempre favorable a la Albiceleste. Otra vez lo emocional salió a flote. Había que correr, meter y ganar en la actitud. Así ocurrió. Francia se encontró con la pelota por las obligaciones del marcador. Sin ideas ni sangre. Parte de los errores y la falta de creatividad de ´Les Blues´ fueron provocados por Argentina. Marcas insoportables, presiones y fantasmas. Como si cada jugador celeste y blanco se multiplicara por dos o tres a la hora de marcar y molestar.
Esfuerzo descomunal de Di María que salió por Marcos Acuña para poblar más la propia zona y contener a los rápidos delanteros rivales. A la cancha dos franceses más: Kingsley Coman y Eduardo Camavinga. Argentina se replegó un poco más y ´Les Blues´ jugaron en campo criollo. Sin demasiados sobresaltos con la seguridad de Emiliano Martínez para descolgar centros.
Pero esto es fútbol. Dinámica de lo impensado. Kylian Mbappé, que no había tenido espacios ni situaciones, cambió el juego de un momento a otro. De penal, descontó con un gran remate y unos minutos después, sacó un derechazo imposible para el Dibu. Impensado. Un bombazo para Argentina y se sintió en lo más profundo. Francia controló todo hasta el final de los noventa y ocho minutos con un Mbappé encendido y peligroso. Una más le quedó a la Albiceleste en la zurda de Lionel Messi pero Hugo Lloris la mandó al córner. La última del segundo tiempo. No fue suficiente, al menos, en el suplementario. Mbappé terminó marcando la diferencia en dos jugadas.
Gonzalo Montiel por Nahuel Molina en el primer tiempo suplementario. El equipo necesitaba aire. El esfuerzo fue enorme en el conjunto argentino. Más cambios para renovar energías hizo Scaloni con los ingresos de Leandro Paredes y Lautaro Martínez por Rodrigo De Paul y Julián Álvarez. El cansancio permitió estas modificaciones en quince minutos tensiones. Parejo por cierto con dos chances increíbles de Lautaro Martínez. Desperdiciadas por movimientos tardíos. Lamentablemente.
Y el segunda prórroga dio rienda suelta a esa ilusión perdida por el gran trabajo hecho hasta el empate pero recuperada por la reacción. Quizás más por la actitud que en lo futbolístico. Lionel Messi abrió otra vez la ilusión con un gol agónico en una contra por un rebote que Lloris dejó en el área chica tras un remate de Lautaro Martínez. Pero la final del mundo le guardó otro golpe más a la Selección. Mano de Montiel y empate de penal de Mbappé. ¡Increíble!
Dibu Martínez salvó las papas una vez con un tapadón a Kolo Muani (sin dudas, de las que se recordarán por siempre) y Lautaro se perdió la victoria en el final con un cabezazo mal ejecutado. Final y a los penales. Final del carajo, si me permiten decirlo.
Momento de penas máximas. Locura total para una definición para el infarto. Mbappé empezó la tanda y no esperábamos otra cosa. No falló a pesar del acierto del Dibu. El turno de Messi. Tranquilidad, mente fría y gol. 1-1.
Coman fue el siguiente y Martínez adivinó. Toda del arquero argentino. Y a Paulo Dybala le tocó una difícil y acertó. Raspando pero sacó la ventaja.
Dibu activó su show y le tiró lejos la pelota a Tchouameni que la mandó afuera como si hubiese surtido efecto el juego psicológico. Leandro Paredes ajustició nuevamente con un remate rasante y ajustado.
Kolo Muani no le tuvo tanta paciencia al Dibu y le rompió el arco. Y a Gonzalo Montiel le quedó un penal para la historia. Lo metió. Y sí. Argentina campeón del mundo. Una vez más.