La recaudación de impuestos refleja una caída del PBI de 0,7 % en el cuarto trimestre vs el tercero, con un freno cada vez más intenso en la disponibilidad de productos importados, según advirtió un informe de coyuntura del Ieral/Fundación Mediterránea.
Se frena la actividad de la economía nacional
“El índice desestacionalizado elaborado por IERAL, en base a la recaudación de impuestos asociados al mercado interno, muestra una caída del 0,5% en términos reales para el cuarto trimestre, en relación con el tercero, extrapolando una merma del PBI de 0,7 % para ese período”, detalla el informe firmado por Maximiliano Gutiérrez.
“En 2022, el PBI habría aumentado 5,7%, aunque favorecido por el arrastre estadístico de 4,5 puntos porcentuales que había dejado el 2021. En cambio, el arrastre estadístico del 2022 para el 2023 sería de sólo 0,6 %”. El dato está en línea con la proyección de 5,5% que realizó el Banco Mundial el pasado martes, en el mismo informe en el que adelantó una proyección de 2% para la economía argentina de este año, 0,5p.p. menos que en la predicción que formulara seis meses antes.
Dice el Ieral que “la experiencia del ‘dólar soja II’ de diciembre dejó un incremento temporal de reservas y de recaudación por retenciones, al costo de un impacto monetario significativo. Al comprar caro (230 pesos) los dólares de la soja, y vender barato (171,43 pesos) las divisas a los importadores, la autoridad monetaria terminó emitiendo un neto de $513 mil millones (11,4% de la base monetaria) . El tipo de cambio al que se acumularon las reservas terminaron siendo de $268,4 por dólar.
“La información de IVA Aduana -añade- permite seguir de cerca la trayectoria de las importaciones. Conforme al indicador del IERAL, las importaciones de diciembre habrían alcanzado US$5.380 millones, una caída de 13,4% interanual, que compara con un aumento de 45% en julio pasado. De positivo a negativo, con un cambio de ritmo de 58,4 puntos porcentuales, en apenas un semestre”.
El dato confirma el anticipo del Ieral, que extrapola la recaudación al plano de la actividad económica, ratifica lo que enunciara el Banco Central de la República Argentina en su Informe de Estabilidad Financiera de diciembre último. Allí detacó que “durante el segundo semestre de 2022 la economía argentina registró un desempeño variante. Si bien el crecimiento del tercer trimestre fue mejor al esperado, la actividad económica se habría frenado en el último trimestre del año.
“Se espera -apuntó la entidad que dirige Miguel Pesce- una moderación en el ritmo de expansión en 2023, a partir del escenario externo más incierto de la mano de una mayor presencia de riesgos de recesión a nivel global y, a nivel local, por los riesgos asociados a los años electorales, los elevados niveles de inflación y el impacto de la sequía, entre otros factores. El contexto internacional se muestra cada vez más adverso para las economías emergentes, principalmente como resultado del proceso de normalización de la política monetaria en las economías desarrolladas tras un largo período de tasas de interés en niveles históricamente bajos”.
Concluyó el BCRA apuntando que “esto se suma a otros factores de riesgo preexistentes, como la persistencia del conflicto bélico en Ucrania (que inyecta volatilidad a los precios de las materias primas) y los resabios de incertidumbre respecto al impacto del COVID-19 sobre el crecimiento global (con foco en la situación sanitaria en China)”.