“Teníamos una situación preocupante, ahora es desesperante”, describió Mariano Boz en representación de las empresas que administran las estaciones de servicio. Y aseguró que el problema es más grave en el interior del territorio provincial, pero que ya es más frecuente ver a camiones que ingresan a las ciudades a tratar de encontrar gasoil.
Se hace sentir la falta de gasoil en varias regiones de Santa Fe
Explicó que aún no se han cruzado las mangueras para el diésel de mejor calidad o del tipo premium, pero indicó que también será escaso pronto porque comienzan a agotarse las reservas en los tanques de cada estación. Señaló a la dependencia del país que debe importar ese combustible a un precio más alto que el que luego se vende como la causa económica del desabastecimiento. (Aunque del tema Boz no habló, es importante recordar que tampoco la Argentina usa a pleno su capacidad instalada para producir biocombustibles, como el biodiesel, que podría colaborar con un mayor corte verde en el gasoil).
Para la Cámara de Expendedores de Combustibles y Afines de Santa Fe, la situación se normalizará recién el mes próximo cuando llegue el próximo cupo, a todas luces insuficiente para la demanda. Boz dijo que es común “ver camiones a la vera de las rutas, o de la autopista, esperando cerca de una estación de servicio que llegue el gasoil. Otros optan por entrar a las ciudades y los vamos a ver cada vez más en las zonas céntricas en busca del combustible”.
Recordó que las estaciones son apenas el último eslabón de una cadena de producción y comercialización en el que mandan las petroleras. “Nos dicen que el precio importación está cerca de los $ 200; en el surtidor de la ciudad se consigue a $ 130, entonces ninguna petrolera quiere quiere importar: nos imponen cupos porque pierden plata y prefieren el desabastecimiento”.
“Nos cierran la canilla o nos ponen en la opción de aceptar un precio más alto en las estaciones blancas o las que nutren directamente al campo a nivel mayorista con un costo mayor al de $ 130, que llega a los $ 180 ó $ 190”.
Agregó que “esta distorsión de precios hace que lógicamente los camiones quieran ingresar la ciudad carguen en donde puedan”. Explicó que para motores nafteros no habrá problemas (lo mismo que el GNC, por ahora) y que un desfasaje “de entre un 30% o un 40% entre el costo y el precio de venta” es insostenible.
Aseguró que hasta que caiga la hoja de mayo del almanaque la situación será “cada día peor”. Y aconsejó: “incluso va a faltar diésel de calidad por lo que es recomendable llenar el tanque, porque habrá transportistas que preferirán utilizar mezclas de mejor calidad con tal de poder cumplir con sus compromisos y entregar sus cargas”.