Sebasthian, el bailarín venadense que unió el arte con la hipoacusia
Sebasthian Maiorano tiene 37 años y es oriundo de Venado Tuerto. Desde que comenzó a usar audífonos, a los 5 años, lo primero que escuchó fue música. Y luego, empezó a tomar clases de danza, entre los 6 y 7 años. Desde entonces, encontró a través del arte un estilo de vida y un modo de visibilizar la hipoacusia mediante lengua de señas.
“Hay una unión entre el arte y la hipoacusia. Se da porque ser sordos no nos anula todos los sentidos. Podemos interpretar la música mediante las vibraciones en nuestro cuerpo. Es bastante complejo, pero se puede”, valoró el bailarín en contacto con Sur24.
Asegura que en su recorrido, se encontró (y aun encuentra) con barreras como el bullying, la burla y la discriminación. “Muchos no creían en mí. Tuve que esforzarme por aprender sólo y luchar por demostrar que se puede, a pesar de todo”, aseguró.
Sebasthian, sostiene que “aprender lengua de señas no es sólo aprender a mirar a otro” sino que es “aprender a conectar de forma diferente, trasmitir emociones y el significado de cada seña”.
Fue esa pasión por el baile y la dedicación lo que terminó llevándolo a varios lugares de Argentina y Brasil, donde conoció mucha gente, cosechó amigos y compartió escenario con reconocidos artistas. “De esta manera, pude crear una academia propia de baile, luego de conocer a personas sordas en San Luis. Una de ellas me desafío a bailar y de ahí la motivación para formar grupos y enseñar a personas sordas, concretando la apertura de ‘Alma del silencio’, donde enseño a sordos, hipoacusicos y oyentes”, explicó.
La elección del nombre, no fue casual: “El alma está dentro del cuerpo, al sentir la música, ella sale y nos guía aún en el silencio de no escuchar y no hablar”, graficó, para agregar que fue premiado como “Mejor bailarín” y “Mejor profesor” en San Luis. En Venado Tuerto recibió una declaración y reconocimiento de Interés Municipal.
Actualmente, sólo está dando clases particulares a domicilio, ya que no cuenta con un espacio físico para formar una nueva academia. “Tuve mi lugar durante 12 años en San Luis (siempre en el mismo salón), hasta la pandemia. Contaba con aproximadamente 100 alumnos de diferentes edades”, recordó.
Entre las enseñanzas que comparte, se destacan distintos ritmos, estilos, coreografías, trucos, técnicas, expresión corporal, teatro, canto con lengua de señas, entre otros. Con sus alumnos, se comunica (audífono de por medio) hablando, leyendo labios y con lengua de señas.
“En la zona no se difunde, analiza ni debate sobre la hipoacusia. No hay espacios específicos, ya sea de contención o para nuestro desarrollo y crecimiento personal, para insertarnos en la sociedad”, añadió.
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Colaboración
Sebas, vive del arte y de una pensión no contributiva por discapacidad. Hoy en día, está trabajando para conseguir audífonos nuevos a través de eventos en diferentes lugares, ya que sus equipos se rompieron.
Cuestan $150000 cada uno y ya logró cubrir el gasto completo de uno. Debe señalarse que los aparatos tienen una vida útil de cinco años, a menos que sufran algún desperfecto o rotura antes.
La campaña para recaudar fondos se llama “Todo por oír” y se puede dar una mano a través de los siguientes medios.
Mercado Pago: CVU 0000003100053251670919, alias sebamaiorano.
Transferencia bancaria: Banco Supervielle, CBU 02701222 20012120810018
Que es la hipoacusia
La hipoacusia, sordera o deficiencia auditiva, es un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad para escuchar sonidos y que dificulta el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación. Puede presentarse en forma unilateral, cuando afecta a un solo oído, o ser bilateral cuando ambos oídos están afectados.
¿Cuáles son sus causas?
La pérdida de audición puede existir ya en el momento del nacimiento (causas congénitas), y también puede suceder a cualquier edad (causas adquiridas).
Entre las causas congénitas se encuentran:
*Factores hereditarios o no hereditarios.
*Complicaciones en el embarazo o en el parto. Por ejemplo, falta de oxígeno en el momento de nacer, ictericia grave durante el período neonatal, bajo peso en el nacimiento.
*Infecciones que haya sufrido la madre durante la gestación, como la rubeola o la sífilis.
*El uso incorrecto de determinados fármacos durante el embarazo (por ejemplo: aminoglucósidos, medicamentos citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos).
Entre las “causas adquiridas”, se destacan las siguientes:
*El envejecimiento.
*Padecer infecciones crónicas del oído. En los niños, la otitis media crónica -presencia de líquido en el oído- es una causa frecuente.
*Sufrir enfermedades infecciosas como la meningitis, el sarampión y la parotiditis.
La obstrucción del conducto auditivo por cerumen o cuerpos extraños.
*Padecer traumatismos craneoencefálicos o de los oídos.
*El consumo de algunos medicamentos como los que se prescriben en el tratamiento de infecciones neonatales, el paludismo, algunos tipos de tuberculosis y algunos tipos de cáncer.
*Exponerse a un ruido excesivo (la OMS recomienda un límite de 65 decibeles). Esta circunstancia puede producirse en el puesto de trabajo, si está relacionado con maquinaria ruidosa o explosiones, o durante actividades y eventos recreativos en bares, discotecas o conciertos, donde se alcanzan a veces los 110 decibelios. También puede ser perjudicial usar los auriculares para escuchar música a un volumen excesivamente alto.
¿Se puede prevenir?
Hay muchas maneras de prevenirla:
*Realizar todos los controles prenatales durante el embarazo.
*Recibir todas las vacunas del Calendario Nacional.
*Pedir para los recién nacidos la Prueba de Pesquisa Neonatal Auditiva antes de salir de la maternidad o dentro del primer mes de vida.
*Llevar a las niñas y niños al control periódico de salud, aunque estén sanos.
*Limitar el volumen y el tiempo de uso de los auriculares, y evitar los ambientes ruidosos.
¿Cuáles son sus síntomas?
En la etapa anterior al desarrollo del lenguaje, puede no haber síntomas, pero sí algunas señales de alarma:
*Falta de reacción del niño ante ruidos fuertes.
*El bebé no balbucea o deja de hacerlo.
*En otras etapas de la vida, la pérdida de audición se puede manifestar con síntomas como:
*Problemas para seguir una conversación que se produce entre dos o más personas.
*Dificultad para oír en ambientes con mucho ruido.
*Problemas para diferenciar sonidos agudos.
*A veces puede producirse sensación de falta de equilibrio o mareo, sensación de presión en el oído o escucharse un zumbido.
¿Cómo se trata?
La detección e intervención oportuna son fundamentales para disminuir las consecuencias de la pérdida de audición en edades tempranas.
En cualquier caso y en función del tipo de hipoacusia, su grado y el momento de aparición, existen varios tipos de tratamientos:
*La utilización de audífonos: amplifican el sonido hasta volverlo audible para la persona.
*La intervención fonoaudiológica temprana y la habilitación/rehabilitación auditiva.
*Además, existen otras herramientas que pueden favorecer la comunicación de estas personas: la lectura de los labios, los textos escritos o lengua de señas.
*Por la vía quirúrgica, y de acuerdo a la clínica y patología del paciente existen las siguientes opciones:
*La cirugía de reparación del oído medio: puede consistir en la colocación de una prótesis que reemplaza el estribo, en la reparación de perforaciones del tímpano, etc.
El implante coclear: es un tratamiento muy común en caso de hipoacusia profunda. Se trata de un dispositivo electrónico que sustituye al oído externo, medio e interno, capaz de recoger los sonidos, transformarlos en estímulos eléctricos para transmitirlos al nervio auditivo y restablecer el flujo de información auditiva que llega al cerebro.
El implante de tronco cerebral: es una técnica similar a la anterior, pero los electrodos que se implantan estimulan directamente los núcleos cocleares en el tronco cerebral.
El implante de conducción ósea: se coloca bajo la piel un dispositivo que transmite al hueso del cráneo vibraciones, que el oído interno percibirá como sonido.