Ser librero en Rufino, según la rica experiencia de “Leemos Más”
(Por Ana Inés Dobal) – Dueña de “Leemos Más” Librería y Cafetería, Florencia Lafón apuesta a la gestión cultural desde su espacio, especialmente preparado para enamorarse de los libros y ofrecer placeres a los ojos, al paladar, y potenciando la lectura a todo nivel. Entrevistamos a una librera joven nacida en nuestra ciudad, pero forjada como tal a través de experiencias, capacitación y camino recorrido, en otros puntos de la provincia de Buenos Aires. La vida, que da sus vueltas, la trajo hace pocos años de regreso a su ciudad natal, donde plasma hoy con fuerza y pasión lo que ama a través del mundo de los libros. Oficio que perdura en el tiempo, y nos regala a cada paso grandes atisbos de esperanzas por las que celebrar… He aquí “el oficio de ser librera” en el pago.
– ¿Por qué te considerás librera?
– Después de varios años de trabajo en mi propia librería descubrí en un momento que no vendía libros. Que una persona puede conseguir ese mismo libro en cualquier otro lado, comprarlo online, descargarlo, pedirlo en una biblioteca o prestado y no había mayor diferencia en eso. Y me encontré, después de trabajar, capacitarme y analizarlo mucho, con la idea de que los libreros en realidad lo que ofrecemos es asesoramiento, ayuda para buscar la bibliografía adecuada, recomendaciones acordes a su gusto literario. Y entender eso fue radical para cambiar el modo de recibir al cliente/lector y poder definirme como librera.
Ser librera es un modo de vida, no sólo un trabajo. Ser librera me permitió crecer en un área que me apasiona y me permite todos los días devolver al mundo algo de todo lo que recibo, que es mucho.
– ¿Cómo fue tu camino para “recibirte” de librera?
– Estudié Letras por amor a la literatura. Y en un momento entré a trabajar en una librería todos los veranos marplatenses. Era una jornada de 12 horas, agotadoras, pero ahí supe que eso quería ser y hacer. Cuando me mudé a Azul, donde vivía con mi familia antes de mudarme a Rufino, junté unos ahorros, alquilé un local demasiado grande para mi presupuesto y abrí mi propia librería. ¡Había más plantas de regalo de inauguración que libros! Pero tuvimos paciencia, trabajamos mucho, invertimos y funcionó. Cuando vinimos a Rufino era todo incertidumbre, pero me encontré con nuevos desafíos de los lectores y eso es apasionante.
De Azul al pago…
– Sos gestora cultural y dueña de un espacio que cambió el concepto de “librería” en nuestra ciudad. ¿Cómo definís a “Leemos Más”?
– Además de Letras, estudié edición y gestión cultural. Eso me permitió un cambio en la mirada. Entendí que las librerías son, por definición, espacios culturales, y exploré un poco más ese aspecto no comercial. En Azul (Buenos Aires) la respuesta fue inmediata, la gente se apropió del lugar y ya no solo se acercaban a comprar, sino a permanecer, y ese permanecer fue gestando nuevas propuestas y actividades: charlas, talleres, exposiciones de arte, obras de teatro, cine… tuvimos de todo. Ya en Rufino, las condiciones físicas del lugar, sumadas a la pandemia, dificultaron un poco ese aspecto. Pero creo que le encontramos la vuelta porque antes de darnos cuenta estábamos brindando talleres de telar, tertulias literarias, encuentros de lectura para chicos y recibimos visitas de las escuelas para desayunar. Ahora, el nuevo espacio, el local grande y la incorporación de la cafetería, nos permite repensar las propuestas nuevamente.
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La Librería y Cafetería se encuentra ubicada ahora al lado de la Sociedad Italiana, recinto tradicional de la cultura y las artes. El nuevo espacio de “Leemos Más” no solo respira tinta fresca y huele a medialunas y café al sol, sino que florece acariciado por la magia de una atmósfera de historia cultural, que parece bendecirlo desde su nacimiento.
– El nombre (“Leemos Más”) impulsa a la lectura, ¿cómo se vincula este espacio con la ciudad de Rufino?
– Como casi todo, el nombre salió jugando, quería que sea un mensaje, pero también un incentivo. Me preguntan con frecuencia si la gente lee, y yo creo que cada vez leemos más o, al menos, quiero invitar a que lo hagamos.
– ¿Cómo vivís el día a día y qué intentas fomentar con la comunidad como librera?
– Sigo trabajando 12 horas (risas), pero me encanta, así que soy muy feliz. Creo en el poder de la lectura como factor de cambio social y como motor de mejora en las comunidades. Y desde ese lugar trabajo todos los días en promover la lectura y el consumo de libros. Eso también define la curaduría de material que realizo para llevar. Cada editorial que incorporo es seleccionada por algo que valoro y para un tipo de lectores específico.
– ¿Cómo se vincula la librería con la comunidad?
– Me gusta mucho que los chicos se apropien del espacio. Sus visitas no son sólo importantes para ellos. A mí me permiten medir cuál es su nivel de lectura, sus gustos, sus necesidades educativas, y así vincularme también con sus docentes para elegir juntos los libros que los ayuden a resolver determinadas problemáticas o situaciones, a desarrollar la fantasía, mejorar el vocabulario, entre tantas otras cosas.
– ¿Qué proyectos se vienen?
– ¡Muchos! Para empezar, un nuevo proyecto editorial que me tiene muy entusiasmada, una mini big-bang, una Feria del Libro que estoy organizando para agosto, presentaciones de libros, visitas de autores nacionales en las escuelas, clases de francés, tertulias literarias y estamos atentos a lo que quieran proponer los actores culturales de la ciudad.
– ¿Qué mensaje darías en relación a tu oficio y al mundo de los libros?
– No tengo un mensaje, en todo caso serían agradecimientos, muchos, miles.
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La menuda emprendedora, apasionada, madre de tres hijos, con ojos transparentes y una actitud de servicio a la cultura librera que aflora por cada uno de sus poros, instala silenciosa en la ciudad desde su arribo, un espacio para la experiencia literaria que tanta falta nos hacía. Que como en grandes ciudades, un ambiente nos invite a pasar, nos llame al silencio, nos acaricie con la luz del sol a través de una ventana, nos premie con el aroma de un café caliente en invierno y nos nutra con infinidad de lecturas al alcance de nuestras manos libres para cautivar nuestros corazones indefensos, permeables al enamoramiento. No puede definirse menos que como un sueño hecho realidad para una comunidad de menos de 20 mil almas. Un sueño de accesibilidad a la cultura, de curiosidad bienvenida y de infinitas posibilidades de creación posible, nada menos que desde el buen vivir para todos.
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“Leemos Más” está en Carballeira 247. Horario: 8 a 12.30 y 16 a 20