Sin contemplaciones por la sequía, arranca la vacunación antiaftosa
El próximo lunes 6 de marzo se inicia la primera campaña de vacunación antiaftosa en la provincia de Santa Fe y el precio de la dosis aplicada vuelve a ser motivo de análisis entre algunos productores. Sobre todo, por el fuerte impacto que tiene la sequía en la actividad.
Tampoco hay modificaciones en los plazos establecidos, pese a que autoridades provinciales y los dirigentes ruralistas habían sugerido la posibilidad de establecer alguna prórroga a raíz del mal estado de la hacienda y la dificultad para mover tropas.
Precio
De acuerdo al cronograma oficial, el 6 de marzo comienza la campaña de vacunación en las provincias de la zona central y litoral del país. El plazo es de 60 días corridos, hasta el 5 de mayo. En este primer ciclo del año se debe inocular contra fiebre aftosa a la totalidad de las categorías bovinas y bubalinas.
En Santa Fe la vacunación se instrumenta a través de 27 UEL (Unidad Ejecutora Local) y cada una determina el precio de la vacuna en función del valor del inmunógeno, los viáticos del vacunador (sobre todo, según los kilómetros a recorrer), más costos operativos o administrativos (registros, cadena de frío, etc.). Por lo tanto, la ecuación varía. “Nunca coinciden entre departamentos”, dijo a Campolitoral el coordinador de Sanidad Animal de Senasa en Santa Fe, Martín Molina. Por ejemplo, porque aquellas que cuentan con mayor número de productores o establecimientos en su distrito pueden diluir costos.
Así, la UEL de Vera estableció un valor de $390 para socios y de $405 para no socios. Mientras en Tostado el único valor es de $390. Y en General Obligado (Cosago) el costo final será de $425. En todos los casos con variaciones según pago efectivo o diferido.
En lo que respecta a Vera, el precio para no socios de la UEL tuvo una variación del 46% respecto de la segunda vacunación de 2022 ($278 en agosto) y de 82% respecto de la primera del mismo año ($223), según datos aportados por un productor del distrito.
Plazos
En cuanto a la posibilidad de alterar los plazos o establecer medidas especiales en las zonas castigadas por la sequía, Molina explicó que desde el organismo se decidió mantener el cronograma original y contemplar prórrogas puntuales según el caso. “Durante el período de vacunación se van a ir evaluando el desarrollo y la cobertura en porcentaje de la cantidad de unidades productivas; llegado el fin de la campaña, cada UEL con su Comité Técnico va a evaluar su porcentaje de cobertura y van a solicitar las prórrogas, que es lo conveniente”, indicó a Campolitoral.
El veterinario indicó que Senasa “no vio criterioso” alterar el calendario “porque quienes sí están en condiciones de iniciar la vacunación podrían hacerlo y desentenderse de la cuestión”. Pero remarcó que, una vez terminado el plazo, cada UEL evaluará la situación y la posibilidad de darle más tiempo a los productores.
También se contempló que durante los 60 días de la campaña puede haber precipitaciones que mejoren la situación. “Que obviamente no serán ideales, pero sí podrían darle un respiro al productor para que tenga condiciones de trabajo en la manga”. A quienes lleguen al final del plazo sin poder cumplir el objetivo, “se les va a contemplar el período de demora”.
Sin embargo, aclaró: “hay que ser prudentes con las demoras, quien tiene condiciones para vacunar, no puede hacerlo cuando tenga ganas”.