El que no se anotó...
Subsidios energéticos: congelaron registro para la clase media
Los usuarios residenciales con ingresos bajos podrán hacerlo hasta el 4 de septiembre; en cambio, los de ingresos medios ya no tendrán cómo reinscribirse.
En lo que debe ser leído como una señal a la clase media cuyos subsidios ya están en tiempo de descuento, el gobierno nacional prorrogó solo a los hogares de bajos ingresos las chances de inscripción para obtener subsidios del sector público en el nivel mayorista de la energía eléctrica y el gas natural por redes. Los usuarios residenciales con ingresos bajos podrán hacerlo hasta el 4 de septiembre; en cambio, los de ingresos medios ya no tendrán cómo reinscribirse.
En otras palabras, solo las familias con peor situación económica que aún figuran por defecto como N1 (altos ingresos) podrán exponer su situación ante el RASE (Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía). Los usuarios residenciales que pertenecen por su posición económica a la clase media, en cambio, ya perdieron su oportunidad de ser considerados bajo esa categoría: N3.
A partir de la primera disposición de la Subsecretaría de Transición y Planeamiento Energético que depende del Ministerio de Economía (D.1/24) el Rase se congela para la clase media y queda abierto solo para los usuarios residenciales de bajos ingresos que aún no hayan completado el trámite para mantener los descuentos en sus tarifas de luz y gas por redes.
Capas medias y bajas aún engrosan el segmento N1 de altos ingresos ya que cuando se creó el RASE se dispuso que todos los usuarios que no se inscriban serían anotados en esa categoría de la segmentación tarifaria que inició el gobierno nacional anterior, ya cuando se agotaba su último año de gestión.
Así, junto a usuarios residenciales que tienen un buen pasar económico y pagan sus tarifas de los servicios de energía sin subsidios y sin que esas obligaciones superen el 10% de sus ingresos, aún existen otros que deberían haberse anotado en las categorías N2 (ingresos bajos) y N3 (ingresos medios).
En parte, la demora de la franja media en hacer su declaración jurada ante el RASE pudo haberse vinculado a la prohibición de comprar hasta 200 dólares a valor oficial, pero esa restricción terminó hace algo menos de un mes. En el caso de los N2 (familias pobres) que aún figuran como N1 es posible que la falta de acceso a internet, el desconocimiento o la condición de eternos morosos de los servicios provoque que aún no se haya aprovechado la oportunidad de obtener una muy considerable rebaja.
La segmentación en la provincia
El gobierno nacional anunció en febrero de este año que su política de subsidios para los servicios públicos de luz y gas natural por redes se reducirá a una Canasta Energética en la que solo habrá ayudas para los hogares bajo "pobreza energética", es decir, aquellos que sin ayuda estatal deberían destinar más del 10% de sus ingresos familiares al pago de esos alguno o los dos servicios.
El plan solo es por ahora un anuncio y en su lugar se ha continuado con el esquema que había diseñado la gestión anterior: el de la segmentación tarifaria mediante el RASE, con una progresiva quita de subsidios. Mes a mes, bajo decisiones directamente emanadas del ministerio de Economía, se ha demorado la expulsión de la clase media de las ayudas estatales. Los hogares de ingresos altos (N1) fueron los primeros en quedar con ninguno o un bajo nivel de beneficios en generación de luz y gas. Pero los N3 y N2 aún gozan de esos precios que no reflejan los costos reales de generación y transporte. (La distribución, como la que realiza en Santa Fe la Epe, no está contemplada).
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Según la información oficial disponible el 86,7% de los clientes de las Empresa Provincial de la Energía de Santa Fe son hogares, pero representan un 35% del consumo. El sector, desde el punto de vista de la facturación, representa un 30% de lo que se emite.
En el RASE, a febrero de este año, había 419.268 usuarios residenciales N1 (altos ingresos); 638.354 en el N2 (ingresos bajos y muy bajos); y apenas 200,309 como N3 (ingresos medios).
Lo que está en juego
Según el "Reporte de Tarifas y Subsidios N°16 del Observatorio del Instituto Interdisciplinario de Economía Política que comparten la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), en julio, los subsidios cubrieron el 65% de las tarifas que pagaron los usuarios residenciales N3 (ingresos medios); mientras que en el caso de los N2 (ingresos bajos) la ayuda del Estado Nacional alcanzó al 78%. En el nivel N1 (altos ingresos) el sector público solo cubrió un 20% de los llamados costos reales de generación y transporte en el mercado mayorista.
A propósito de este último sector, el de las empresas que hacen funcionar y mantienen la red de torres y líneas de alta tensión, la Secretaría de Energía de la Nación actualizó sus pagos que inciden en todos los usuarios finales: residenciales, comerciales e industriales, así como en los llamados Grandes Usuarios que directamente contratan su provisión de ese insumo industrial a nivel mayorista.
En la Epe, de acuerdo con una fuente confiable se afina el lápiz respecto del número final con que esa suba impactará en sus complejos cuadros tarifarios. El aumento operó a partir de agosto y para la facturación de ese mes se deberán actualizar esos valores.
Tres niveles
Para la segmentación de los usuarios residenciales en el RASE existen tres tipos de usuarios: N1 (Ingresos Altos: Hogares con ingresos mensuales totales equivalentes o superiores a $ 3.056.091 (3,5 de la CBT, Canasta Básica Total) o ser propietarios de tres o más vehículos con menos de cinco años, tres o más inmuebles, o embarcaciones de lujo. Aplican excepciones en zonas frías con un umbral de $ 3.728.431; N2 (Ingresos Bajos): ingresos familiares menores a $ 873.169 (1 CBT), y pueden poseer un inmueble y, en ciertos casos, un vehículo con menos de tres años; N3 (Ingresos Medios): Ingresos mensuales totales del hogar entre $ 873.169 y $ 3.056.091 (1-3,5 CBT), o poseedores de hasta dos inmuebles y un vehículo con menos de tres años; hogares con personas discapacitadas tienen umbrales ajustados mas altos.