Sustancias “cortadas”, un fenómeno que agrava el riesgo de las adicciones
Este 2023 comenzó con una intensa actividad para la asociación civil Espacio Ariel, dedicada desde hace siete años a la prevención de los consumos problemáticos en Venado Tuerto y el sur santafesino, sobre lo cual el coordinador de la entidad, Sergio Appa, comentó a Sur24 que “diciembre, enero y febrero, siempre son meses calientes en nuestro campo de acción, caracterizados por una fuerte demanda en general e incluso muchas atenciones de urgencia”. Aunque, de todos modos, aprovecharon enero y febrero para organizar un año que “ya lo tenemos cubierto de actividades”. Y agregó: “Estamos en los umbrales de un año bravo y desde Espacio Ariel nos desdoblamos para asesorar y prevenir, desde la consulta individual hasta convenios con comunas y municipios, sin demagogias ni recetas mágicas, y siempre alejados de la política y la religión”.
“La situación empeora día tras día porque las drogas que se están consumiendo son letales, como el crack en nuestra región, que causa desastres en la juventud, porque si ya es perjudicial en sí misma, lo es mucho más cuando se la vende adulterada. Y en los hospitales de la zona se sabe de jóvenes internados en terapia intensiva por el consumo de drogas de muy baja calidad”, advirtió el acompañante terapéutico.
En particular, observó que “nuestro departamento General López se complicó bastante, tanto en las ciudades, como en los pueblos, donde crecen los casos de sobredosis y la circulación de sustancias adulteradas, ya que para comercializar la cocaína a bajo precio la cortan con cualquier porquería, desde veneno para ratas hasta restos de agroquímicos o vidrio molido”.
“Hoy es bastante común encontrar chicos de 12 o 13 años con estados psicóticos, esquizofrénicos, trastornos de ansiedad, de personalidad o de atención, entre otras patologías duales severas, hasta el punto tal que unos cuantos centros de rehabilitación e institutos neuro-psiquiátricos no los aceptan porque no los pueden tratar, es decir que del diagnóstico surge que son estados en muchos casos irreversibles”, sostuvo Appa y amplió: “Es en este contexto tan dramático que pedimos el compromiso de todos, en primer lugar de los padres, que deben estar siempre cerca de sus hijos, y sobre todo, muy atentos para descubrir a tiempo eventuales cambios anímicos o de conducta. Y también se necesita de los gobiernos e instituciones, que son quienes tienen más posibilidades de ayuda con políticas preventivas”.
Con proyección
Desde fines del año pasado, Espacio Ariel intensificó el trabajo con sus dispositivos en San Gregorio, Rufino, Amenábar, Sancti Spiritu y Maggiolo, entre otras localidades, en articulación con los gobiernos locales, y los resultados son alentadores, “porque la gente, ante nuestra proximidad, se anima a pedir ayuda”.
Sin embargo, el equipo no sólo apunta a los consumos problemáticos, sino también a la formación de grupos de niños en busca de incentivarlos en la práctica de actividades recreativas saludables, tanto artísticas como deportivas, despertando valores de solidaridad. “Se trata de grupos que denominamos El Bastón, constituidos por jóvenes que se movilizan desde el amor y suman nuevos miembros día tras día, siempre con el objetivo de ayudar al otro”, remarcó.
“Por eso creemos muy importante que en las pequeñas localidades del sur santafesino exista, al menos, una opción de escucha y de respuesta para los múltiples episodios de adicciones, que son de las más diversos, y sin distinción de edad, sexo y posición social”, aseguró Appa.
“La batalla es desigual, sin dudas, pero la pelea la seguimos dando, porque cada persona que ayudamos a salir de las drogas significa un pequeño éxito. Sí acepto que son muchos más los que podemos salvar a través de la prevención, y por eso nos interesa articular con los gobiernos y las instituciones locales, porque con ellos podemos llegar a mayor cantidad de gente y contarles lo que significa entrar en el oscuro mundo de las drogas, desde donde pude salir y hoy cuento con orgullo que llevo más de 11 años de sobriedad, pero no todos pueden escapar de la trampa”, aclaró.
A cruzar el charco
“A fines de febrero vamos a estar viajando a Uruguay, invitados por el Observatorio Nacional de Drogas, gracias a contactos logrados en el Congreso Nacional de las Adicciones, que se llevó a cabo en Córdoba y nos abrió muchas puertas. En este caso, compartiremos experiencias durante una semana, en la que nosotros aportaremos desarrollos sobre el trabajo con las emociones desde muy temprana edad. Y también estaremos en breve en Gualeguaychú para participar de un ciclo de charlas organizado por el gobierno de Entre Ríos”, añadió el diplomado en adicciones.
Crack, la droga de moda en el sur santafesino
El crack, o cocaína de los pobres, es la cocaína procesada y mezclada con amoníaco o bicarbonato de sodio y tiene el aspecto de pequeñas escamas o cristales. A diferencia del clorhidrato de cocaína, se consume fumándola en pequeños tubos de vidrio y tiene un efecto inmediato, pues empieza a actuar en unos 10 segundos. Además de estar considerada como la forma de cocaína más adictiva, es la droga que más fácilmente puede provocar adicción psicológica, incluso en aquellos usuarios que la consumen por primera vez. Sus efectos iniciales son aún más rápidos e intensos que los de otras drogas inyectadas y éstos se caracterizan por un breve estado de euforia, placer o aumento de la energía, aunque también estimula el sistema nervioso y circulatorio. Sin embargo, el crack es mucho más dañino que la cocaína regular y tiene unos graves efectos adversos potencialmente mortales, especialmente cardiovasculares, psicológicos, hepáticos y pulmonares.
Crujido de sociedad
El término crack es una onomatopeya que sugiere el ruido crujiente que hacen las piedras de esta droga al calentarse por la evaporación de la cocaína en base que contienen, al liberarse de la mezcla con el bicarbonato de sodio.