Tamberos a todo o nada: van a sembrar hasta mediados de febrero
A inicios de campaña se proyectaba sembrar con el cereal tardío 1,3 millones de hectáreas en la zona núcleo. Pero solo se pudo implantar el 90% y ya hay 60.000 hectáreas perdidas. De los 1,1 millones que siguen en carrera, el 65% están entre muy bueno a bueno y el 35% de regular a malo.
El centro de Santa Fe es el área con el mayor retraso en la siembra: faltan por implantar un 20%. “Si bien ya no queda tiempo para continuar sembrando, hay sectores con una necesidad angustiante de maíz”, sostuvo el informe GEA (Guía Estratégica para el Agro) de la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
En el resto del área, se están realizando arreglos con productores maiceros para comprarles la producción y asegurar un stock de reservas para alimentar al ganado.
Maíz tardío, otra víctima que no pudo escapar
Trigo, soja de primera, soja de segunda, maíz de primera y ahora maíz tardío, “la lista de las víctimas que se ha cobrado la inédita sequía que atraviesa la región se agranda y va por el cultivo que parecía tener más chances de escapar”, dice GEA.
Frente a esta situación, la estrategia defensiva de hacer siembras tardías de maíz no ha sido suficiente para ponerse a salvo de este tercer año con Niña consecutiva. “Ninguna estrategia agrícola ha sido suficiente porque es como si hubiese faltado casi un año y medio de lluvias desde inicios del 2020 a finales de 2022 para alcanzar el nivel de precipitaciones normales”.
En la región núcleo, la media pluvial es de 900 a 1050 mm. Pero en el 2020 llovió solo entre el 65 y 70% de la media; en el 2021 entre el 60 y 70% y en el reciente 2022 entre el 50 a 55%. Por ejemplo, a Rosario “el 2022 le debe 510 mm para llegar a la media”. A Zavalla, 489 mm; a Junín 426 mm; a Rojas, 362 mm.
En los últimos tres años, deberían haber llovido unos 3.150 mm en Rosario. Sin embargo, entre el 2020 (733 mm), 2021 (740 mm) y 2022 (575 mm) el acumulado fue de 2.048 mm, el 65% de lo que debería haber sido.
Esta situación derivó en la pérdida 100.000 hectáreas de maíz de primera, que no llegarán a cosecha. De las 100.000 que siguen productivas, la mitad está en mal estado, el 35% regular y solo un 15% se conserva en buenas condiciones. Desde Cañada de Gómez dicen “se invirtió para 130 qq/ha, pero con la falta de agua y los calores no esperamos más de 50 quintales en lo que nos queda”. Por otro lado desde Carlos Pellegrini explican que a causa de la coyuntura que se está atravesando en la zona, surgen nuevos acuerdos entre productores: “muchos lotes destinados inicialmente para producción de granos están siendo comprados por productores ganaderos. Aproximadamente un 10% de lo sembrado en esta zona está pasando por esta modalidad. Sin embargo, de lo queda en pie, el 25% tiene muy poco grano y no sirve ni para forraje. Y en el 75% estimamos poder cosechar entre 20 a 40 qq/ha”.