Innovador álbum musical
Tangology: cuando el tango y el jazz se encuentran en el "Potrero"
El bandoneonista Adrián Ruggiero y el baterista Juan Corrao lideran un proyecto que desdibuja las fronteras entre el tango y el jazz. En el disco debut, la banda presenta siete temas que mezclan la esencia del tango con la libertad del jazz.
Por Juan Ignacio Novak
Tangology es el título del flamante proyecto que impulsa el bandoneonista Adrián Ruggiero en sintonía con el baterista Juan Corrao. Se trata de una fusión orgánica que se introduce en las sonoridades del jazz y el tango. Ahora, el grupo está a punto de presentar, el 26 de abril, el álbum debut “Potrero” conformado por siete temas que tienen al tango como lenguaje principal pero están arreglados e interpretados con un espíritu que tiene que ver con la libertad del jazz. Así, conviven allí el bandoneonista Aníbal Troilo, el saxofonista Wayne Shorter y composiciones originales de los integrantes del quinteto.
“Desde hace muchos años, el jazz comenzó a tomar otros estilos para sumar en su repertorio de standards e improvisaciones, temas de bossa nova o valses. Entonces ¿Por qué no podemos improvisar sobre los tangos? A pesar de que los tangueros de la más arraigada escuela no lo hubieran permitido. Creo que el tango fue rompiendo moldes a lo largo de estas últimas décadas y éste es un sonido que faltaba. No es ajeno el lenguaje tampoco, las armonías fluyen libremente y trabajamos mucho para transformar esta idea en arreglos musicales concretos que son los que caracterizan la solidez de este grupo”, expresó Adrián Ruggiero a este medio.
“Bustamante y Peña” (Juan Corrao), “Oblivion” (Astor Piazzolla), “Melodía de Arrabal” (Carlos Gardel - Alfredo Lepera), “Nuevos Viajes” (Adrián Ruggiero - Andrés Jorge), “Footprints / Romance de Barrio” (Wayne Shorter / Aníbal Troilo), “Toma Negra” (Adrián Ruggiero) y “Vieja Viola” (Humberto Correa) son los temas que conforman el álbum.
“Nos inspiró mucho el hecho de que todo pueda cantarse, que no sea un disco demasiado complejo sino más bien popular. Que los temas nos parezcan simples para improvisar y por supuesto hacer nuestros propios tangos fue un objetivo que nos motivó para seguir en este proceso de investigación y prueba. Hay dos temas que no quedaron en el disco y eso también fue una decisión que nos costó mucho tomar, pero finalmente sentimos que fue acertada”, explicó Ruggiero.
-El nombre del álbum, “Potrero”, tiene una connotación interesante. ¿Podrías profundizar en la analogía futbolera y cómo se refleja esa idea en la música del disco?
-Lo primero que tiene el potrero es el barro, esa esencia es la primera que queremos resaltar. Uno entra al jazz saltando una reja de alambre para jugar un partido, con toda la inocencia de un pibe atrás de una pelota, completamente improvisado. Casi siempre los jugadores son los mismos en este equipo, lo que lo hace más genial aún. Quiero aprovechar para presentar a los otros jugadores que son: Juan Corrao en batería y con quien realicé todo el trabajo de arreglos y producción del álbum, Andrés Jorge en saxo barítono, Gonzalo Aldás en bajo y Dante Picca en el piano.
Grabar al lado del Monumental
-¿Cómo fue la grabación del álbum en el estudio Cultura Kamikaze? ¿Cómo es el lugar? ¿De qué manera influyó ese entorno en el resultado final?
-Cultura Kamikaze es nuestra sala, así que fue como grabar en casa. Acá se graban discos principalmente vinculados al tango, al jazz y al folclore, se realiza un festival anual y también es la sede de la Fábrica Argentina de Tango que es una asociación civil con la que difundimos el género con un montón de actividades de inclusión social y acercamiento a la comunidad desde diversas perspectivas. Se realizan también trabajos de herrería artística, serigrafía y otras locuras. Queda a media cuadra de la cancha de River Plate, El Monumental, esto fue un tremendo disparador para el nombre. En cuanto al disco en sí, la ingeniería de sonido la hizo Nico Acosta, él es “El Portugués” de Cultura Kamikaze. Además de este álbum grabamos unos cuantos otros en la sala estos últimos años. Sumamos para la mezcla a Florencio Justo, con quien encontramos un sonido original y eso nos hace felices ya que fue desde el comienzo nuestra principal búsqueda.
La aparición de San Pugliese
-“Potrero” presenta una combinación inusual de instrumentos, como el bandoneón, el saxo barítono, la batería, el piano y el bajo. ¿Por qué esa instrumentación? ¿Cómo lograron equilibrar esos sonidos para dar cohesión al resultado final?
-La selección de instrumentos para “Potrero” fue fundamental para encontrar un sonido distintivo y abrazar el tango con el jazz de manera orgánica. Cada instrumento fue elegido, como en un partido de potrero, por el rol que cumplen en el equipo. Tenemos batería y bajo jugando en el fondo, mitad de cancha el piano y te diría que los goles los suelen hacer el fueye y el saxo.
-¿Podés compartir algunas anécdotas interesantes o momentos destacados durante el proceso de producción del álbum?
-Te contaría que Vieja Viola salió en una sola toma que no volvió a repetirse jamás. En momentos como ésos es donde pensás que las cosas están saliendo bien, pero en la segunda jornada tuvimos un problema técnico con la grabación y no fue hasta que apareció San Pugliese que pudimos retomar la jornada. Preocupados por lo que había pasado, pensamos que había sido un desastre pero al oírlo no podíamos creer lo que sonaba.
El género sigue vivo
-¿Cuál es el mensaje o la emoción principal que esperás transmitir a los oyentes a través de "Potrero"?
-A través de “Potrero”, esperamos transmitir una visión de un tango nuevo que no tiene fronteras ni estructuras, que el género sigue vivo en infinitas formas y ésta es una que faltaba decir. Más allá de las palabras, es nuestro deseo que la música toque el corazón y se abran las puertas donde sea que suene alguna melodía.