Todo cuerpo merece ser celebrado: la nueva performance de Luciana Cavanagh

[vc_row][vc_column][vc_column_text]La artista venadense Luciana Canavagh, se encuentra en pleno proceso de elaboración de lo que será su próxima muestra. Bajo el nombre de “Todo cuerpo merece ser celebrado”, se prepara para llevar a todos los rincones posibles su nuevo trabajo donde el mensaje principal es comenzar a amar el “envase” que nos contiene.

Conocida como “Pintora de humanos”, contó a Sur 24 que apunta a analizar el cuerpo como “mi vehículo, mi patria, mi contenedor” porque “me gusta pensar que somos como Kogi Kabuto tripulando a Mazinger, esa chispita de vida que habita todo este coso lleno de cablecitos y perfecciones, emociones y lágrimas. Y caca, claro”.

En el 2020, en plena pandemia mundial de COVID-19, Luciana tuvo una historia particular. Las restricciones, cierres y confinamientos, casi que la “obligaron” a quedarse en Los Alpes italianos, en Locasca, Valle de Antrona. Terminó conviviendo durante mucho tiempo con una familia de amigos en un pueblo de once habitantes. Allí, siendo la pobladora número 12, en el reino de la naturaleza, surgió “Ogni corpo merita essere celebrato”, la consigna que inspira esta muestra.

Cavanagh, anticipó que habrá una selección de fotografías con textos y canciones que invitan a “viajar y repensarse”, desde la “hermosura, de ser, el yo soy, habitantes de un cuerpo” que merece ser “acariciado, encendido en colores y creatividad, como nuestros ancestros”. Estas pinturas corporales van a estar inspiradas en múltiples fuentes, fotografiadas para hacer de lo efímero algo tangible a través de un código QR y con la implementación de auriculares, un viaje visual y sonoro para celebrar nuestro cuerpo.

“Desde los pictos, a los selknam, a los cherokees y los shipibos. Pintados para el ritual, la guerra, la transmutación, para tomar valentía, para el paso al más allá”, ejemplificó.  

El arte salva  

Sobre su presente laboral, admite que “creo que estoy en el medio de mi carrera”, en una etapa que le gusta mucho. “Ya no sufro las inseguridades que tenía antes. Ya no me preocupa si va a gustar o no mi trabajo, si está bien hecho. Me interesa que llegue el mensaje positivo con respecto a la vida y la humanidad. Creo como dice Don Juan a Castaneda, ‘todo es cuestión de cambiar de perspectiva, el punto de anclaje’”.

Desde hace un tiempo comparte la experiencia de la pintura corporal en Círculos de Mujeres, organizados por su amiga Mariana Mina, en el islote Los Benitos, sobre el Río Paraná, en Rosario. El taller se llama “Cuerpo pintado, cuerpo sagrado”.

“La propuesta combina la información acerca de cómo nuestros ancestros se pintaban para ceremonias y rituales, una meditación para comenzar a amar este vehículo llamado cuerpo, el juego de pintarnos entre todas y la fotografía del cuerpo desnudo e intervenido”.

Asegura que esa experiencia, es “increíble” desde su perspectiva porque “cuando hay un grupo amoroso, que sostenga, las cosas más hermosas pueden acontecer”, valoró. Entiende que “todavía me falta llegar a más lugares y personas”, como por ejemplo hacer una gira por el país con esta muestra en la que está trabajando.

Evolución en Europa

“Laboralmente siento que evolucioné de aquella pintora de hace unos años. Estuve en Europa estudiando, trabajando (previo a la pandemia) y adquirí mucho conocimiento y experiencias. Los viajes enriquecieron mucho mi imaginación y mis pinceles. Aprendí de distintas personas y lugares históricos (hasta se cruzó a Alejandro Jodorowsky en Paris). Realicé body paitings en lugares que no me hubiera imaginado antes, como la nieve o el verano alpino”.

Y agregó: “En estos últimos tiempos aprendí italiano y estuve compartiendo talleres de maquillaje y cuidados orgánicos de la piel en los Alpes, pegado a Suiza, ‘parlando’ todo en italiano. Sigo siendo aprendiz, me encanta, los desafíos de una lengua nueva, de una palabra desconocida. Por eso espero que la vida me siga sorprendiendo con toda su magia”.

Finalmente, reflexionó: “Espero llegar a terminar mi muestra para este año. También estoy trabajando en un libro que está en proceso de diseño y luego edición, un proyecto que me tomó su buen tiempo. Seguiré pintando seguramente hasta el último minuto del año. El arte salva, lo afirmo, porque a mi me salvó y me lleno de buena energía y amor”.

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