Patricio Dobal
El déficit de infraestructura en la provincia de Santa Fe se hace notar no sólo por la carencia que históricamente experimentan localidades pequeñas y ciudades ubicadas sobre los márgenes del territorio santafesino. La falta de servicios básicos también complica al sector productivo, que muchas veces es el que más emplea su capacidad de lobby para generar que los Estados finalmente concreten obras centrales.
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Lo cierto es que si bien hace por lo menos dos décadas venían pidiendo que se realice la obra de gas natural, recién ahora una compañía alimenticia tendrá el flujo necesario para reconvertir su planta productiva y todo gracias a fondos propios que terminó poniendo sobre la mesa. El caso es el de Industrias Alimenticicas Pavón Arriba (Inalpa), una firma familiar que emplea a más de 200 vecinos de esa localidad del departamento Constitución, y que se encarga de poner el 30 por ciento del capital necesario para concretar el gasoducto.
La obra, que está en marcha y esperan terminar antes de fin de año, implica la extensión del gasoducto que llega hasta la localidad de Acebal y la prolongación significa un tendido de 8 kilómetros primero hasta la fábrica ubicada a las afuera de Pavón Arriba, para ampliarse luego al pueblo de casi 2.000 habitantes. El desembolso que hace el privado, en este caso, es millonario en dólares.
Cambio en el proceso productivo
Una vez que reciban el flujo, para la empresa alimenticia representará un cambio fundamental que incluso posibilitará reducir las emisiones. “La inversión es central ya que hoy hacemos funcionar la caldera que se emplea para el secado de los granos mediante una mezcla de fuel oil y gasoil, este combustible no solo es más costoso que el gas, también es extremadamente contaminante, por lo que poder emplear un nuevo sistema de combustión es un hecho muy positivo para la empresa”, precisó Mayra Boglich, segunda generación al frente de Inalpa.
La empresaria no puede obviar los persistentes negociaciones que encaró Franklin, su padre y el fundador de Inalpa, desde que activó la planta procesadora de legumbres para intentar acceder al gas natural. “Hace por lo menos 20 años que estamos pidiendo el gas. Que estemos encarando la obra ahora no es azaroso, habla del correcto entendimiento que logramos con la administración provincial”, añadió Boglich.
“La concreción del gasoducto tiene doble impacto. No solo beneficia a la empresa, que podrá así incrementar regímenes de reproducción a menor costo, también va a generar un ahorro fundamental para los vecinos y vecinas de Pavón Arriba, los cuales pagarán menos por el servicio de gas”, sumó.
Articulación
Desde la pata estatal, la ministra de Infraestructura de Santa Fe, Silvina Frano, destacó en contacto con Mirador Provincial que “fue muy importante el compromiso que asumió la empresa. De otra manera hubiese sido muy difícil concretarlo. Hay muchísimas localidades que nos piden la extensión de gas. Hoy hay muchas posibilidades en función a los grandes gasoductos que se están llevando adelante”.
“Si de extensión de redes hablamos, destacamos la licitación que se concretó para las localidades de Florencia y Helvecia y seguramente pronto habrá otras”, adelantó la funcionaria.
En marcha
Volviendo al sur provincial, la contratista Sol Construcciones es quien está llevando adelante los trabajos de la primera etapa del tendido. La intervención implica el tramo Acebal-Pavón Arriba, la cámara reguladora, el trayecto domiciliario sobre avenida San Martín de la localidad hasta la planta Inalpa; incluyendo el cruce de vías.
El año pasado se trabajó en la finalización de la construcción correspondiente al último tramo del ramal principal de la red de media presión y el servicio a la empresa de alimentos envasados.
“A la espera del arribo del gas estamos haciendo las tareas de adaptación en la planta. Estamos en plena tarea de instalación del sistema de gas en el establecimiento y también preparando la caldera, cuyos quemadores afortunadamente se pueden adaptar a la utilización de flujo de gas, elemento que evita que tengamos que adquirir una caldera nueva. Cuando se compró el equipo originalmente siempre se pensó en que más tarde o más temprano íbamos a contar con el servicio”, puntualizó Boglich.