Cuatro obras emblemáticas
Tradición y emociones: la Navidad a través de los ojos de maestros argentinos
Gracias a la paleta de artistas como Miguel Carlos Victorica, Alfredo Gramajo Gutiérrez, Antonio Berni y Raúl Soldi, el nacimiento de Jesús aparece plasmado en trabajos que capturan la simplicidad de la vida cotidiana y la conexión espiritual con la festividad.
(Por Juan Ignacio Novak) - A lo largo de la historia, hubo varios artistas plásticos que trataron de captar con sus pinceles la esencia de la Navidad, a través de la representación de escenas relacionadas con el nacimiento de Jesucristo o la celebración de la festividad en que se recuerda cada año este hecho. Artistas como Lorenzo Lotto, Peter Paul Rubens, Govert Flinck, Georges de La Tour y Leonardo da Vinci se ocuparon del tema, con resultados que hoy ocupan lugares destacados en museos del mundo entero.
Pero también hubo creadores argentinos de distintas épocas que tomaron como base las dimensiones religiosas y culturales de la Navidad y su anclaje en la realidad argentina como punto de partida para sus trabajos. Lo interesante de las cuatro obras seleccionadas para estas líneas es que difieren entre sí por las técnicas utilizadas, los motivos elegidos dentro del amplio espectro que supone la festividad del 25 de diciembre y las preocupaciones expresadas. Pero tienen en común la profunda conexión de los artistas con sus entornos y una comprensión respecto a la espiritualidad de una de las fechas del calendario que suele sacar lo mejor las personas.
Naturaleza muerta y Navidad humilde
“Navidad”, de Miguel Carlos Victorica (1941), es un óleo de estilo naturalista que se incluye en el género de la naturaleza muerta. Los objetos de la vida cotidiana que utiliza el pintor forman parte del lugar común en el festejo navideño de las clases populares: hay una botella de vino, un vaso, algunas frutas y un pan dulce ya empezado. Lo que puede intuir el espectador, fuera de campo, es una vivienda humilde y la preparación de una celebración seguramente austera.
Museo Nacional de Bellas Artes
Victorica había nacido en Buenos Aires en enero 1884, se formó con Ottorino Pugnaloni y Eduardo Sívori, quien introdujo el realismo pictórico en Argentina, y Ernesto de la Cárcova. En 1922 instaló su taller en la Vuelta de Rocha y desde allí le colocó su firma a paisajes, desnudos, naturalezas muertas y retratos de personajes del barrio. Trabajó con óleo, pastel y lápiz sobre tela, cartón y arpillera.
Celebración en el norte
“El Pesebre (Navidad 1929)” es un tríptico de grandes dimensiones (113,5 x 260,3 x 3 cm.) que tiene como autor a Alfredo Gramajo Gutiérrez y está fechado en 1932. Este formato fue habitual en el artista, utilizado también en “El Señor de la Peña” y “Retablo de Jesús”. Tiene como escena central un pesebre. Y tanto a la izquierda como a la derecha, aparecen grupos de personas comunes que llegan para rendir homenaje al niño Jesús. El entorno que se visualiza remite al norte argentino y pone de manifiesto la capacidad de Gramajo Gutiérrez, influido por artistas como Diego Rivera, para plasmar desde una mirada costumbrista momentos de la vida cotidiana de la América profunda.
Tal como explicó Roberto Amigo, “Gramajo Gutiérrez formó su visualidad durante el auge de la pintura regionalista española, y fue su obra –comparada en su tiempo con la de Pedro Figari– funcional a las búsquedas nacionalistas de la identidad de pueblo, raza y religión, más allá de las posiciones ideológicas del artista”.
El modesto festejo de Juanito
“La Navidad de Juanito Laguna” es una de las creaciones del maestro argentino Antonio Berni, en la cual trae a colación a su personaje más querido y popular. Juanito, tal como se explicó oportunamente en este mismo espacio, es la representación que hizo Berni de un niño de los barrios marginales de Argentina, a través del cual quiso visibilizar los dolores asociados a la pobreza en Latinoamérica. En este caso, el pintor elige una postal tan típica como la reunión navideña. Se observa la sencillez y la humildad como rasgos salientes. Están dos elementos clásicos de la época del año (el pan dulce y el arbolito) pero lo que aparece con claridad es el desaliento y la tristeza de los rostros, que establece un contraste con la alegría que debería ir asociada a la época del año. La esperanza, en esta pintura, parece estar colocada en dos acciones: en la mamá que amamanta al pequeño y en la actitud de Juanito de compartir algunas migajas con el perrito.
Colección particular
La Biblia según Soldi
El otro pintor que se hizo eco de la Navidad en su obra fue Raúl Soldi, particularmente valorado por su participación en la decoración del Teatro Colón de Buenos Aires. En la capilla de Santa Ana, ubicada en Glew, Soldi realizó una serie de frescos que tienen como tema principal la vida de Santa Ana, madre de la Virgen María. La particularidad es que los distintos momentos no transcurren en Tierra Santa, sino en el propio pueblo de Glew. Las figuras de los frescos son más de sesenta y ocupan unos 250 metros cuadrados. Una de las escenas es, precisamente, la que se recuerda el nacimiento de Jesús.
Parroquia Santa Ana de Glew
El mismo Raúl Soldi, según cita el portal Infobae en septiembre de 2021 escribió respecto a la obra realizada en la iglesia: “He querido dejar, a mi manera, un documento unido al poema bíblico. Vendrá el asfalto a arrasar con huertos, molinos y carruajes; pero supongo que todas estas vidas y estos objetos quedarán documentados en los muros de la capilla… (el padre) Jerónimo me pagaba por cada mural que concluía con una gallina y una docena de huevos frescos. Fueron los veranos más felices de mi vida. Ansiaba que llegara el siguiente para seguir trabajando en la capilla”. Tal vez estas palabras del pintor sean una buena síntesis del espíritu navideño.