“Tutti” Jauregui: a un año del trasplante de corazón que le convidó otra vida
Hoy en el sur de Santa Fe, decir “Tutti” es mirar a la localidad de Carreras, emocionarse y pensar en Branco Jauregui, un joven de 22 años que en la soledad de un quirófano y en las horas más grises para su familia, le ganó una pulseada a la muerte. Su corazón dijo basta a fines del 2020 y para enero del 2021 se empezó a apagar.
Claro que nadie entendía por qué y seguramente, hasta el día de hoy, esa misma pregunta debe dar vueltas en más de una cabeza. Lo cierto es que cuando el tiempo más apuraba, cuánto más difícil parecía encontrar una explicación, golpearon la puerta de su habitación y entró caminando con calma la noticia que más buscaban: había un donante compatible.
Así, en la tragedia de un joven salteño de 16 años, apareció ese hilo de esperanza que “Tutti” pensó que nunca iba a encontrar. Hoy lo cuenta y se sonríe. Caminó sin remera por la pileta de la Colonia de Vacaciones donde trabajó y mostró con orgullo una cicatriz que literalmente, lo parte al medio.
Ya con más tranquilidad, con el ejercicio de sanación mental y de encontrarse a uno mismo que tuvo con psicólogos y psiquiatras, acepta lo que le pasó, lo que le toca por delante pero no se acelera. “Estoy tranquilo, para mí es un volver a nacer. (El 10 de febrero) pasa a ser una fecha más importante que mi cumpleaños. Fue una experiencia horrible, con final feliz y que no va a volver a pasar”.
Casi como comentando el final de un partido de fútbol y con la soltura que habla alguien que entendió todo, se sincera: “No termino de entender lo que pasó, porque la vida se me iba en cuestión de segundos. Y ahí, cuando estaba todo perdido, sentenciado, gracias a una familia que tuvo ese acto de amor, volví a tener mi vida”.
Asegura que desde el día en que recibió el alta, se armó otra vida, buscó nuevos caminos e incorporó otros pensamientos, otros valores y se aferró a distintos métodos: “Hoy la vida se ve diferente y entiendo que es lo importante. No pasa más por enojarme, hacer problema por algo chiquito o preocuparse. Siempre hay cosas peores. Pero sobre todo trato de disfrutar, porque uno nunca sabe lo que va a pasar. En un mes mi vida se iba hasta llegar al límite”.
Branco, repite que el aniversario es un día “raro”, pero también especial, donde hay algo que no va a faltar, y es la alegría compartida con quienes lo rodean. “Me lo merezco, quiero disfrutar, sonreír, alegrarme y llorar por todo lo que se vivió. Me voy a juntar con mis amigos, para estar tranquilo. Y el sábado 12, hago una comida con la familia, los amigos y compañeros del club (Carreras Atletic) que fue mi segundo pilar. Nunca voy a poder agradecerles lo que hicieron, para recaudar dinero y lo que se preocuparon. Quiero darles un especial agradecimiento, a ellos y todo el pueblo en general. También quiero estar con mis papás, mis tíos y mi novia. Valorar la vida que es importante. Con 21 años volví a nacer. Estoy de vuelta”.
Somos por partes
Desde que pudo volver a su casa, va de menor a mayor. Y así lo cuenta, lo describe y lo remarca. “La verdad que fue un poco más fácil de lo que creí. Eso gracias a la ayuda del entorno y de los afectos que estuvieron conmigo. Por ahí al principio me costó reintegrarme a la sociedad por la mirada ajena, pero eran más que nada ideas mías”, recuerda. “Veía personas conocidas emocionadas muy seguido. Era algo raro ver en Carreras a un trasplantando”.
Destaca que no enfocaba con claridad por todo lo que había pasado, para llegar a donde está hoy. “Me encontré con un poco de miedo los primeros meses, más que nada en los momentos de soledad. Tuve noches que lloraba mirando fotos y videos de personas que estaban en la misma situación que yo. Parecía que volvía a revivir todas las intervenciones en carne propia. Fue difícil”.
También tuvo mil dudas, entre ellas que pasaría cuando se suba a una bicicleta, cuando quiera correr o preparar una materia práctica en Educación Física, la carrera que está estudiando y en la que le quedan un puñado de materias para sacar a lo largo del 2022 para recibirse. “Hacía las cosas con miedo al principio y me asustaba bastante. Pero fueron días. Soy alborotado, arrebatado y después era todo normal”.
Hoy su vida, es prácticamente normal. Cada día después de desayunar, entrena en el gimnasio del pueblo bajo las órdenes de un profesor de rehabilitación cardiovascular que lo controla y le manda rutinas a través de videollamadas. “Estoy volviendo al ruedo, con los cuidados mínimos, pero voy”, indica.
La mejor experiencia
A lo largo de enero, se lo pudo ver firme en la Colonia de Vacaciones que impulsó la comuna y el presidente Armando De Nenne. Siempre se lo veía rodeado de las infancias más chicas (tenía a su cargo a los grupos de 4 y 5 años). “Fue algo muy lindo. Y lo necesitaba. Me encanta trabajar con los chicos. Es algo que siempre me gustó. Cuando me llamaron no lo dude, porque además de la experiencia laboral era algo nuevo después de todo lo que paso”.
Es que la actividad, significó en cierto sentido volver a integrarse laboralmente en la comunidad y un paso muy importante en lo personal: “Resultó un muy buen desafío y la pasé genial, me divertí muchísimo, con los profes, ayudantes y con los chicos. Me hacía falta esto. Estaba esperando el llamado porque me agradó siempre (la colonia). En 2019 hice reemplazos y lo quería ahora por una cuestión emotiva mía. Fue un empujón fundamental”.
Reconoce que va a extrañar a quienes estuvieron todo este tiempo compartiendo la diaria, por el cariño, el aprendizaje y el respeto mutuo: “Voy a extrañar mucho el compañerismo entre ellos. Lo buenos y solidarios que son por la edad que tienen. Se dan cuenta de un montón de cosas. Querían jugar y aprender. Me sirvió muchísimo, para estar más preparado el año próximo si me toca volver a estar”.
Algo de mí en tu corazón
En los próximos meses, “Tutti” va a partir de viaje a Salta con su hermano y un amigo. La intención, desde antes de armar las valijas es encontrarse al fin con los padres de Adrián Galeano, su donante. Rubén, el padre del chico y Alejandra Tolaba, la mamá, lo esperan.
“Es otro objetivo mío. Algo especial. Desde el día que me comuniqué con ellos por primera vez quedamos en contacto. Hubo una posibilidad de vernos en Buenos Aires, pero no se dio. Quedó pendiente poder conocernos y agradecerles personalmente”, valora.
Branco, remarca que hay familiares de donantes que no tienen el deseo de estar con las personas que reciben los órganos, pero quienes rodearon a Adrián, sí. “Tienen ganas y yo también. Sabíamos que iba a haber un momento y es este. Con qué nos vamos a encontrar no sé, pero lo veo emotivo. Hay una pérdida de un hijo por un lado y vida en otra persona. Mi donante fue una persona que tuvo un accidente, estuvo siete días internado y le detectaron muerte cerebral 24 horas ante de notificarme. No fue algo inmediato”.
Acepta lo que le tocó y piensa en una sola cosa, que es nada menos estar vivo. “Hubo la voluntad de una familia para donar los órganos de su hijo para que otra persona siga viviendo. Eso es algo que reflejo en charlas que doy en instituciones. Trato de recalcar la importancia de donación de órganos. Le puede tocar a cualquiera. Hay 7 mil personas esperando un posible donante que les permita cambiar su forma de vivir. Hay que hablar. Se tiene que seguir insistiendo en este tema, contar la experiencia para saber que se puede. Brindar ese mensaje de aliento, esa experiencia de vida para que sepan que es posible”.
Aceptó que básicamente, hay partes nuevas en su interior. Lo procesó con los días y pudo tranquilizar su cabeza. “Uno está con felicidad, pero esperar a que una persona pierda la vida para tener la oportunidad de vivir, fue horrible. Hasta que acepté que tengo otra persona adentro, que me permitió seguir viviendo”.
Números del 2021
El Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) informó que durante el 2021, unos 1543 pacientes recibieron una ablación de donantes fallecidos y 246 de donantes vivos, un 40% más que en el 2020, y que además se realizaron 1392 trasplantes de córneas, que junto con el de órganos arroja un total de 3181 operaciones. Además, informaron que, también en el 2021, se realizaron 1164 trasplantes renales, 418 hepáticos, 107 cardíacos, 36 renopancreáticos, 35 pulmonares, 16 hepatorrenales, 5 cardiorrenales, 3 pancreáticos, 2 hepatointestinales, 2 cardiopulmonares y 1 intestinal y 1392 trasplantes de córneas. Del total de trasplantes, 203 fueron pediátricos (menores de 18 años).
Los trasplantes fueron posibles gracias a 1004 procesos de donación, 629 procesos de donación de órganos y 375 de córneas, realizados en todo el territorio nacional: Buenos Aires (302), Misiones (98), Mendoza (96), Santa Fe (88), Córdoba (75), Ciudad Autónoma de Buenos Aires (68), Corrientes (53), Entre Ríos (41), Tucumán (39), Neuquén (23), Jujuy (23), Santiago del Estero (20), Salta (18), Río Negro (16), San Juan (8), Tierra del Fuego (7), Chaco (6), La Rioja (5), Formosa (5), Chubut (4), La Pampa (4), San Luis (2), Catamarca (2) y Santa Cruz (1).
La tasa de donantes de órganos por millón de habitantes a nivel nacional en 2021 fue de 13,7; cuatro puntos más que la alcanzada en 2020.
Las provincias que tuvieron mayor tasa de donantes de órganos fueron Corrientes (30,1 Donantes Por Millón de Habitantes), Jujuy (24,4 DPMH), Misiones (22 DPMH), Mendoza (19,9 DPMH), la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (19,5 DPMH), Tucumán (18,7 DPMH), Santa Fe (17,4 DPMH), Córdoba (16,8 DPMH), Neuquén (16,4 DPMH) y Río Negro (14,5 DPMH).