Congoja en la ciudad
Último adiós a Juan Carlos Cuesta, ícono de la radiofonía rufinense
La voz de “la Universal” se apagó para siempre. Juan Carlos Cuesta fue despedido por colegas, familiares y amigos este lunes 6 en Rufino. A los 72 años, y después de una larga pelea en busca de recuperarse de un ACV, dejó este plano y, también, un legado de pasión y amor por la radio que la ciudad honrará por siempre.
(Por Ana Inés Dobal) - Muy joven, Juan Carlos Cuesta fundó en Rufino Radio Universal -un ícono de la tradición radiofónica local-, cuyo nombre ya daba cuenta de la amplitud con la que nacía como medio. Productor y hacedor del oficio de la mano de su esposa Silvia Cikes, ambos trabajaron incansablemente, hasta hace menos de un año, en la gesta diaria de la programación de la tradicional mañana de “la Universal”.
Con las puertas abiertas a todo el mundo, la radio “familiar” se sentía así, cercana, accesible y abierta. Pasar una puerta que da a la calle, para abrir otra “suavemente" -intentando no hacer ruido mientras la luz de aire está encendida- era una fija. Pero al aire o no, las puertas estaban siempre abiertas y la mirada era amiga.
Una vez dentro, lo que siempre se veía del otro lado del cristal que separaba la sala de espera de los controles, era la sonrisa receptiva de Silvia -esposa, mano derecha y madre de sus hijos-, invitando a pasar. “La tanda” habilitaba el diálogo y la caminata compartida por el pasillo largo hacia el estudio, donde Juan Carlos, siempre sentado con sus auriculares y lentes puestos, saludaba y continuaba su labor. Luego, volver sobre nuestros pasos hacia la cocina, donde esperaba el mate y algún buen bizcocho que compartir.
No sé si por la cercanía heredada de mi hermano Patricio Pato Dobal, quien aprendió el oficio como un juego en “esta casa”, o por ese trato fraterno que jamás faltó, pero la FM Universal siempre se sintió familiar.
Silvia en los controles y operando teléfonos y sonido, y Juan al aire, con su voz grave y característica, fueron siempre equipo, complicidad y mancomunión, haciendo de la radio un oficio de vida y fundando en el camino una familia numerosa, que a la fecha suma siete hijos y cuatro nietos.
Los recuerdos de Patricio Dobal
Patricio Dobal -periodista y locutor nacional-, quien a los 12 años comenzó su recorrido lúdico por el periodismo radial de la mano de Juan Carlos, ahora lo recuerda: "Yo con Juan Carlos tuve el primer contacto con los medios de comunicación de Rufino. Fue después de un concurso literario en el que participé sobre el final de séptimo grado en la Feria del Libro. Me hicieron una nota en FM Universal, que tenía un stand allí, y en base a esa experiencia, recuerdo haberle dicho a mi vieja: ‘quiero hacer radio’, y ella fue quien hizo el contacto con Juan Carlos, que de inmediato me abrió las puertas para hacer lo que yo quisiera”, revela Pato, conmovido, y continúa: “Para mí fue la persona que me habilitó y que me abrió los micrófonos como un juego, así como los pibes de mi edad iban al club a jugar a la pelota, yo iba a la radio. Fue el que me dio las primeras herramientas, el que me contó cómo se hacía este oficio, el que me enseñó a querer el medio también, porque lo respetaba un montón”.
“Tenía una gran experiencia en el desarrollo de los medios de Rufino y, sobre todo, lo movilizaba ese entusiasmo propio de los periodistas que uno después ve reflejado en otros colegas, y también entiende que ese fuego lo identifica a uno mismo… la pasión por contar acontecimientos, relatar lo que pasa con una mirada personal”.
“Además, en radio era un tipo que hacía gala de los silencios, su voz era muy característica y su forma de relatar lo que pasaba, de animar un programa de radio, estaba muy identificada con el uso de los silencios, con un hablar cansino, pausado, que lo hacía muy fácil de identificar, pero que además lo distinguía de la oferta radial de Rufino. Juan Carlos era el tipo que siempre estaba presto para prender la radio, irse al estudio y transmitir lo que sea. Lo voy a recordar siempre así", cerró Patricio Dobal.
Gente de radio
En el silencio de otra voz que se apaga, pero que resonará como tantas veces en la memoria colectiva de los viajeros del tiempo, honrar a los hacedores de radio es también, un poco, honrar mi pasado. Vengo de esa memoria sensorial y hereditaria que suma aroma a tostadas, voces conocidas dando los buenos días y diarios de papel sobre la mesa de la cocina. La radio existe porque existe la poesía, es aquella literatura orquestada de quienes prefieren informarse con cadencia y de manera más cercana. La radio es de frases cortas, de palabras contundentes. Una voz que te sorprende. Alguien que te acompaña y constantemente te conquista. Algo que ninguna playlist reemplazaría. Es poesía amable y generosa que siempre le pone color a tu día. Que hace más llevable la vida. Que te sorprende con cada página encendida de una sorpresiva melodía. Esa es la radio del ayer, del futuro, de nuestros días. La radio para todos, la que convoca y nunca divide ni estratifica. Es el recuerdo que nos deja, otra voz que se nos va. Gracias Juan Carlos, ¡buen viaje!
La partida del pionero
El pionero de la radiodifusión local peleaba contra el deterioro de su salud a partir del ACV sufrido el 2 de junio de 2023. El cuadro comprometió gradualmente su salud y poco antes de que se cumpliera un año del episodio, fue internado para ser monitoreado de cerca.
A pesar del abrazo y cuidados incansables e intensivos por parte de su esposa e hijos, quienes permanecieron durante todo el proceso, inseparables a su lado, Juan Carlos ya necesitaba descansar en paz y murió poco después de las 6 de la mañana de este lunes 6 de mayo en el sanatorio donde permanecía internado.