Un emotivo último adiós a Miguel Lifschitz
Lágrimas a los cuatro vientos. La camioneta con los restos de Miguel Lifschitz se detuvo en la puerta de la entrada por el pasaje Juan Alvarez de la bibloteca del mismo nombre. El aplauso sostenido se hizo escuchar y duró algunos minutos. Amigos y correligionarios se acercaron a la plaza Pringles a saludar al ex gobernador que falleció este domingo.
Detrás de los barbijos se escondieron llantos y dolor por la pérdida de uno de los grandes referentes del Partido Socialista en Argentina. Que era presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia y que contrajo coronavirus en abril. Su estado de salud fue empeorando con el correr de los días y murió el domingo pasado en un sanatorio de bulevar Oroño.
Allí se pudo observar a Antonio Bonfatti, ex gobernador entre 2011 y 2015 -antecesor a Lifschitz-, y Mónica Fein, predecesora como intendente de Rosario en el período 2011-2019. También acudieron a este último adiós simbólico Enrique Estévez, diputado provincial, Pablo Javkin, primer mandatario local actual, Horacio Ghirardi, ex ministro de Seguridad de la Provincia, Verónica Irizar, concejal local, Leonardo Caruana, secretario de Salud Pública de Rosario, y otros funcionarios. Además de las figuras públicas, se unieron allegados al partido que quisieron saludar por última vez a un ingeniero civil que dedicó su vida a la política. Un hombre de mediana edad no podía contener las lágrimas con el coche de la funenaria parado en la entrada de la biblioteca, como muchas mujeres que no daban crédito a lo que había sucedido.
El vehículo fúnebre siguió su camino. Los que asistieron a saludar su paso no se quisieron ir y se quedaron unos minutos alargando un duelo seguramente necesario para ellos. El tiempo no acompañó. La manaña fue muy fresca y totalmente nublada. Tras una ceremonia reservada para los más íntimos, el cuerpo del ex gobernador descansa ahora en un cementerio de Funes. El lugar para el último saludo fue elegido especialmente y encerró todo un simbolismo. La bibloteca Argentina Juan Alvarez es un espacio público que había sido reformado por el Estado local con el apoyo del Estado provincial cuando Lifschitz era gobernador.
“Miguel encarnaba la esperanza de un futuro distinto -comentó a la prensa Enrique Estévez-. De la posibilidad de cumplir muchos sueños que no solamente eran de él, sino que eran sueños colectivos. Es una pérdida irreparable”. “En una realidad muy difícil, fue uno de los compañeros que demostró que las cosas se podían cambiar, que había que hacer las cosas de manera diferente”, agregó. “Fue un servidor público con todas las letras”, indicó Estévez.
Por su parte, Fein comentó: “Siempre había sentido que había que construir un país mejor y lo hacía desde cada lugar. Desde la intendencia, como senador, como gobernador, como diputado, como dirigente político. Lo vivimos con mucho dolor. Nos dejó un camino a recorrer que vamos a seguir. Es uno de esas personas que uno entiende imprescindibles”.
“Fue un hacedor -subrayó Bonfatti-, alguien con el cual compartimos 40 años. Un luchador incansable, un gran trabajador. De estos trotamundos que no para nunca de caminar pueblos y los barrios de la ciudad de Rosario. Un gran líder. Tenía por delante un gran camino a recorrer muy importante”. “A veces en la vida por la formación de las disciplinas diferentes que abrazamos uno elegía un camino o el otro para construir, pero siempre el puerto era el mismo al que queríamos arribar”, aseguró Antonio Bonfatti.
Fuente: El Litoral