(Por Mauro Muñoz) – La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) presentó esta semana el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de 2023 (GEM, por sus siglas en inglés), en el que alertó sobre el “uso excesivo” de la tecnología en la educación.
Unesco alertó por el “uso excesivo” de las tecnologías en la educación
Titulado “Tecnología en la educación: ¿Una herramienta en los términos de quién?”, el documento fue presentado el último 26 de julio en un evento en Montevideo, Uruguay, con la participación de 18 ministros de educación de todo el mundo, incluido el titular de la cartera argentina.
“La revolución digital contiene un potencial inconmensurable pero, al igual que se ha advertido sobre cómo debe regularse en la sociedad, debe prestarse una atención similar a su uso en la educación. Se debe emplear para mejorar las experiencias de aprendizaje y para el bienestar de estudiantes y docentes, no en su detrimento”, sostuvo en el lanzamiento la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
El informe enlista una serie de trabajos científicos sobre la tecnología en la educación y deja recomendaciones a las autoridades educativas de los países miembros. Entre las principales conclusiones, pone de relieve que se carece de gobernanza y reglamentación adecuadas en la materia e insta a establecer condiciones propias para el diseño y el uso de la tecnología en la educación, de modo que nunca sustituya a la enseñanza presencial y dirigida por docentes, y apoye el objetivo compartido de una educación de calidad para todos.
Creado en 2002, el GEM es una herramienta elaborada por la Unesco con la finalidad de supervisar e informar sobre el progreso de la educación en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, con especial atención en la implementación de una educación inclusiva, equitativa y de calidad (ODS 4).
Pertinencia y riesgos
El estudio, que se apoya en los datos obtenidos por el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), arroja resultados que sustentan el vínculo entre el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y el rendimiento académico.
En ese sentido, indicó que la incorporación de la tecnología en la educación “puede mejorar ciertas formas de aprendizaje en algunos contextos” y que presentó “efectos positivos de bajo y medio alcance en determinadas modalidades de aprendizaje”. Aunque también advierte que “gran parte de la tecnología no fue diseñada con fines educativos y es necesario probar su valor con relación a una visión de la educación centrada en las personas”.
Asimismo, señala que la prevalencia del uso de las TIC en las aulas “no es elevada, ni siquiera en los países más ricos del planeta”, pero que en los últimos años “ha aumentado de forma drástica el acceso a recursos de enseñanza y aprendizaje digital”.
Menciona, en ese punto, ejemplos donde la tecnología produjo efectos positivos en la educación aunque sin necesidad de que sean utilizados dispositivos de avanzada para ser efectivos. Uno de ellos es el caso de China, donde las grabaciones de clases de alta calidad proporcionadas a 100 millones de estudiantes de zonas rurales mejoraron sus resultados un 32%. Y de Brasil y México, donde programas educativos mediante radio y televisión “están reemplazando a la educación tradicional entre las poblaciones con las que es difícil entrar en contacto”.
Manifiesta que si bien los impactos de la tecnología educativa son difíciles de evaluar por el vertiginoso ritmo de crecimiento, los datos de las evaluaciones internacionales sugieren “una relación negativa entre un uso excesivo de las TIC y los resultados académicos de los estudiantes”, indicó la Unesco.
“El uso de tecnología en las aulas y en el hogar por parte del alumnado puede provocar distracciones y, por consiguiente, entorpecer el aprendizaje”, indica el informe. Y agrega que de acuerdo al último Estudio Internacional de Alfabetización Informática y Manejo de Tecnologías (ICILS, 2018) “la percepción de los docentes es que el uso de tabletas y teléfonos dificulta la gestión del aula”.
En otro aspecto, en su informe, la Unesco hace “un llamamiento urgente” para que se haga un uso adecuado de la Inteligencia Artificial (IA), señalando que “el 54% de los países han definido las competencias que quieren desarrollar para el futuro, pero solo 11 de los 51 gobiernos encuestados tienen currículos sobre la IA”.
Polémica por smartphones
“La Unesco recomienda prohibir el uso de celulares en las escuelas” fue el titular que ocupó muchos periódicos en todo el mundo luego de la publicación del informe GEM. Sin embargo, lo cierto es que el documento insta a los países a propiciar una regulación para que la tecnología se use en clase solo cuando respalde los resultados del aprendizaje, incluyendo a los teléfonos inteligentes en la ecuación.
“¿Teléfonos inteligentes en la escuela? Solo cuando apoyan claramente el aprendizaje”, es el apartado que la Unesco publicó en su sitio web para despejar dudas respecto a este ítem que centralizó gran parte de las lecturas mediáticas sobre el informe.
En particular, sobre los celulares, indica que “puede interrumpir el aprendizaje en las aulas”. Para ello, cita un estudio que analizó su uso en educación preescolar hasta el nivel superior en 14 países, concluyendo que puede provocar distracciones en alumnos. “Incluso tener un teléfono móvil cerca con notificaciones es suficiente para que los estudiantes pierdan la atención de la tarea en cuestión”, argumenta.
Además, indica que una cuarta parte de los países a nivel mundial ha comenzado a aplicar prohibiciones en su uso durante clases. Como ejemplos, cita a Bélgica, España y el Reino Unido, donde se aplicó la medida particularmente a estudiantes que no se estaban desempeñando tan bien como sus compañeros y, luego, mostraron mejoras en sus aprendizajes.
También cita las preocupaciones sobre la privacidad de los datos en el debate por el uso de algunas tecnologías en las escuelas, especialmente por parte de estudiantes jóvenes: “Se plantean problemas de privacidad cuando aplicaciones específicas recopilan datos de usuario innecesarios para que las aplicaciones funcionen. Sin embargo, actualmente solo el 16% de los países garantizan explícitamente la privacidad de los datos en la educación por ley”.
De todos modos, las conclusiones del informe no se agotan en este único estudio. Hay apartados que resaltan aspectos positivos de los smartphones en la educación, como lo es en el caso de la accesibilidad para estudiantes con discapacidad: “Según un estudio de adultos con discapacidad visual, el 87% indicó que los dispositivos de tecnología accesible, incluidos teléfonos inteligentes y tabletas, están reemplazando a las tradicionales herramientas auxiliares, ya que estos dispositivos son ampliamente adoptados por el público en general y brindan una gran variedad de habilidades al usuario”.
Asimismo, le informe resalta la capacidad de los celulares para complementar la educación en contextos adversos. “Dados los altos niveles de accesibilidad, incluso entre los sectores más pobres, el teléfono móvil es el dispositivo con el mayor alcance que se puede aplicar potencialmente a la educación. En 2018-2021, entre el 20 % más pobre de los hogares en 24 países de ingresos bajos y medianos bajos, prácticamente ninguno poseía un televisor, una cuarta parte poseía una radio y dos tercios poseían un smartphone”.