Vaquitas de San Antonio para el cannabis agroecológico
Juan Manuel Fernández | [email protected]
Desde marzo de 2017, cuando el Congreso Nacional sancionó la Ley 27.350, el uso medicinal del cannabis y sus derivados cuenta con un marco legal para la investigación médica y científica, tareas para las que la norma designó a dos instituciones: INTA y CONICET.
En Santa Fe el INTA Angel Gallardo sonó en un momento como posible espacio donde realizar el cultivo con fines de investigación. Sin embargo esa posibilidad no prosperó por la proximidad con la zona urbana y el alto riesgo de intrusión.
De todas maneras se inició un trabajo para establecer parámetros agroecológicos en el cultivo. Esto fue posible mediante la articulación de los investigadores con dos instituciones locales que cuentan con habilitación para el cultivo de particulares: APUCAM (Asociación Para Usuarios de Cannabis Medicinal) y Cannabicultura Santa Fe.
En coordinación con usuarios y cultivadores de ambas entidades, la Dra Bióloga e investigadora de CONICET con destino en INTA Angel Gallardo, Leticia Zumoffen, puso en marcha un proyecto con el aval del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación para “sentar bases agroecológicas para el manejo de insectos plaga en cultivo de cannabis”. La iniciativa se puso en marcha cuatro meses atrás y tendrá una duración de 18 meses, durante los cuales se continuarán las visitas a cultivadores para tomar muestras de insectos presentes en la plantas de cannabis e informar a los cultivadores sobre técnicas de manejo agroecológicas, aspecto de relevancia ya que el producto final es para consumo de personas con alguna dolencia.
Ignacio Hernández, miembro de APUCAM, manifestó que en la entidad están “muy contentos de participar en el estudio entomológico” y lo consideró muy importante para nuevas reglamentaciones a nivel provincial y nacional. “Para hacer conciencia de qué tipo de plagas tenemos en la Zona Litoral y qué control preventivo se puede hacer con predadores naturales y así disminuir el uso de agroquímicos”, sintetizó.
Docencia
En diálogo con Campolitoral, Zumoffen explicó la importancia de entender al cannabis como un agroecosistema compuesto por la planta, los insectos consumidores primarios (que se alimentan de ella) y los terciarios, enemigos naturales de los primarios que se alimentan de estos.
Partiendo de esa premisa, su investigación apunta a identificar insectos plaga en el cannabis y los umbrales de daño, además de determinar pautas de manejo para garantizar que actúen los enemigos naturales de estos, sea evitando el uso de químicos (que repelerían a los benéficos) o proveyendo condiciones ambientales para su asentamiento y acción en el medio. “Por eso se enseña a cannabicultores para que identifiquen insectos, porque muchas veces confunden enemigos naturales con plagas”, advirtió.
Por lo tanto, con el conocimiento adecuado pueden saber qué decisión tomar ante la aparición de plagas, como orugas, trips, pulgones o mosca blanca, “cada uno con umbrales distintos”.
El trabajo de Zumoffen se orienta a desarrollar herramientas naturales o biológicas contra estas plagas y para ello está criando en cautiverio vaquitas de San Antonio (coleópteros de la familia de los Coccinélidos) para su eventual liberación en plantaciones de cannabicultores que así lo requieran o bien para instruir a los usuarios para que generen un ambiente donde puedan permanecer brindando el servicio ecosistémico de control de plagas. “La vaquita es un depredador generalista que ataca pulgones, trips y mosca blanca”, explicó.
Actualmente se encuentra visitando productores, juntando muestras de insectos, clasificando y liberando enemigos naturales para saber qué y cuánto consumen y así, más adelante, determinar cuantos enemigos liberar por densidad de plantas.
La bibliografía indica que cada vaquita come aproximadamente 300 pulgones en todo su ciclo, pero se trata de una medición “a laboratorio”, y en el campo “puede alimentarse de otros insectos”.
Hecho en casa
La idea es que cada cannabicultor podría tener su criadero de vaquita, insecto que tiene cuatro estadíos: huevo, larva, pupa y adulto. “Como larva y adulto consumen otros insectos
y muchas veces se desconoce el estado de larva y se piensa que son plaga, pero hay que darle un refugio”, dijo la investigadora.
En cuanto al ambiente que precisan para asentarse y reproducirse, indicó que “en estado adulto para poder poner huevos necesita diversidad de flores con polen y néctar, por eso cuanto más diversidad haya en el ambiente mayor probabilidad tienen de generar el desove”.
Si se les da condiciones -aseguró- se las puede tener en el jardín y no es necesario criarlas como si fuera un laboratorio. Por ejemplo, indicó que son propensas a establecerse en corteza de árboles o en la madera, especialmente en invierno. Y para la maduración del sistema reproductivo que garantice la descendencia deben contar con flores silvestres “como las que hay en el borde de cualquier campo? trébol, melilotus, alfalfa, sonchus, capsella, diente de león, cardo? muy ricas en polen y néctar”.