Con lupa de historiador
Venadenses influyentes del siglo XX, según Landaburu
El historiador Roberto Landaburu repasó nombres clave que marcaron el rumbo político, social y económico de Venado Tuerto a lo largo de buena parte del siglo pasado.
En el marco de una valoración sobre las figuras que dejaron una marca indeleble en la historia de Venado Tuerto a lo largo del siglo XX, el historiador local Roberto Landaburu brindó su mirada en torno a aquellos protagonistas que, desde distintos sectores, contribuyeron al crecimiento y consolidación de la ciudad.
Con una perspectiva que abarca diversas etapas y ámbitos de actuación, Landaburu resaltó nombres fundamentales en el desarrollo político, social, educativo y económico de la comunidad, aunque aclaró que son muchos más los que, con su esfuerzo y dedicación, colaboraron para construir este presente vigoroso en el contexto de los 141 años de vida de la ciudad.
En su repaso, el historiador comenzó por destacar la figura de Luis Chapuis, quien asumió por primera vez el gobierno municipal en 1931. “Fue un médico de excelencia, abnegado, solidario, altruista, y uno de los grandes artífices del Venado Tuerto moderno”, describió. Luego de su primera gestión como comisionado municipal durante 1932, el caudillo demócrata progresista fue electo por el voto popular y ejerció su mandato entre 1932 y 1935, con gran suceso.
A continuación, Landaburu aludió a José Cibelli, intendente entre 1960 y 1962, en representación del desarrollismo. Sobre él, señaló: “Su nombre quedó inscripto en la historia de la ciudad como el de un verdadero constructor de comunidad, con altos valores democráticos y un profundo respeto por las normas institucionales”. Asimismo, el autor de “Recuerdos del Venado Tuerto” subrayó el legado que dejó Cibelli en una época de transformación y modernización urbana.
Posteriormente, incorporó a su lista de personalidades sobresalientes a Fernando López Sauqué, quien gobernó en diversos períodos durante las décadas de 1950, 1960 y 1970, tanto en calidad de interventor como de intendente de la democracia, además de haber ocupado importantes cargos a nivel provincial. “Le imprimió una impronta muy particular a la gestión pública y se convirtió en un referente permanente, gracias a sus amplios conocimientos en temas de administración”, destacó Landaburu.
En otro pasaje de su reflexión, el escritor dedicó una mención especial a los hombres de negocios que marcaron una época en Venado Tuerto, destacando especialmente a Miguel Andueza, a quien calificó como “un empresario de enorme peso en su tiempo, muy influyente y con fuerte incidencia en la economía local”.
Asimismo, se detuvo en la figura de José Seret, un inmigrante belga que tuvo una activa participación en el desarrollo de obras públicas fundamentales para la ciudad. Landaburu lo definió como un hombre “muy influyente”, cuya contribución en la infraestructura venadense fue significativa.
Aunque el objetivo inicial era enfocar el análisis en dirigentes del siglo XX (hasta la restauración democrática de 1983), Landaburu no dudó en retroceder algunas décadas para rescatar el papel de Alejandro Estrugamou, lugarteniente de Eduardo Casey y figura clave en los primeros años de la localidad, e incluso en los albores de siglo XX.
Este destacado dirigente presidió la primera Comisión de Fomento entre 1883 y 1890, y fue protagonista de emprendimientos que dejaron huella, como el Instituto Santa Rosa y el ex Colegio Normal, ambos íconos que aún forman parte del entramado educativo venadense.
Para Landaburu, estos relatos no deben quedar en el olvido: “Son muchas más las personas que podrían rescatarse por sus virtudes, pero estas historias son esenciales para comprender el presente de Venado Tuerto y seguir proyectando su futuro con identidad y memoria”.