Por Raúl S. Vinokurov
Atentos y alertas
Argentina a futuro, lo que realmente importa.
Ya está, a horas de asumir la presidencia, Javier Milei está aprendiendo a negociar la composición del gabinete, los responsables de las principales áreas, funcionarios en lugares estratégicos, superando internas y codazos varios. Y negocia con los que criticaba, con la casta maldita que destruyó el país. La misma casta que lo ayudó dándole votos y fiscales "sin pedir nada a cambio". Paralelamente, el hecho de haber vencido en el balotaje le dio un baño de realidad y está modificando algunas cuestiones que lo presentaban drástico, destructor de estructuras, duro en sus convicciones y autor de grandes cambios que fueron muy bien vistos en gran porcentaje de la población.
Hoy, modificó el discurso, guardó en buen lugar la motosierra, la dolarización no será tan inminente, la inflación no se corrige en un mes, el Banco Central de la República Argentina no se cierra mañana. Esas cuestiones y algunas otras, las mantiene pero para más adelante, hoy hay que hacer otras cosas. Estos cambios le provocaron críticas, pero no tanto, la confianza sigue intacta, que por supuesto no será eterna. ¿Cuántos meses podrá seguir teniendo el apoyo del 55% que lo votó? De los que no lo votaron sabemos que no obtendrá más que palos en la rueda, discursos y movilizaciones reclamando soluciones a los problemas que Milei no creó. Pero esa es una cuestión conocida.
Los gobernadores están preocupados y mucho. Los que votaron a Sergio Massa y los que lo votaron a Milei. Parece que ya no habrá un monedero enorme e inacabable, parece que se cortarán algunas posibilidades de negocios paralelos con la obra pública, parece que habrá tanta escasez de dinero que ni para corrupción alcanza. Por supuesto la preocupación también les cabe a los sectores de la economía privada que vivieron años a costa de nuestro dinero y del incremento de nuestra pobreza. Preocupa a la gran mayoría el precio que tendremos que pagar, pero por ahora esa gran mayoría entiende y acepta que vendrán graves problemas por varios meses, pero lo aceptaremos si vemos la luz al final del túnel. Solo así.
Además, tendremos que ver qué quiere decir poner la obra pública en manos privadas, tendemos que ver cómo paulatinamente mejora la calidad y atención de la salud en general, cómo comienzan a aparecer los insumos que hoy faltan y son necesarios (chapa patente incluida), cómo comienzan a verse las mejoras en la educación también en general, como se cumple el calendario con los chicos en la escuela, cómo los distintos gremios dejan de ser cómplices de la decadencia, cómo disminuye la inflación. En pocos meses tendrá que ser absolutamente evidente que se está combatiendo en serio la inseguridad, el narcotráfico, que ya no nos matan por una zapatilla.
Queremos ver, sin ninguna duda, que dentro de pocos meses el país distinto, mejor, asegurando mejor calidad de vida a todos nosotros. Eso nos prometió Milei y eso estaremos controlando, atentos y vigilantes, sin lamentarnos por el precio sino festejando que vale la pena pagarlo y que en pocos meses veremos los cambios y mejoras prometidas. Eso tendrá que hacer Milei. Construir con y para los argentinos un país mejor en todo sentido. Lo prometió. Dijo que sabe cómo hacerlo. Y que aprenda a dejar de lado algunas cuestiones que prometió y que se dio cuenta que no sería correcto hacerlas.
La gran mayoría de los argentinos seguirá atenta y alerta. Sin maniobras golpistas, pero castigando como corresponde las promesas incumplidas o que los pocos meses se transformen en algo peor. Lo importante no es que Milei cumpla sus promesas. Lo importante es que si le va bien, todos los argentinos estaremos mejor. Eso es lo que realmente importa. Es fundamental que Milei, desde el primer día, entienda que él no es el dueño de la Argentina como si lo creyeron los que ya se van.