Temor por tormentas
De la sequía infernal a una cosecha optimista: cómo se viven los dos polos opuestos
En el último año se perdió el 80% de la cosecha de soja ante el fenómeno climático de sequía. Ahora con la llegada de El Niño, las lluvias vienen acompañas de pronósticos sumamente alentadores de cara al 2024, aunque hay preocupación por eventos climáticos de altísima potencia que lastiman a diversas localidades de la región núcleo.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) analizó las proyecciones de la próxima cosecha y el resultado es muy alentador. Es que la cosecha de granos del ciclo 2023/24 llegaría a 137 millones de toneladas y aportaría divisas por 35.800 millones de dólares, lo cual significa un 65% más de volumen y 10 mil millones de dólares más que la temporada anterior.
Se trata de una excelente noticia para el sector después de lo que fue una sequía histórica que arrasó con el 80% de la producción soja, dejando un panorama desolador no solo para el país, sino para miles de localidades que componen la región núcleo.
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"La nueva campaña presenta un panorama mucho más auspicioso que la anterior, en términos generales, aunque con realidades dispares según cada grano", señalan los economistas Tomás Rodriguez Zurro y Emilce Terré, del departamento de investigaciones económicas de la entidad.
La llegada del fenómeno El Niño cambió las caras de todo el polo productivo del país, sobre todo de la provincia de Santa Fe. Es que las lluvias cortaron con la sequía extrema y mejoraron el pronóstico de cara al 2024 aportando mucho optimismo.
Según analizó, Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, "estamos cerrando un año con muchas formas de verlo". "Estamos transitando un Niño fuerte, que cambió el panorama productivo de Argentina. Hace dos semanas decíamos que se veía en el Oeste una sequía muy importante y la reserva de los suelos seguía en rojo, pero por suerte esto es algo que cambió y nos permite ser optimistas".
En este sentido, el ingeniero agrónomo indicó que "en el último informe semanal publicado sobre la Región Núcleo, se observa que el 75% de la soja está muy buena/excelente, que el 95% del maíz temprano va bien también. El cambio de cara es notable, entendiendo que en la misma categoría, el año pasado estábamos hablando que se perdían lotes con una seca infernal y no se veía en pronósticos formas de revertirlo".
Russo afirmó que "en total se perdió el 80% de la soja en esta zona" y que "el número que se esperaba cosechar contra lo que se cosechó, es tremendo". "Es muy distinto el panorama ahora", contó de forma alentadora.
A nivel nacional, "estábamos en 20 millones de dólares en soja y ahora se espera 50 millones, lo cual el panorama es optimista, así que se detecta un año muy distintos", agregó.
Sin embargo, el referente de la BCR no descartó la preocupación que hay respecto a los fenómenos climáticos que vienen golpeando con dureza a la región. "Tenemos que contar en un plano más micro, pero que no deja de ser importante. Es que todas las semanas estamos hablando de fenómenos climatológicos muy potentes".
"Por ejemplo, arrancamos después de Navidad con la noticia de que en las zonas como Carlos Pellegrini, El Trébol, Cañada Rosquín, que fueron muy azotadas con tormentas de viento y granizo sin precedentes. De hecho, los lugareños afirman que nunca habían visto algo similar", agregó.
"Lo positivo es que cambió el panorama de lluvias, dejamos atrás una sequía que fue desastrosa, y semana a semana vamos viendo los que fue dejando que es aterrador", concluyó Russo.
Un 2024 optimista
El informe de la BCR expone en detalle que los cultivos de invierno se vieron afectados por factores climáticos negativos desde el comienzo de su ciclo. El área sembrada terminó por debajo de la campaña anterior y no se desarrolló en el mejor de los ambientes.
Finalmente, la producción fue de 14,5 millones de toneladas, algo por debajo de lo proyectado inicialmente bajo un escenario de normalidad. De todos modos, es un 25% mayor que el ciclo pasado. En cuanto a la cebada, se estima que la producción alcance 4,9 millones de toneladas, un 35% más, siempre según el informe.
La perspectiva es más auspiciosa para los cultivos de verano. Las primeras proyecciones ubican a la producción de soja en 50 millones de toneladas y al maíz en 56 millones. El girasol se estima en 4,3 millones de toneladas y el sorgo en 2,4 millones, mientras que otros cultivos sumarían otras 4,9 millones.
De esta manera, la producción total de granos podría alcanzar 137 millones de toneladas. De confirmarse esta cifra sólo quedaría por detrás de los 140 millones de toneladas del ciclo 2018/19.
En base a estos números, se proyectan exportaciones por casi 100 millones de toneladas, un 65% más que en la campaña pasada. Se proyectan envíos al exterior de cereales y oleaginosos por un total de 63 millones de toneladas, con el maíz posicionándose como el principal grano de exportación (40 millones). También se embarcarían 9,5 millones de toneladas de trigo, y casi 30 millones de subproductos oleaginosos y 6,7 millones de toneladas de aceites.
De esta manera, el aporte del sector en términos de divisas por exportaciones ascendería a u$s 35.800 millones, más de u$s 10.000 millones más que el total aportado en la campaña actual. El complejo sojero aportaría u$s 20.000 millones, el maíz u$s 8.300 millones y trigo u$s 2.400 millones.
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La exportación de granos y subproductos del agro representaría cerca del 45% del total de los u$s 75.000 millones proyectados a exportar en total desde el país para 2024.
Pero la recuperación también impacta en la actividad económica nacional. El Valor Agregado Bruto de la producción de granos se triplicará respecto del ciclo 2022/23, alcanzando u$s 15.000 millones.
Sequía, un golpe para Argentina
La sequía fue la principal responsable de que la economía argentina muestre una contracción en 2023. Varias consultoras privadas estiman que el año cerrará con una caída del 2% del Producto Bruto Interno Bruto (PBI). Si se excluye al sector agropecuario, la actividad terminaría creciendo casi 1%, según un análisis de la Fundación Mediterránea. Esto se debe al crecimiento de otros sectores, como la minería y el sector hidrocarburífero, fundamentalmente por el impulso de Vaca Muerta y la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
De cara al 2024, los pronósticos no son alentadores en términos de actividad, a pesar de la recuperación del agro: el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA estimó una caída de 2,4%.